“No distingo lo complicado de lo simple, lo que está bien, lo que está mal, lo correcto y lo que no. Lo que es real y lo que me he inventado yo, lo que he soñado, lo que ha pasado, lo que es posible y lo que no”. La Bien Querida tiene letras para todo, con ese pop suave, cotidiano, tan indie y aparentemente ligero y, a la vez, tan profundo y sereno.
La Bien Querida llegó en 2022 a su séptimo álbum de estudio con Paprika, un trabajo en el que Ana Fernández-Villaverde exploraba diferentes estilos de la música latina como la bachata, pero sin perder de vista otros sonidos más funky o pop-rock. Pero siempre con su toque único, personal, ese con el que empezó casi por casualidad en 2008 y la ha llevado a no bajarse de un escenario en 16 años. “Yo siempre me había dedicado a la pintura hasta que me compré una guitarra. Me bajé los acordes de internet de las canciones pop que me gustaban y así empecé. J de Los Planetas me animó a empezar a componer. Preparé una maqueta y la subí a un portal que se llamaba Myspace. Dos compañías indies me contactaron con intención de sacarme un disco. Al principio lo vi como un juego, no pensé que acabaría siendo mi vida”, explica.
Cuando sale al escenario de La Riviera, ataviada con un body rosa adornado con tul brillante del mismo tono y un mini corsé que le ciñe la cintura, sobre la que reposa su inseparable guitarra, uno de los templos musicales de Madrid se viene abajo. Con su característico flequillo, agarra el micro y empieza a cantar: “Cuando tus ojos se cruzaron con los míos sentí un flechazo de esos raros del destino. Y una mañana muy temprano me desperté con un suspiro: había soñado que tu cuerpo se fundía con el mío”.
La Bien Querida: desgarrada pero serena
Ella ha dado el pistoletazo de salida al ciclo de conciertos Inverfest, que pretende ser “el festival del invierno”, y que reúne nombres como Rita Payés, María José Llergo, Xoel López o Judeline. De La Verdad, de su álbum Brujería, un clásico en todos sus conciertos, pasó a ¿Qué?, del mismo álbum, que relanzó hace poco con Diego Ibáñez, de Carolina Durante, que tristemente no pudo acompañarla sobre el escenario.
Acompañada por una banda en estado de gracia, La Bien Querida logró crear una atmósfera mágica que emocionó al público. Las canciones más melancólicas se combinaron con momentos de baile y celebración, mostrando la versatilidad de una artista que sabe cómo mantener a su audiencia cautiva. Entre los momentos más destacados de la noche estuvo la interpretación de “Dinamita”, una de sus canciones más emblemáticas, que arrancó una ovación prolongada de los asistentes. También sorprendió con una versión acústica de “Arenas movedizas”, demostrando que su música brilla en cualquier formato.
La de La Bien Querida es una de las voces más personales y respetadas del panorama musical español. Nacida en Bilbao, Ana Fernández-Villaverde tuvo una trayectoria diferente a la de muchos músicos. Antes de dedicarse a la música, estudió Bellas Artes y desarrolló una carrera como pintora. Fue en 2005, a los 30 años, cuando decidió explorar el mundo de la música, alentada por su amigo y productor David Rodríguez (colaborador habitual de La Estrella de David y Beef), quien acabaría convirtiéndose en su pareja… y en la actualidad, tras su ruptura, continúa siendo su guitarrista. Con su voz armoniosa pero con trasfondo de un desamor desgarrado, guitarra y mucho que decir, Ana comenzó a escribir canciones que rápidamente llamaron la atención por su sensibilidad lírica y su capacidad para transformar emociones complejas en melodías conmovedoras.
En 2009 lanzó su primer álbum, Romancero, bajo el sello Elefant Records. Este trabajo debut fue un éxito instantáneo, conquistando tanto a la crítica como al público. Sus letras, cargadas de referencias literarias y emocionales, junto con una producción que mezcla el pop, el folk y la electrónica, situaron a La Bien Querida como una figura única dentro de la música independiente en España.
Canciones que cantan al amor y al desamor
Las canciones de La Bien Querida son relatos musicales que exploran el amor en todas sus vertientes: la pasión, el deseo, el desencanto y la pérdida. Temas como “De momento abril”, “Muero de amor” o “9.6” se han convertido en himnos generacionales para aquellos que buscan letras que reflejen las luces y sombras de las relaciones humanas.
Con una voz dulce y etérea, Ana Fernández-Villaverde logra transmitir una fuerza emocional arrolladora. Sus canciones, influenciadas por poetas como Alejandra Pizarnik y referencias del pop español como Los Planetas, tienen una honestidad desgarradora que las convierte en universales.
En sus álbumes posteriores, como Ceremonia (2012) o Premeditación, nocturnidad y alevosía (2015), La Bien Querida ha experimentado con nuevos sonidos, incorporando sintetizadores y bases electrónicas, sin perder su esencia. Este espíritu innovador ha consolidado su reputación como una artista que no teme reinventarse.
Además, La Bien Querida es una figura admirada por su autenticidad y su compromiso con el arte. Su capacidad para mezclar géneros y su atención al detalle en cada disco le han ganado el respeto de sus colegas y de la crítica especializada. Además, ha colaborado con grandes nombres de la música española, como Los Planetas, Nacho Vegas o Soleá Morente, reafirmando su estatus como una de las artistas más influyentes de la escena independiente.
Un legado que sigue creciendo
La Bien Querida no solo ha logrado consolidarse como una de las voces más importantes del indie español, sino que también ha dejado una huella indeleble en la música contemporánea. Su honestidad artística, su capacidad para evolucionar y su conexión emocional con el público la convierten en una figura imprescindible. Con su actuación en Inverfest 2025, Ana Fernández-Villaverde reafirmó su lugar en el corazón de sus seguidores y marcó el inicio de un año prometedor para la música en vivo en España.