Durante las semifinales de Eurovisión 2024 que tuvieron lugar ayer y se celebraron en Malmö (Suecia), un momento destacó por encima de los demás. No por la calidad musical o el espectáculo visual, sino por su carga política. Eric Saade, cantante sueco que quedó tercero en este concurso en 2011, sorprendió y conmocionó a la audiencia internacional al aparecer en las semifinales con un pañuelo palestino, conocido como kufiya, atado a la muñeca. Este gesto, cargado de significado político y personal, resuena profundamente en un contexto donde la Guerra de Gaza entre Israel y Palestina continúa intensificándose.
La imagen es la siguiente:
El contexto personal de Eric Saade
Eric Khaled Saade, aunque nació en Suecia, lleva en sus venas una historia marcada por el conflicto palestino-israelí. Sus abuelos fueron exiliados de Palestina durante la Nakba, un término árabe que significa “catástrofe” y que se refiere a la expulsión de más de 700.000 palestinos de sus hogares en 1948, durante la creación del Estado de Israel. Además, su padre huyó del Líbano en la década de 1980. De hecho, escapó de la invasión israelí. Esta historia familiar le otorga a Saade una conexión personal y emotiva con el conflicto palestino-israelí. Influye claramente en su decisión de llevar la kufiya durante su actuación en Eurovisión.
La kufiya, más que un simple accesorio de moda, es un potente símbolo de identidad y resistencia palestina. Tradicionalmente de color blanco y negro, este pañuelo ha sido adoptado a nivel mundial como un signo de solidaridad hacia la causa palestina. Al elegir llevarlo atado en la muñeca en Eurovisión 2024, Saade no solo honra sus raíces y su historia familiar. También hace una declaración política audaz en uno de los escenarios más visibles del mundo.
Un concurso cargado de mensajes políticos
La aparición de Eric Saade con la kufiya no pasó desapercibida. Las redes sociales se inundaron de comentarios, muchos apoyando su gesto de solidaridad hacia Palestina y otros criticándolo por introducir política en un evento que muchos consideran debería ser un espacio de unidad y celebración cultural. Sin embargo, esta no es la primera vez que Eurovisión se convierte en plataforma de protestas políticas. El concurso ha tenido varios momentos en los que los artistas han aprovechado la atención internacional para expresar posturas políticas.
Las cuentas oficiales de Eurovisión no han subido la actuación de Eric Saade por haber llevado un pañuelo palestino. Que se difunda 🇵🇸#EurovisionRTVE #Eurovision2024 pic.twitter.com/Gjn05XEqQT
— Der Erhabene ツ (@jooanki) May 7, 2024
En tres cuartos de hora hemos visto un pañuelo palestino, una pareja ucraniana defendiendo la sororidad de sus mujeres en medio de una guerra, une chique luciendo su sino ante media Europa y una performance queer como ninguna.
Pero #Eurovision no es política. #EurovisionRTVE pic.twitter.com/jnjbTb8cKx
— Luis Mesa ۞ (@luismesacabello) May 7, 2024
A lo largo de los años, Eurovisión ha visto una variedad de actos políticos, desde gestos sutiles hasta declaraciones abiertas. Esto ha generado debates sobre la idoneidad de Eurovisión como plataforma para la protesta política. Mientras algunos argumentan que el arte y la música son inherentemente políticos y que los artistas tienen el derecho de expresar sus opiniones, otros creen que Eurovisión 2024 debería permanecer neutral, enfocándose únicamente en la música y la cultura.