La controversia en torno a la participación de Israel en el festival de Eurovisión 2025 no ha tardado en encender el debate público tras el anuncio de su representante, Yuval Raphael. La cantante, de 24 años, es una de las supervivientes del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023. Un episodio que marcó profundamente al país y cuyas repercusiones aún se sienten en el escenario político y cultural. La elección de Raphael promete mantener a Israel en el centro de la polémica en el certamen, que este año se celebrará en Basilea, Suiza.
La elección de Yuval Raphael en Eurovisión 2025: un simbolismo cargado de tensiones
Yuval Raphael se convirtió en la representante de Israel en Eurovisión 2025 tras ganar la final del programa HaKokhav HaBa (La próxima estrella), el equivalente israelí al Benidorm Fest. Durante la emisión, la cantante expresó su emoción y compromiso. “Gracias por darme este gran honor y confiar en mí para representar a mi país en el gran escenario de Eurovisión en Suiza”, dijo en declaraciones a la cadena pública Kan.
Su historia personal ha resonado más allá de la música. Raphael sobrevivió al ataque de Hamás tras esconderse en un refugio donde solo lograron salvarse 11 de las 40 personas presentes. Según contó, la música ha sido una parte fundamental de su proceso de recuperación. Sin embargo, la publicidad de esta experiencia en el contexto de Eurovisión 2025 ha puesto en aprietos a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que organiza el festival bajo la premisa de que es un evento apolítico.
Un certamen en tensión: la sombra de 2024
La participación de Israel en Eurovisión 2024, celebrada en Malmö (Suecia), fue un episodio lleno de tensiones que dejó una profunda huella en la historia reciente del festival. Miles de personas protestaron en las calles contra la presencia israelí, señalando lo que consideraban un agravio comparativo por parte de la UER, que había excluido a Rusia tras la invasión de Ucrania pero permitió que Israel siguiera participando pese a su conflicto con Palestina.
Las manifestaciones no se limitaron a las calles. Dentro del Malmö Arena, la prohibición de banderas palestinas y europeas generó indignación. Especialmente, cuando se permitió la presencia de banderas de otros países participantes. La Comisión Europea exigió explicaciones, pero la UER defendió su decisión alegando que las reglas del festival solo permiten el uso de banderas oficiales de los países en competición.
La representante de Israel durante la semifinal de Eurovisión 2024 | EFE
El anuncio de Yuval Raphael como representante de Israel en Eurovisión 2025 ha reavivado el debate entre los eurofans y sectores políticos. Muchos consideran que la elección de una superviviente del ataque de Hamás es una decisión que politiza el certamen, desafiando la naturaleza cultural del evento. Por otro lado, hay quienes defienden la participación de Raphael como un ejemplo de resiliencia personal y un testimonio de cómo la música puede ser una herramienta de curación.
Sin embargo, la polémica no solo se centra en la figura de Raphael, sino también en la posición de la UER. Tras la experiencia de 2024, el organismo enfrenta nuevamente críticas por su manejo de la participación de Israel. A pesar de proclamarse como un evento cultural y no político, las decisiones de la UER han sido interpretadas como inconsistentes por parte de la audiencia.