La reciente decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos ha reavivado el prolongado litigio sobre la propiedad de la pintura Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia (1897) de Camille Pissarro, actualmente en exhibición en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Este fallo anula una sentencia anterior que reconocía al museo como legítimo propietario de la obra, robada por los nazis en 1939 a la familia judía Cassirer.
La historia de esta obra maestra del impresionismo está marcada por la tragedia y la injusticia. Lilly Cassirer Neubauer, miembro de una prominente familia judía alemana, se vio obligada a entregar la pintura a un tasador nazi en 1939 a cambio de visados que permitieran a su familia escapar de la persecución en Alemania. Tras la guerra, Lilly Cassirer intentó recuperar la obra, pero fue informada de que su paradero era desconocido. En 1958, el gobierno alemán le otorgó una compensación económica, reconociendo su derecho sobre la pintura.
La pintura cambió de manos en varias ocasiones hasta que, en 1976, fue adquirida por el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza en Nueva York. Posteriormente, en 1993, el Estado español compró la colección del barón, que incluía la obra de Pissarro, y la integró en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.

Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia. Camille Pissarro. Wikipedia
El conflicto legal comenzó en 2005 cuando Claude Cassirer, nieto de Lilly y residente en California, descubrió que la pintura se exhibía en el museo madrileño y presentó una demanda en un tribunal californiano para reclamar su devolución. Tras su fallecimiento en 2010, sus hijos, David y Ava Cassirer, continuaron la batalla legal.
En 2019, un juez federal de California falló a favor del museo, basándose en la legislación española que establece que la posesión de buena fe durante un período determinado confiere la propiedad legal. Sin embargo, la familia Cassirer apeló esta decisión, argumentando que la ley de California, más favorable a las víctimas de expolios nazis, debería aplicarse en este caso.
La reciente intervención de la Corte Suprema de Estados Unidos ha dado un giro significativo al caso. El tribunal ha ordenado que el caso sea revisado nuevamente por el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito, esta vez aplicando la ley de California. Esta legislación establece que un bien obtenido ilícitamente no puede ser transmitido con un título válido, lo que podría obligar al museo español a devolver la pintura a la familia Cassirer.
Además, en septiembre de 2024, el gobernador de California, Gavin Newsom, firmó una ley destinada a ayudar a los sobrevivientes del Holocausto y a sus familias a recuperar obras de arte robadas por los nazis. Esta legislación refuerza las reclamaciones de arte expoliado y podría influir en la resolución final del caso Cassirer.
La Comunidad Judía de Madrid y la Federación de Comunidades Judías de España han expresado su apoyo a la familia Cassirer en su lucha por recuperar la obra. Ambas organizaciones presentaron un escrito ante la Corte Suprema de Estados Unidos respaldando la demanda de la familia y argumentando que España no tiene un interés legítimo en aplicar el Artículo 1955 del Código Civil Español para retener la obra.
Por su parte, la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza ha mantenido que adquirió la pintura de buena fe y que, según la legislación española, es la legítima propietaria. Sin embargo, la aplicación de la ley californiana podría cambiar esta situación, ya que dicha ley no reconoce la transferencia de propiedad de bienes robados, incluso si fueron adquiridos de buena fe.
Este caso pone de relieve las complejidades legales y éticas en torno a la restitución de obras de arte expoliadas durante el régimen nazi. Mientras que algunos argumentan que las instituciones que adquirieron estas obras de buena fe deberían conservarlas, otros sostienen que la restitución es una cuestión de justicia histórica para las familias afectadas por el expolio nazi.
La decisión final del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito, aplicando la ley de California, será crucial para determinar el destino de la pintura de Pissarro. Este fallo podría sentar un precedente importante para futuros casos de restitución de arte robado durante la Segunda Guerra Mundial y reforzar los derechos de las víctimas y sus descendientes en la recuperación de su patrimonio cultural.