En un mercado editorial donde lo romántico suele quedarse en lo previsible, La esposa del mercader (Editorial Planeta) aparece como un soplo de aire fresco. Su autora, la reconocida Anna Jacobs, fue premiada como Mejor Novelista Romántica de Australia. Con esta nueva entrega, inaugura una saga familiar de cinco partes centrada en cinco mujeres y sus luchas personales.
Jacobs tiene más de 80 libros publicados y una base de lectoras fieles en Reino Unido y Australia. Ahora llega con fuerza a las estanterías de habla hispana. Lo hace con los temas que mejor domina: mujeres que resisten, dilemas humanos y un fuerte sentido del contexto histórico.
Amor, prejuicio y segundas oportunidades
La novela nos traslada a Singapur en 1860, un cruce de caminos para el comercio colonial. Allí conocemos a Isabella Saunders, una joven inglesa con el cabello rojo como el fuego. Está sola, sin dinero ni hogar, y sus intentos por trabajar como institutriz fracasan. Su belleza, lejos de ayudarla, se convierte en un obstáculo por los prejuicios de la época.
Todo cambia cuando conoce a Bram Deagan, un irlandés audaz que ha llegado desde Australia. Quiere importar productos de Oriente y convertirse en comerciante. Juntos emprenderán un camino que los llevará a las tierras salvajes del continente australiano, en busca de un nuevo comienzo.
Mucho más que una historia de amor
La esposa del mercader no es solo una novela romántica. Es también una historia sobre el poder de la decisión, el choque cultural y el rol de la mujer en el siglo XIX. Isabella y Bram representan algo más que una pareja: son símbolo de cambio en un mundo lleno de reglas injustas.
La trama tiene buen ritmo y se apoya en personajes femeninos fuertes, aunque no ideales. Mujeres con luces y sombras, que se equivocan, que luchan, que aprenden.
Una joya escondida entre novedades
Pese a su calidad, esta novela ha pasado casi desapercibida. No ha sido protagonista de campañas masivas ni ha ocupado portadas. Pero quienes la leen, coinciden: engancha desde el principio y deja ganas de más.
Con esta primera entrega, Anna Jacobs demuestra que la novela romántica, cuando está bien escrita, no necesita artificios para conmover. A veces, las historias más valiosas son las que nadie recomienda, pero todos disfrutan.