Netflix ha vuelto a dar en el clavo con una producción que desafía todas las convenciones y juega con nuestras nociones más clásicas de la mitología griega. Kaos, la nueva serie que ha capturado la atención de la audiencia global, ofrece una reinterpretación contemporánea y oscura de las leyendas de dioses y héroes. Una serie que convierte el Olimpo en un lugar donde el poder absoluto es tan frágil como un hilo de seda.
A primera vista, Kaos podría parecer una adaptación más de la mitología griega. Un tema recurrente tanto en la literatura como en el cine desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, lo que distingue a esta serie es su audaz mezcla de humor negro, crítica social y una narrativa que se alinea con las ansiedades modernas. Lejos de los relatos épicos y grandiosos que hemos visto en producciones como Troya o Furia de Titanes, la nueva serie de Netflix presenta a los dioses como figuras profundamente defectuosas, casi humanas. No obstante, sí tienen los poderes para moldear el destino a su antojo.
Caracterizado por el excéntrico y carismático Jeff Goldblum, este Zeus se nos presenta como un dios neurótico y paranoico. La premisa de la serie de Netflix comienza cuando el todopoderoso rey del Olimpo descubre una arruga en su frente. Este pequeño signo de envejecimiento desencadena en Zeus una espiral de paranoia y locura, convencido de que su caída está próxima. Aquí, Charlie Covell, creadora de la serie y artista detrás del éxito de The End of the F***ing World, juega con el arquetipo del líder omnipotente que, al igual que en muchas narrativas contemporáneas, es incapaz de manejar su propia inseguridad.
Una reinterpretación moderna de la mitología griega con el filtro de Netflix
Janet McTeer, en el papel de Hera, ofrece una actuación que equilibra la majestuosidad con la vulnerabilidad. Como reina de los dioses, Hera tiene que lidiar con un Zeus cada vez más errático, mientras sus propias ambiciones y deseos se ven amenazados. En contraste, Cliff Curtis nos presenta a un Poseidón que parece más interesado en la vida de lujos —como su superyate— que en las tormentas y terremotos que debería estar controlando. Este Poseidón despreocupado evidencia un desencanto con las responsabilidades divinas. Una metáfora, quizás, de la desconexión entre gobernantes y gobernados en el mundo moderno.
La serie de Netflix no se detiene solo en los dioses más conocidos. David Thewlis da vida a un Hades sombrío, cuyo inframundo es tan caótico como el mundo de los vivos. La historia de Orfeo y Eurídice, uno de los mitos más trágicos de la antigüedad, se reinventa con un tono de suspense que mantiene al espectador al borde del asiento. Aurora Perrineau, en el papel de ‘Riddy’, aporta un nuevo enfoque a la figura de Eurídice. La convierte en un personaje central que lucha por su propio destino en un mundo dominado por dioses caprichosos.
Lo que realmente hace de Kaos una serie imprescindible es su capacidad para conectar la mitología antigua con las preocupaciones del mundo actual. Zeus, Hera y los otros dioses olímpicos no son solo figuras de un pasado lejano. Sus luchas reflejan las de los líderes actuales. Están atrapados entre el poder y la impotencia. Entre la gloria y el miedo al ocaso.
Así es el póster oficial de la serie ‘Kaos’ | Netflix
Además, la serie de Netflix no se contenta con ser una mera parodia de la mitología. A través de su humor oscuro, Kaos ofrece una crítica incisiva a la sociedad contemporánea. Explora cómo el poder corrompe y cómo la búsqueda de la inmortalidad puede conducir a la autodestrucción. Es un recordatorio de que, en muchos sentidos, seguimos lidiando con los mismos dilemas que los antiguos griegos: la lucha por el poder, el temor a lo inevitable y el deseo de trascendencia.