En la Croisette francesa se respira el polvo levantado por Furiosa, la última entrega de la saga Mad Max. Escenas trepidantes, acción y mucho mucho polvo son los ingredientes de una cinta destinada a elevar una franquicia en la que, como bien dice su creador, George Miller, se respira y se siente Australia.
“Estados Unidos tiene La Guerra de las Galaxias, Inglaterra tiene Harry Potter y nosotros tenemos Mad Max”. Así de orgulloso se presentó el director australiano con esta quinta entrega de una saga brutal.
Al frente del elenco encontramos a Chris Hemsworth (su mujer, Elsa Pataky, también tiene un papel pequeño en la cinta), pero quien mantiene el pulso de la audiencia es Anya Taylor-Joy, que toma el relevo a Charlize Theron en una precuela con el pedigrí de su predecesora.
Australia y Mad Max
“Esta es mi primera vez en Cannes”, ha dicho Chris Hemsworth emocionado ante la prensa. “Me siento muy orgulloso de presentar esta película que significa tanto para mi país. Siento por esta franquicia la nostalgia de mi infancia en Australia”. Cuando un periodista le preguntó si su personaje de Dementus era un cruce entre Darth Vader y los dibujos de Looney Toons, el actor contestó: “Para George y para mí era importante mostrar la vulnerabilidad de alguien que ha sufrido porque es producto de esta tierra árida”.
Furiosa recibió una ovación de siete minutos en su estreno mientras Anya Taylor-Joy lanzaba besos a la audiencia y Chris Hemsworth lloraba junto a su esposa. Miller reconoció al despedirse que él y su equipo de producción desarrollaron el guion de Furiosa mientras rodaban Furia en la carretera y que es posible, a pesar de sus 84 años, que tenga todavía un cartucho de Mad Max en el futuro. “He dejado mi retiro para hacer esta precuela y todavía no he terminado con esta saga”.