La reciente victoria del FC Barcelona femenino en la UEFA Champions League y la visita de la superestrella mundial Taylor Swift a España sucederán con pocos días de diferencia. Tal coincidencia hace mucho más visible una realidad: los logros de estas mujeres – más recientes los del fútbol y con más trayectoria los de la cantante y compositora-, ya no solo evidencian el empoderamiento femenino, sino que revelan su transformación en auténticas figuras de poder global.
El FC Barcelona femenino, que ha dominado el fútbol europeo al alzar la copa de la Champions League, simboliza más que un triunfo deportivo. Este equipo representa un cambio significativo en la percepción y la realidad del poder femenino en el fútbol. Las jugadoras del Barça no solo son ejemplos de mujeres empoderadas; son ahora mujeres con un poder tangible que se manifiesta en su influencia mediática y económica. Su éxito ha contribuido significativamente a la visibilidad y la comercialización del fútbol femenino, atrayendo patrocinios y audiencias a niveles antes impensables.
Según un informe de Deloitte, la sección femenina del Barça ha visto un aumento constante en ingresos por patrocinios y derechos de transmisión, alcanzando cifras récord en la temporada 2022/2023. Este crecimiento económico refleja la creciente demanda y el interés por el fútbol femenino, consolidando a estas jugadoras no solo como atletas excepcionales, sino como poderosas figuras comerciales que impulsan la economía del deporte.
Paralelamente, Taylor Swift, una de las artistas más influyentes y económicamente poderosas del mundo, ha construido una carrera que trasciende la música. Según Forbes, Taylor Swift es una de las celebridades mejor pagadas, con una fortuna que supera los 740 millones de dólares en 2023. Su última gira, The Eras Tour, ha recaudado más de 400 millones de dólares solo en Norteamérica, consolidándola como una figura de poder económico impresionante. Swift no solo empodera a sus seguidores y seguidoras con su música y mensajes, sino que maneja una influencia y un capital que la sitúan entre las figuras más poderosas del entretenimiento global.
La conexión entre el éxito del Barça femenino y Taylor Swift no es meramente una coincidencia. Ambas representan la culminación de un viaje desde el empoderamiento hacia el poder consolidado. El Barça femenino y Swift han demostrado que las mujeres pueden liderar, dominar y generar riqueza en campos históricamente controlados por hombres, estableciendo nuevos estándares de excelencia y éxito.
Sin embargo, en la escala de mujeres con poder sigue habiendo grandes diferencias. Una muy simbólica sucedió en el transcurso de la recepción del Ayuntamiento de Barcelona a las campeonas. El alcalde recibió a las jugadoras con muy buenas palabras: “No es que este equipo sea solo el mejor del mundo, es que está haciendo historia. Como pasó con Cruyff y Guardiola, en unos años recordaremos a este equipo que lideraron Alexia y Aitana“. A renglón seguido, el alcalde posó junto al presidente Laporta y la capitana, Alexia Putellas, para los medios sosteniendo una camiseta conmemorativa, pero el alcalde quiso cogerla él solo para ser fotografiado, dejando a Alexia con cara de circunstancias. El gesto del edil ha sido muy contestado en redes y tertulias y no es descabellado preguntarse si habría actuado igual con capitanes como sus mencionados Cruyff y Guardiola.
Con Taylor Swift dudo que suceda algo parecido. Ante los 45 millones de euros que se calcula que aportarán a la economía de Madrid los conciertos de la cantante y compositora, la ciudad se ha puesto a su servicio. Se han instalado dos carpas para albergar los 123 tráileres que componen la comitiva. Se esperan fans de toda Europa. Se cortarán diversas calles al tráfico y se reforzará el servicio de transporte público.
Taylor ilumina el camino de las mujeres que aspiran a tener poder. El Barça femenino, a distancia de la norteamericana, trabaja con el mismo objetivo. Ambos son símbolos de la capacidad del deporte y la música para inspirar y unir a personas de todo el mundo, y generar riqueza contable, demostrando que ya no hablamos solo de mujeres empoderadas, sino de mujeres con poder.