La excusa de la ‘girlboss fatigue’: cuando las mujeres protagonistas molestan

Cultura, emprendimiento, sociedad. ¿Se usa bien el concepto 'girlboss fatigue'? ¿O es una excusa para criticar a las mujeres protagonistas?

Girlboss fatigue - Cultura
El concepto girlboss fatigue también se encuentra en los productos culturales Kilo y Cuarto

El concepto de girlboss irrumpió en la cultura popular a mediados de la década de 2010 como una nueva forma de feminismo. Empoderaba a las mujeres a tomar el control de sus carreras y vidas, siguiendo ejemplos de figuras empresariales femeninas que se habían abierto camino en sectores dominados por hombres. Sin embargo, lo que comenzó como un símbolo de ambición y éxito se ha transformado en una fuente de controversia y rechazo. Ahora ha desembocado en un fenómeno conocido como girlboss fatigue.

Este término de girlboss fatigue encapsula un sentimiento colectivo —mayoritariamente, hombres— de agotamiento y crítica hacia la narrativa que rodea a las mujeres exitosas en el ámbito empresarial, cultural y artístico. Pero ¿qué hay realmente detrás de este fenómeno? Y, más importante aún, ¿por qué molesta tanto que las mujeres ocupen posiciones de poder y protagonismo, cuando en los hombres esto parece aceptado y hasta esperado?

¿Qué es la ‘girlboss fatigue’?

La girlboss fatigue es un término que ha surgido para describir el agotamiento y la crítica que muchos han comenzado a sentir hacia el concepto de la mujeres empoderadas, exitosas y protagonistas. El último caso en la ficción es el de Hèra, la protagonista de la película El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim. En su origen, la girlboss se percibía como una mujer que rompía con las normas establecidas en el mundo empresarial. Una mujer que desafiaba las estructuras patriarcales y probaba que el éxito no tenía por qué estar reservado para los hombres. El término fue popularizado por figuras como Sophia Amoruso, fundadora de Nasty Gal, cuya autobiografía se convirtió en un bestseller y en un manual para mujeres jóvenes aspirantes a emprendedoras.

Sin embargo, la narrativa de la girlboss pronto comenzó a mostrar sus grietas. Lo que se vendió como una nueva forma de feminismo corporativo fue ampliamente criticado. Decían que era superficial y replicaba las mismas dinámicas de poder opresivas que pretendía desafiar. Figuras emblemáticas del movimiento, como la propia Amoruso, fueron acusadas de fomentar ambientes laborales tóxicos y de priorizar el éxito personal sobre el bienestar colectivo​, como sostienen desde The Atlantic The Queen’s Journal.

La excusa de la ‘girlboss fatigue’: cuando las mujeres protagonistas molestan

La polémica empresaria y emprendedora Sophia Amoruso | Tech Crunch/Emily Malan

Este agotamiento, esta girlboss fatigue, no solo proviene de las prácticas laborales cuestionables asociadas con algunas de estas figuras, sino también de la forma en que el concepto se ha mercantilizado. Se ha convertido en una etiqueta vacía más que en un verdadero motor de cambio. A medida que más mujeres se enfrentaban a la exigencia de cumplir con las exigencias de esta imagen, se hizo evidente —como explicaron en Modern Monclaire— que era más una fantasía de marketing que una solución real a los problemas de desigualdad laboral.

¿Por qué molesta cuando las mujeres son protagonistas, pero no cuando lo son los hombres?

La crítica y el rechazo hacia la girlboss no pueden entenderse en su totalidad sin considerar el contexto más amplio de cómo la sociedad percibe a las mujeres en posiciones de poder. Mientras que a los hombres en roles de liderazgo se les permite ser ambiciosos, duros y enfocados en el éxito, a las mujeres que exhiben estas mismas características a menudo se les acusa de ser frías, autoritarias o incluso despiadadas. Este doble estándar se ha evidenciado claramente en la forma en que han sido recibidas por el público.

La girlboss fatigue también pone de manifiesto un problema más profundo: la incomodidad de la sociedad con las mujeres que no solo alcanzan el éxito, sino que lo hacen de una manera que desafía las normas de género tradicionales. Cuando los hombres triunfan, se les celebra. Cuando lo hacen las mujeres, a menudo se les examina con una lupa que busca fallos y contradicciones. Esta reacción no es nueva. Las mujeres que han alcanzado el poder han enfrentado escrutinio y críticas desproporcionadas durante mucho tiempo. Lo que sugiere que el problema no reside tanto en las mujeres que ejercen el poder, sino en las expectativas de la sociedad sobre cómo deben comportarse.

