La Compañía Nacional de Danza (CND) ha entrado en una nueva etapa con la llegada de Muriel Romero como su directora artística, convirtiéndose en la primera mujer al frente de la institución desde su creación en 1979. Desde el 1 de septiembre de 2024, Romero, una reconocida bailarina y coreógrafa, está liderando la compañía hacia un futuro marcado por la paridad y la inclusión. Este cambio no solo representa un hito en la historia de la danza en España, sino que también refleja una transformación profunda dentro del sector cultural, donde las mujeres están ganando terreno tanto en la creación como en el liderazgo artístico.
Muriel Romero: una trayectoria que impulsa el cambio
Muriel Romero no es ajena al escenario de la danza. Su trayectoria como bailarina y coreógrafa ha sido aclamada a nivel internacional, y su visión artística ha combinado siempre la técnica clásica con una exploración profunda de los límites del cuerpo en el movimiento contemporáneo. Su llegada a la dirección de la CND simboliza una apuesta por la renovación y la inclusión de nuevas voces en la escena de la danza nacional e internacional.
Con Romero al frente, la compañía está comprometida a reforzar la presencia de mujeres no solo en el elenco de bailarinas, sino también en la creación coreográfica, donde históricamente la participación femenina ha sido limitada.
Una nueva etapa para la CND: más equidad y diversidad
La llegada de Muriel Romero supone un esfuerzo consciente por hacer que la Compañía Nacional de Danza sea un espacio más diverso y representativo. En este sentido, la inclusión de mujeres en roles creativos es una de las principales apuestas de su nueva dirección. Romero ha mostrado su interés en integrar coreógrafas emergentes y experimentadas en el repertorio de la compañía, asegurando una mayor diversidad de perspectivas y estilos.
Romero ha dejado claro su compromiso con el feminismo, aunque será la calidad la que marque su hoja de ruta. “Voy a dar oportunidad a mujeres coreógrafas nacionales que no han pasado por esta casa, como María Ribot o Luz Arcas, que llevan años en la escena contemporánea, pero también hay hombres”, puntualizó en su presentación a los medios de comunicación.
En sus primeras declaraciones, Romero destacó la importancia de equilibrar la representación de género tanto en el escenario como detrás de él. “Las mujeres han estado siempre en la danza, pero es hora de que también lideremos y definamos las narrativas”, afirmó en una reciente entrevista. Además, la directora se ha comprometido a incluir en la programación obras que aborden temáticas de género y que cuestionen los roles tradicionales en la danza, contribuyendo así a un discurso más inclusivo.
Las mujeres, protagonistas en el repertorio
La nueva directora de la CND presentó a su equipo de confianza, que entra con ella en esta nueva dirección: Mayda Islas, directora adjunta; Ana Catalina Román, asistente a la dirección artística; Violeta Gastón Faci, maestra repetidora; Amanda del Monte, directora de producción; Pachi Cabanillas, director técnico; Arturo Barral, gerente. Es decir, cuatro mujeres (cinco con ella) y dos hombres.
Además, seguirá contando con coreógrafos actuales de renombre global como William Forsythe, Jiri Kylián y Crystal Pite, así como con grandes títulos de la historia de la danza que nunca se han representado en la CND, como Symphony en C de Balanchine u Oneguin, de John Cranko. En el campo contemporáneo, Muriel Romero destaca que es necesario rescatar a artistas, creadoras y coreógrafas como María José Ribot (La Ribot), Cuqui Jerez, Mónica Runde, Marina Mascarell, María Muñoz o Luz Arcas. También incidió en el trabajo con la tecnología y la inteligencia artificial. Romero afirma que para su proyecto necesita a bailarines no solo versátiles sino que posean un fuerte imaginario.
A nivel interpretativo, las bailarinas de la compañía también están viendo reforzada su presencia en papeles principales, alejándose de los estereotipos clásicos de la danza, donde las mujeres suelen ocupar roles secundarios o meramente estéticos. Romero ha expresado su deseo de que las mujeres en la CND no solo sean intérpretes excepcionales, sino también creadoras activas de sus propios discursos artísticos.
El impacto de Muriel Romero en la industria cultural
El liderazgo de Muriel Romero no solo está marcando un cambio dentro de la Compañía Nacional de Danza, sino que también está generando un impacto significativo en el panorama cultural de España. El hecho de que una mujer esté a cargo de una de las instituciones más importantes del país en materia de danza es un claro reflejo de que las demandas por una mayor igualdad de género en el ámbito artístico están siendo escuchadas.
Muriel Romero (Murcia, 1972) comenzó sus estudios de Danza Clásica, Danza Española y Música de la mano de Alicia Monteagudo Ros. Con 11 años se traslada a Madrid para entrar en la Escuela Nacional de Danza dirigida por María de Ávila, donde continuó su formación con la maestra Lola de Ávila. En paralelo realiza la carrera de danza clásica en categoría examen libre, obteniendo Matrícula de Honor en todos sus cursos. Con 14 años gana el 1º Premio Nacional de Danza Clásica en el concurso Ciudad de Barcelona y con 15 años obtiene el Prix du Paris en el prestigioso concurso internacional Prix de Lausanne.