Los fanáticos de Keri Russell la recuerdan como una de las estrellas de ‘The All New Mickey Mouse Club’ antes de convertirse en un nombre familiar interpretando a la estrella principal de la serie ‘Felicity’. Este fue un personaje que, al igual que Sansón, perdió fuerza frente al público cuando se cortó el pelo en la segunda temporada.
Como actriz icónica de los 90, Russell ha trabajado constantemente en la televisión y en el cine, su último trabajo es recordado como una de las mejores series de la pequeña pantalla ‘The Americans’, y ahora vuelve al mundo de los espías con ‘The Diplomat’, la serie de Netflix por la que salió nominada a Mejor Actriz en los premios Emmy. La actriz da vida a Kate Wyler, embajadora de Estados Unidos en el Reino Unido, ligeramente desaliñada e inexperta, pero con una mano izquierda a prueba de bombas.
El día de Halloween, cinco días antes de las elecciones de Estados Unidos, se estrena la nueva temporada de ‘The Diplomat’ y nosotros hablamos con la protagonista, de 48 años, quien, por cierto, está casada con su compañero en ‘The Americans’ Matthew Rhys.
P: La embajadora Kate Wyler atraviesa relaciones muy precarias, que también incluyen a su propio marido. ¿Podría contarnos cómo las emociones de Kate pueden interrumpir su trabajo?
R: Bueno, eso es algo de lo que hemos estado hablando. Kate se resistió a ser la jefa del Gabinete en Reino Unido, absorbiendo todo lo que eso implica. Y en la segunda temporada, ella es la jefa. Se ve obligada a lidiar con las consecuencias de cada una de las acciones de sus empleados, quienes también juzgan los enormes errores que ha cometido. Ella asume que es la jefa y que va a cometer errores, pero hay compasión por ser el jefe y lo que eso implica.
P: En los tiempos en que vivimos, ¿qué importancia tiene reflejar la realidad en la ficción?
R: Oh, Dios. Esa es una pregunta tendenciosa. He tenido el privilegio en los últimos años, y gracias a esta serie, de sentarme en salas con personas increíbles, mujeres increíbles. Mujeres poderosas, inteligentes, divertidas y complicadas. Y por supuesto, es bueno encontrarse con esa gente. No lo pienso en términos de copiar sus manierismos, aunque también. Verme rodeada de mujeres increíbles, ir a cenar con Hillary Clinton, escuchar a estas increíbles mujeres, hablar, junto a otras 20 personas, fue sensacional. Se lo debo a la embajadora Jane Hartley, que fue quien me invitó. Por supuesto, es importante que todos estén representados. Pero para este papel, específicamente, creo que lo que me satisface no es que esta mujer tenga esta posición poderosa, sino el retrato tan completo que hacemos de una persona, de una mujer que es, sí, muy inteligente y muy capaz y tiene poder. Pero también es un desastre y comete errores terribles y además su relación no es perfecta. Eso, para mí, es el retrato de una persona completa. Y creo que eso es más importante que representar su poder. Nuestro objetivo es lograr momentos reales con este telón de fondo gigante que es la embajada norteamericana en Reino Unido. Eso es lo que me interesa.
P: Se lo preguntaba porque la representación de las mujeres en las series es importante
R: Mucho. Hemos evolucionado en los textos, en los guiones. No vamos a volver atrás. Cuando Debora estaba escribiendo la serie, se entrevistó con mujeres embajadoras que le ayudaron a dar forma al personaje. Ellas le dijeron lo que era o no era realista, solo ha habido una mujer embajadora en RU: Jane Hartley y por eso la representación es importante. Yo estoy muy agradecida por este papel
P: ¿Te parece interesante el mundo diplomático?
R: Sí, sí. Muchísimo. Este es un buen trabajo. La serie no deja de sorprenderme porque los diplomáticos tienen un estilo de vida muy entretenido. Hay cosas que me parecen un sinsentido, y me cuesta aprenderme toda esa maldita jerga política, pero el personaje es bueno, muy bueno para mí. Tenemos asesores políticos que leen todos los guiones. Les preguntamos qué les preocupa y qué los mantiene despiertos por la noche, y qué están pensando que nosotros ni siquiera nos atrevemos a pensar. Esas son las raíces de las historias de espías, echar raíces en la realidad. Cuando los diplomáticos leen los guiones, nosotros les pedimos que nos dejen avergonzarles porque estamos haciendo una serie de ficción.
P: Después de una primera temporada tan increíble de ‘The Diplomat’, ¿qué es lo que más te emociona al comienzo de esta la segunda temporada?
R: Creo que las historias alrededor de sus relaciones amorosas son las más divertidas. Quiero decir, que vamos a entusiasmar al público con sus tropiezos románticos. Eso siempre es oro a la hora de dar espectáculo a la audiencia porque es emocionante. Los ritmos de una relación a largo plazo y sus pormenores, da mucho juego. Son fases de una relación, y mi personaje está en una fase muy diferente a la del año pasado
P: Estás rodando la serie en el Reino Unido. ¿Qué te gusta hacer en tus días libres londinenses?
R: Bueno, mi chico es galés, británico, así que una expresión que realmente me gusta es “Jog on”, que significa como “vete a la mierda”. Poder rodar en Londres en verano es una delicia. También viajamos por Europa: España, Francia. Me gusta visitar las tabernas londinenses, los pubs. Me gustan los pubs.
P: ¿Qué películas o series de televisión de espías viste cuando eras niña?
R: Yo siempre he sido una gran admiradora de Nancy Drew. Pero son libros. Ella era una especie de detective espía.
P: ¿Cómo afrontas el hecho de ser actriz, esposa y madre joven?
R: Día a día. Como cualquier persona con una carrera, hay concesiones y tratas de dar lo mejor de ti cada día. Hay meses más duros que otros. Este es un mes difícil porque estoy fuera de casa de promoción y viajo mucho. Pero el mes que viene no trabajaré en absoluto, así que hay toma y daca.