Pedro Almodóvar ha presentado en el Festival de Venecia su última película, La habitación del al lado, escoltado por las dos actrices protagonistas: Tilda Swinton y Julianne Moore. El manchego las ha elegido como parte de esa comitiva de mujeres que conforman la leyenda de Almodóvar. En inglés, para variar escenario e idioma, Pedro viaja a Nueva York a contar la historia de dos amigas, una de ellas enfrentada a un cáncer terminal, que decidirá, de forma consciente y voluntaria, terminar con su vida de una forma digna. La eutanasia representa la libertad, el derecho a decidir: cómo la muerte se convierte en una lucha personal.
“Esta película está llena de mensajes muy importantes para mí. Mensajes que quería lanzar, como es el caso de la eutanasia. El personaje de Tilda Swinton toma una decisión y dice: el cáncer no me alcanzará si yo llego antes. Ella encontrará una forma ilegal de llevarlo a cabo, pero lo terrible es que tanto a ella como a su amiga, que la ayudará en sus últimos días, las tratarán como a delincuentes. Es algo que me parece inadmisible, porque cada uno es dueño de su propia existencia”, dijo el cineasta español en una abarrotada rueda de prensa.
La habitación de al lado, el primer largometraje en inglés de Almodóvar, está protagonizado por dos ganadoras del Oscar, Julianne Moore y Tilda Swinton, que dan vida a Ingrid y Martha respectivamente. En la ficción, ambas eran amigas cercanas en su juventud cuando trabajaban en la misma revista. Después de años de separación, se reencuentran cuando a Martha le diagnostican una enfermedad terminal y decide tomar el control de su muerte. “Si en algo admiramos al personaje de Tilda es que ella decide que deshacerse del cáncer sólo se puede lograr tomando la decisión que ella toma”.
España legalizó la eutanasia en 2021 y el cineasta cree que el resto del mundo debería hacer lo mismo. “Debería existir la posibilidad de practicar la eutanasia en todo el mundo”, dijo entre aplausos de los periodistas. “Esto debería regularse y se debería permitir que un médico ayude a su paciente”. Tilda Swinton añadió: “No puedo decir que no actuaría exactamente de la misma manera que ella si estuviera en su lugar. Personalmente no le tengo miedo a la muerte, ni lo he tenido nunca. Creo que el camino hacia la aceptación de la muerte puede ser largo para algunas personas, pero por alguna razón, debido a ciertas experiencias de mi vida, tomé conciencia temprano. Sé que viene. La siento venir, la veo venir. Una de las cosas de las que esta película es un retrato es la autodeterminación, alguien que decide cómo experimentar su vida, que toma su forma de vivir y de morir en sus propias manos”.
La fuerza de la amistad entre dos mujeres
Aunque la película trata claramente sobre la muerte, Julianne Moore y Tilda Swinton dijeron que también les parecía una celebración de la vida. “Hay una fuerza vital tremenda en las películas de Pedro, y todos respondemos. Es casi como si, cuando ves sus películas, pudieras escuchar los latidos del corazón de todos los personajes”, ha apuntado Moore.
La actriz habló sobre los temas existenciales de la película y dijo que reflexiona sobre varias preguntas: “¿Qué significa estar vivo? ¿Qué significa ser un ser humano? ¿Qué significa tener un cuerpo? ¿Qué significa tener un amigo? ¿Qué significa tener un testigo?”. Swinton describió la película como una “historia de amor” entre su personaje y el de Moore.
“Rara vez vemos una historia sobre la amistad femenina, y especialmente sobre amigas mayores. No sé si hay otro cineasta en el mundo capaz de retratar esta amistad, eso solo lo sabe hacer Pedro. La importancia de lo que nos muestra es algo inusual. Para mí fue muy conmovedor que retratara esta relación de una forma tan profunda”, explicó Moore. Para la actriz neoyorquina lo realmente importante es la capacidad del director para hablar sobre la amistad femenina. “Es realmente una historia de amor entre Ingrid y Martha. Y cuando digo amor, me refiero a eso realmente esencial, esa amistad esencial que, con suerte, está en el corazón de todo amor”.
Julianne Moore y Tilda Swinton confesaron hacerse muy amigas durante el rodaje, lo que contribuyó a la autenticidad de la película. “También nos pareció especial a nosotras, a Tilda y a mí, el día a día”, dijo. “Descubrir cómo creció nuestra relación, cómo nos conocimos, las confidencias que compartimos, las cosas de las que hablamos. Y no se trataba sólo de cosas importantes, a veces se trata solo de zapatos, y eso está muy bien”.
Almodóvar, quien ha producido la película a través de su sello El Deseo, habló de lo que significó para él dar el salto al inglés. “Hasta ahora no había encontrado el vehículo adecuado para hacerlo. Cuando leí la novela de Sigrid Nunez, sentí algo. Pensé que una adaptación completa de todo el libro sería inalcanzable y decidí centrarme en un capítulo fundamental que retrata la psique de las dos protagonistas femeninas. Pertenecen a una generación que conozco, de mediados de los 80, y hay un análisis de la sociedad americana. Sé cómo tratar a dos damas de esa época y conozco a otras mujeres como ellas”. Para el cineasta español, trabajar con Swinton y Moore le ayudó a afrontar el desafío de trabajar en otro idioma porque “comprendieron exactamente el tono en el que quería contar esta historia de una manera austera, emotiva, pero no muy dramática”.
Con la melancolía impregnando la decoración de las paredes, Pedro celebra la vida y la muerte, la amistad y la alegría, la desolación y la esencia de unos años 80 desaparecidos. “No puedo entender con mi mente que algo que está vivo tenga que morir”, dijo Almodóvar antes del estreno mundial del filme en el Festival de Cine de Venecia, donde es una de las 21 películas que compiten por el León de Oro. Después de Venecia, la cinta de Pedro viajará a al Festival de Toronto, donde ya no quedan entradas para verla, y después al Festival de Nueva York antes de llegar a los cines el próximo 20 de diciembre.