El pasado domingo, el mundo del cine y la cultura perdió a uno de sus mayores iconos. El actor francés Alain Delon falleció a los 88 años. Reconocido por su talento y su carisma en la pantalla, Delon no solo dejó un legado cinematográfico imborrable, sino también un vacío en la vida de quienes lo conocieron de cerca, tanto humanos como animales. Es en este contexto que surge una inesperada controversia : el futuro del perro del actor, Loubo, un malinois belga que, según los deseos de la estrella gala, debía ser sacrificado tras su muerte y enterrado junto a él.
Alain Delon siempre fue un amante de los animales, en particular de los perros. Los consideraba sus más fieles compañeros. Loubo, adoptado en 2014 de un refugio, fue descrito por el propio Delon como su “perro de final de vida”. Una criatura con la que había desarrollado un vínculo especial. En una entrevista concedida en 2018, el actor francés expresó su deseo de que, en caso de morir antes que Loubo, el perro fuese “dormido” para ser enterrado junto a él.
Tras la muerte de Alain Delon, este deseo provocó una fuerte reacción entre los defensores de los derechos de los animales. Diversas organizaciones, incluida la Fundación Brigitte Bardot y la SPA (Sociedad Protectora de Animales de Francia), expresaron su consternación ante la idea de sacrificar a un perro sano simplemente para cumplir con la última voluntad de su dueño. Para estas organizaciones, la vida de un animal no debe depender de la de un ser humano. Su bienestar debe ser siempre la prioridad.
La decisión de la familia de Alain Delon sobre Loubo en medio de una tormenta mediática
Alain Delon, una leyenda del cine francés | Archivo
En medio de la polémica, la familia de Alain Delon se vio obligada a pronunciarse sobre el futuro de Loubo. La hija del actor, Anouchka Delon, confirmó que la familia no sacrificaría al perro. De hecho, seguirá formando parte de su hogar. Según declaraciones de la Fundación Brigitte Bardot, Anouchka afirmó que Loubo es parte de la familia y que no sería sacrificado. Una decisión que alivió a los activistas y defensores de los animales.
La controversia alrededor de Loubo y el deseo de Alain Delon abre un debate más amplio sobre la relación entre los seres humanos y sus mascotas. Especialmente, en el contexto de la muerte. Para muchas personas, los animales de compañía se consideran miembros de la familia. Su bienestar es una preocupación constante. Sin embargo, el caso del actor francés plantea preguntas éticas complejas. ¿Hasta qué punto se debe cumplir con la última voluntad de una persona cuando implica el sacrificio de un ser vivo? ¿Es justificable priorizar el deseo humano sobre la vida animal? Desde luego, la respuesta debería ser inmediatamente no. Pero, en esta ocasión, ha generado ciertas dudas.