En su primera película documental, M, la francesa Yolande Zauberman oyó por primera vez la historia de La belle de Gaza. Se trataba de una mujer trans que había recorrido andando el camino que va de la Franja de Gaza hasta el reducto de libertad en que se ha convertido Tel Aviv.
Zauberman decidió que su historia merecía ser contada, y la buscó hasta encontrarla, con una cruenta guerra de por medio que por poco impide que la cineasta francesa, que está embarcada en una trilogía documental con especial atención a desigualdades y asuntos sociales en Israel, la pudiera presentar en la actual edición del Festival de Cine de Cannes.
La directora ha afirmado en la Croisette que la ofensiva de Hamás en Israel el pasado 7 de octubre y las masacres que se sucedieron la llevaron a dudar de si era lícito estrenar la película. Sin embargo, decidió seguir adelante “por las chicas”, aunque se ha tratado de una celebración agridulce. La película se ha presentado en la ciudad de la Costa Azul pero fuera de competición, en las sesiones especiales del certamen de Cannes.
Lo trans y la prostitución
La película documental La belle de Gaza transcurre en los sórdidos callejones de uno de los lugares más aterradores del mundo. En la Franja las personas trans no son bienvenidas, y sobreviven encondidas, como relatan las protagonistas, Nathalie, Danielle, Nadine, Talleen. Entre la voluntad de expresar su elección vital, antes y después de decidir conformarse con su identidad, descubrimos una parte violenta de sus comunidades de origen. Son musulmanas, judías o cristianas, y es casi por suerte que escaparon de la prisión mental en la que estaban encerradas.
Se trata de un documental rodado prácticamente de noche, en callejones donde decenas de mujeres trans ejercen la prostitución, casi la única vía de escape que encuentran a su situación. Yolande Zauberman Allí iba la directora de títulos como ‘M’ o ‘Classified People’ con una cámara y una imagen borrosa de la supuesta mujer de la historia, en busca de pistas para encontrarla. “Yo pensaba, guau, vaya viaje. No en términos de kilómetros, sino en términos mentales. Ella llevaba todo dentro: Gaza, Tel Aviv, lo musulmán, lo judío, el hombre, la mujer… Y realmente quería conocerla”, rememora Zauberman en Cannes.
Así, cámara en mano, la búsqueda de la misteriosa ‘Bella de Gaza’ se convierte en una herramienta para retratar a las mujeres trans palestinas (y no palestinas) que intentan sobrevivir en Tel Aviv. “Esta película nos ha dado la oportunidad realmente de mostrar al mundo muchas experiencias, muchas historias, entre las diferentes situaciones de la vida real de las personas trans”, explica una de las protagonistas del documental, la modelo Talleen Abu Hanna, ganadora del primer concurso Miss Trans Israel en 2016.
Una transición en soledad
Nacida en el seno de una familia cristiana palestina en Nazaret, al norte de Israel, Abu Hanna aparece en la película como un símbolo de esperanza frente a las historias, a menudo plagadas de dolor y violencia, que Zauberman recoge por las noches. “Estuve durmiendo en la calle cuando me marché de mi casa para hacer mi transición. Dormía en la calle y, paso a paso, llegué a lo que soy hoy. Era duro y sigue siendo duro siendo quien soy hoy. Tengo mucho éxito y aún es muy difícil porque siempre llevas un secreto contigo todo el tiempo”, comparte la popular modelo, de 29 años.
Pese al marco de violencia actual, el documental trata de mostrar una “luz en la oscuridad”, ha señalado Zauberman durante Cannes. Y apunta, además, que cree que el público en el festival está entendiendo que su película está hecha con el corazón y con muchos matices. “Quiero retratarlas como heroínas, no como víctimas”, enfatiza la directora.
“Quiero retratarlas como heroínas, no como víctimas”
Israel es “el cielo” para las personas trans, asegura Talleen Abu Hanna, ya que en el resto de naciones de la región no se las acepta. En ese país, apunta por su parte la directora, la operación de cambio de sexo es gratuita e incluso existe un subsidio para las mujeres trans porque “se reconoce que es muy difícil conseguir un trabajo, aunque aun con eso es difícil, como en todas partes”.
“Para ser honestos –expone Talleen Abu Hanna–, como cristiana árabe que vive en Israel, Israel me dio el ser quien soy. Me dio la oportunidad de ser quien soy, de hacerme la cirugía, de ser una mujer real, de cambiar mi carné de identidad de hombre a mujer”. “Esto no pasa en muchos lugares de Oriente Medio”, recalca.
La modelo prefiere limitar sus comentarios sobre la situación actual de la guerra, pero reconoce que la situación es “muy dura para todo el mundo porque somos humanos”. “A mí no me gusta la guerra porque he vivido en guerra toda mi vida. Toda mi vida he estado en guerra entre mi cuerpo y mi alma y hoy he hecho las paces entre ellos. Sé lo que significa la paz”, concluye.