Los dragones pronto cruzarán nuestro horizonte. El esperado enfrentamiento entre el Clan Verde y el Clan Negro dará comienzo el próximo 16 de junio, cuando se estrene la esperadísima segunda temporada de La Casa del Dragón en HBO. El trono de hierro está nuevamente en disputa con la Danza de dragones, la épica guerra de sucesión entre los miembros de la familia Targaryen.
En esta ocasión, la serie creada por Ryan Condal apuesta por el conflicto bélico entre las dos mujeres más poderosas de Westeros: Rhaenyra y Alicent. Desde su primera entrega, la serie muestra una comunidad patriarcal incapaz de cambiar. “Abordamos el patriarcado, las mujeres y el poder; y la pregunta que uno debe hacerse con la serie es: si eres una mujer que busca gobernar, ¿cómo puedes deshacerte de etiquetas?”, relata la actriz británica Emma D’Arcy, la poderosa Rhaenyra en la ficción.
La serie es una tragedia fundada en la misoginia que Westeros ejerce sobre su nobleza. Incluso el hombre más progresista, el rey Viserys (Paddy Considine), elige su propia posición y sus deseos por encima de las mujeres de su vida con consecuencias políticas desastrosas. Dentro de este mundo, personajes como Alicent Hightower (Olivia Cooke) muestran cómo cumplir el papel que se espera que desempeñen puede resultar corrosivo para su identidad. Por el contrario, cuando una princesa como Rhaenyra (Emma D’Arcy) tiene el raro privilegio y la rara oportunidad de subvertir su rol, enfrenta hostilidad a cada momento, soportando los desafíos típicos del liderazgo. Este doble rasero trae fatalidad a ambos bandos dejando a la familia real completamente diezmada. “Vamos a ver a las mujeres dar un paso al frente en esta temporada. Ya lo hemos visto en el pasado, pero ahora, específicamente, en una época de tanta crisis y tanta guerra, veremos que son ellas quienes toman las decisiones importantes” reveló Olivia Cooke que da vida a Alicent. El conflicto central en “La Casa del Dragon” hace explícito su sexismo cuando se nombra heredera a Rhaenyra. “Mi personaje encarga la idea de la madre, una madre con una energía muy fuerte y esa es la que Rhaenys siente esta temporada en la que mantiene a todos en el caos”.
Cuando el Rey nombra a Rhaenyra su heredera, no lo hace por lealtad hacia ella, sino más bien para castigar y fastidiar a Daemon (Matt Smith). A Daemon sólo le supera Otto Hightower (Rhys Ifans) como la persona más sexista de la Fortaleza Roja, deshumanizando a las mujeres en todos los aspectos. “Alicent se siente asfixiada por el entorno social y es utilizada como peón por su padre para sus propias ambiciones políticas, algo de lo que no se da cuenta hasta que su propio hijo se convierte en rey. Al principio, ella es muy ingenua. Pero como muchas de las mujeres en ‘Juego de Tronos’, acaba siendo más cruel que los hombres. Ella comprende lo que significa el poder y cómo hay que manipularlo. Tiene que manipular para hacerse entender, para alejar a estos hombres del caos y la implosión. Pero si en la temporada 1 la vimos como la niña ingenua, este año el adoctrinamiento por parte de su padre se ha instalado; y en cierto modo ella se ha convertido en un mini-Otto Hightower. Una guía para sus dos hijos adultos que están empezando a descartarla cada vez más” revela Cooke.
Verdes contra Negros
En esta ocasión, la serie creada por Ryan Condal apuesta por el conflicto bélico entre las dos mujeres más poderosas de Westeros: Rhaenyra y Alicent. Cada una representando a un clan: el negro y el verde. “Rhaenyra sirve casi como la encarnación de la ruptura de las normas de género. La preferencia que el rey tiene hacia ella, hace que Alicent saque los cuchillos en sentido figurado y literal. Esto no quiere decir que desempeñar un papel tan privilegiado le resulte fácil, ya que su propia existencia, paradójicamente, la convierte en un objetivo para sus enemigos. En su última noche como heredera, reconoce lo pesado que puede ser llevar una corona, tanto para ella como para su padre” apunta Emma D’arcy.
No existe mejor ejemplo del patriarcado de Westeros que la dinámica política y social entre Rhaenyra y Alicent, quienes representan polos opuestos en la forma en que enfrentan el sexismo dentro de su sociedad. El programa ofrece una visión particularmente comprensiva hacia Alicent, quien en los libros es mayor que su contrincante. “La gran tragedia es que dos mujeres que eran amigas ahora están en guerra solo por el hecho de que los hombres decidieron, a una (Alicent) le dijeron: Te vas a casar con el rey Viserys y eso provocó esta brecha. ; pero si se les permitiera estar solas y hablar, podríamos evitar toda esta tragedia”, admitió Steve Toussaint, quien da vida a Corlys Velaryon. El cierre de la primera temporada (spoiler) dio paso a la guerra en Westeros. Mientras los Negros y los Verdes buscan aliados para sus respectivas casas, Lucerys, el hijo de Rhaenyra muere devorado por Vhagar, el dragón de Aemond, lo cual creó un punto de no retorno. Por ello, la nueva temporada inicia con un capítulo más extenso, titulado ‘Hijo por hijo’. “Sí, creo que el hecho de que no puedan comunicarse realmente es un obstáculo en la serie. Supongo que, una vez más, es parte del duelo. No sé si alguna de ellas puede encontrar consuelo” continua Cooke.
El sexo en La Casa del Dragón
En ninguna parte se deja más claro la dicotomía entre Rhaenyra y Alicent que en su enfoque del romance y el sexo, que la serie explora con mucho más cuidado que su predecesora logrando un equilibrio en la forma en que retrata las experiencias de las mujeres, tanto para bien como para mal. Dado que la franquicia ha tenido durante mucho tiempo una historia muy problemática en cuanto a cómo retrata la sexualidad, este intento de encontrar cierto balance habla de cuánto hemos crecido como sociedad en la vida real y de lo lejos que aún le queda a Westeros en la pantalla. “Creo que hemos hecho un buen trabajo en la forma en que hemos trasladado el libro ‘Fuego y Sangre’ de George Martin a la pantalla. Es su drama, es su novela, pero estamos operando por nuestra cuenta y lo digo en el buen sentido” admite Condal, creador de la serie. La secuela de ‘Juego de Tronos’ mantiene casi el mismo nivel de popularidad que su predecesora convirtiéndose en un evento televisivo para las masas. “Este tipo de serie, con tantos seguidores, te cambia la vida. Es una gran oportunidad de la que me siento muy agradecido” terminó diciendo Ewan Mitchell.