La caída a los infiernos de Depardieu: de “monstruo del cine” a acusado de violencia sexual

El que fue considerado como el embajador del séptimo arte francés está acusado de violencia sexual por dos mujeres en un juicio que ha arrancado esta semana y que podría acarrear al actor una pena de hasta 5 años de cárcel

El actor francés Gerard Depardieu (C) y su abogado Jeremie Assous (D) llegan al juzgado de París, en París, Francia, el 24 de marzo de 2025. EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON

Un Gérard Depardieu bastante distinto a los célebres personajes que inmortalizó en el cine, de Obélix a Colón, pasando por Cyrano de Bergerac, entró este lunes por primera vez en un tribunal penal, el de París. Con un traje negro y con dificultad para andar, apoyándose con la mano en el hombro de su abogado, el que fuese considerado el embajador del séptimo arte francés ha pasado a estar acusado de violencia sexual por dos mujeres, una escenógrafa y una asistente de dirección, durante el rodaje de la película Les Volets Verts, el 2021.

La defensa del actor de 76 años -que niega todos los hechos– había logrado aplazar la audiencia cinco meses, desde que en octubre pasado justificó su precaria salud: un bypass coronario y una diabetes exacerbada por el estrés. Mientras tanto, la última ola del #MeToo francés promete quedarse bastante tiempo, y justamente en el mundo del cine: una comisión de investigación en la Asamblea francesa está a punto de publicar su informe final sobre los abusos y la violencia en los platós de cine.

Primer día del juicio

El objetivo de la defensa ha quedado claro desde el principio de la audiencia: “la anulación de todo el procedimiento” contra Depardieu. Su abogado, que criticó el “efecto atómico” de las acusaciones de violencia sexual, añadiendo que “te mata socialmente”, apuntó una serie de elementos que, según cree, fueron errores en la fase de instrucción.

El caso que se juzga en el tribunal situado de París del distrito 17 analiza las denuncias de la escenógrafa Amélie, de 54 años, y de la asistente de dirección (que se mantiene en anonimato), de 34 años. Ellas acusan a Depardieu de comentarios sexistas, acoso, violencia y tocamientos mientras rodaban la película Les Volets verts, dirigida por Jean Becker. Amélie afirma haber sido agarrada con brutalidad e inmovilizada entre sus piernas mientras preparaba un decorado. Por su parte, la otra presunta víctima le acusa de haberle tocado los senos y las nalgas varias veces.

Espiral de denuncias

La joven actriz Charlotte Arnould fue la primera mujer en denunciar formalmente al actor ganador de dos Cesars. En 2018, en pleno movimiento #MeToo, ella (entonces 22 años) le acusó de violación y agresión sexual, crímenes que supuestamente habrían sido cometidos en el domicilio del actor.

Ha sido efecto cascada. Desde entonces, casi una veintena de mujeres de distintas edades acusaron ante la prensa o la policía al actor, cantante y empresario nacionalizado ruso y emiratí de crímenes sexuales o comentarios sexistas. De las seis denuncias presentadas formalmente, una ha sido desestimada. El pasado agosto, la Fiscalía de París por fin solicitó la apertura de un juicio ante el tribunal penal departamental por el caso de la actriz Arnould.

Apoyo a Depardieu

La primera reacción de parte del mundo del cine ha sido proteger al actor. En el día de Navidades, el 25 de diciembre de 2023, una tribuna publicada en Le Figaro y firmada por cincuenta personalidades del cine, le homenajearon como “El último monstruo sagrado del cine”. El texto criticaba “el linchamiento que se abate sobre él” y “el torrente de odio”. “Nadie podrá borrar la huella indeleble de su obra”, se leía. Carla Bruni y Victoria Abril estaban entre las firmantes.

Algunos días antes, el presidente Emmanuel Macron había salido en su defensa durante una entrevista televisiva. El mandatario calificó las acusaciones de “persecución” y saludó al “inmenso actor” que “enorgullecía a Francia”.

El #MeToo del cine

Pero mucho ha cambiado desde entonces. Las distintas etapas del movimiento #MeToo en Francia han contribuido a una toma de conciencia más más amplia. El festival de Cannes de 2024 ha sido marcado por las críticas a la cultura de la violación, con las denuncias públicas de la actriz Judith Godrèche contra los directores de culto Benoît Jacquot y Jacques Doillon. Godrèche también proyectó su cortometraje titulado Moi aussi, en clara referencia al #MeToo.

El “boom” feminista ha sido tan grande que, por iniciativa de Godrèche, la Asamblea francesa instauró una comisión de investigación sobre las violencias sexuales en el cine. El informe final se hará público en abril.

Como resultado de todo ese movimiento, ningún tapiz rojo le esperaba a Depardieu en este lunes soleado de principios de primavera, sino una ruidosa multitud de feministas con carteles de “todas violaciones deben ser juzgadas”.

Este juicio puede costar a Depardieu una pena de hasta 5 años de cárcel y una multa de 75.000 euros, mientras los numerosos testimonios de violencia sexual contra él ya le han afectado la carrera en el país galo. Pero también, y sobre todo, a la de las presuntas víctimas. La actriz Arnould, por ejemplo, ya no volvió a estrenar ninguna película desde que le denunció. En 1985, la actriz Sophie Marceau fue pionera al criticar públicamente el comportamiento del actor, después de compartir con él el rodaje de la película Police, cuando ella tenía tan solo 19 años. Tuvo que convivir durante años con insultos como “la cabrona”, de parte del círculo de apoyadores del actor.

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