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Una de las imágenes más imborrables del concierto de Taylor Swift en el Santiago Bernabéu | EFE

La crítica hacia la girlboss podría interpretarse, en parte, como una reacción al hecho de que estas mujeres han logrado lo que muchos consideran la “cima”. Un espacio que tradicionalmente era exclusivo de los hombres. Al adoptar roles tradicionalmente masculinos y triunfar en ellos, las mujeres exitosas desafían tanto las normas de género como las dinámicas de poder. En ambos casos, el dominio de los hombres —históricamente hablando— es indiscutible. Esta transgresión no pasa desapercibida. Y la girlboss fatigue que muchos sienten podría ser un síntoma de la resistencia a aceptar un cambio tan fundamental en la estructura de poder​, como sostienen desde Early Mag.

La ‘girlboss’ en la cultura: de icono aspiracional a blanco de crítica

La figura de la girlboss no solo se ha manifestado en el mundo empresarial. También ha tenido una presencia significativa en la cultura popular. Ha aparecido en películas, series, videojuegos y libros. Estas representaciones han sido tanto aplaudidas como criticadas. Y su evolución a lo largo del tiempo ofrece una ventana a cómo han cambiado las percepciones sobre el feminismo corporativo y el empoderamiento femenino.

Cine y televisión:

En el cine, la figura de la girlboss se ha explorado con personajes que encarnan tanto las aspiraciones como las contradicciones del concepto. Películas como El diablo viste de Prada (2006) mostraron a personajes como Miranda Priestly, una jefa poderosa y temida. Una mujer que, aunque no se ajusta exactamente al molde de la girlboss, prefigura muchas de sus características: ambición implacable, control absoluto y un enfoque despiadado hacia el éxito. Aunque Miranda recibe admiración por su competencia y poder, también es criticada por su ausencia de empatía. Lo refleja el doble rasero con el que se juzga a las mujeres en el poder.

El diablo viste de Prada - Cultura

Fotograma de ‘El diablo viste de Prada’ con Anne Hathaway y Meryl Streep | 20th Century Fox

Por otro lado, la serie Girlboss (2017), inspirada en la vida de Sophia Amoruso, muestra de manera explícita la ascensión y caída de una joven empresaria que encarna el espíritu del movimiento. Aunque la serie intenta capturar la energía y el empoderamiento que el término inicialmente implicaba, recibió críticas por perpetuar una visión simplista y superficial del feminismo. Todo ello contribuyó a la fatiga cultural con el término, al surgimiento de la girlboss fatigue.

La excusa de la ‘girlboss fatigue’: cuando las mujeres protagonistas molestan

Así luce el personaje de Hera en la película ‘El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim’ | Warner Bros. Pictures

El último caso, como hemos dejado entrever en los primeros párrafos de este reportaje, tiene que ver con la película animada El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim. La adaptación de la construcción del Abismo de Helm dentro del universo de J.R.R. Tolkien no va a ser literal, como todo el mundo esperaba. La producción de Warner Bros. Pictures ha presentado un personaje original. Un personaje que no aparece en la obra del autor británico. Ese personaje es Hèra, hija de Helm Hammerhand. Solo con el primer tráiler oficial de la cinta ya se han dejado entrever las primeras críticas hacia la presencia de Hèra. Y no solo eso: también hacia la girlboss fatigue y la repetición de este tipo de construcciones narrativas. Curioso que nunca supuso una repetición cuando se hacía con hombres.

Videojuegos:

La excusa de la ‘girlboss fatigue’: cuando las mujeres protagonistas molestan

Imagen promocional de ‘The Last of Us: Parte II’ con Ellie Williams recubierta de sangre | Naughty Dog

En el mundo de los videojuegos, aunque la representación directa del arquetipo es menos común, existen personajes femeninos que reflejan la lucha por el poder en un entorno dominado por hombres. Personajes como Lara Croft de Tomb Raider o Bayonetta de la serie homónima, aunque no son girlbosses en el sentido tradicional, comparten la ambición y la capacidad de tomar el control en situaciones extremas. Desafían las normas de género en sus respectivos mundos. Le pasa lo mismo a Ellie Williams en The Last of Us. Sin embargo, estos personajes también han sido objeto de debate sobre si realmente representan el empoderamiento femenino. O si, en cambio, refuerzan estereotipos sexuales y de poder masculino.

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