El Hormiguero

Hovik Keuchkerian y el cambio físico para ‘El Hoyo 2’ que afectó a su vida personal: “Es una lucha”

El actor, de origen libanés, abordó los desafíos de su cambio físico debido a su papel en 'El Hoyo 2', revelando cómo las exigencias físicas de su trabajo le han afectado más allá de la estética, impactando su vida cotidiana

Hovik Keuchkerian en 'El Hormiguero'
Hovik Keuchkerian en 'El Hormiguero'

Hovik Keuchkerian, conocido por su capacidad de transformarse para sus papeles, volvió a sorprender con una confesión sincera sobre el impacto que ha tenido su cambio físico para la secuela de El Hoyo. Durante su aparición en El Hormiguero el 2 de octubre, el actor reveló cómo el proceso de ganar peso, necesario para interpretar su personaje en El Hoyo 2, ha afectado no solo su cuerpo, sino también su vida diaria.

Keuchkerian, quien ha hablado anteriormente de sus fluctuaciones de peso por distintos papeles, explicó que esta vez la transformación fue más allá de lo estético. “Ya no es por la estética, es porque te impide el día a día”, señaló. El actor, que actualmente pesa 139 kilos, reflexionó sobre lo que significan estos cambios: “Es una lucha constante”. El intérprete de origen libanés confesó que las tareas más simples, como ducharse o moverse, se volvieron complicadas debido a su aumento de peso. Esta experiencia le permitió desarrollar una nueva comprensión y respeto por las personas que viven con sobrepeso, y comentó que “es una pelea con tu cuerpo todos los días”.

Milena Smit y Hovik Keuchkerian en una escena de 'El hoyo 2'

Milena Smit y Hovik Keuchkerian en una escena de ‘El hoyo 2’

La exigencia física de El Hoyo 2

El compromiso de Keuchkerian con su trabajo es bien conocido, pero esta vez las exigencias fueron particularmente duras. El Hoyo, la película de ciencia ficción distópica de 2019, se convirtió en un fenómeno global tras su estreno en Netflix, y su secuela es una de las más esperadas del año. Para esta nueva entrega, Keuchkerian tuvo que someterse a un régimen de transformación física extremo. Sin embargo, no todo ha sido glamur en este proceso; el actor admitió que la preparación para el papel ha tenido un alto coste físico y emocional.

Durante la entrevista con Pablo Motos, Keuchkerian también reflexionó sobre cómo estos cambios afectaron su salud mental, ya que enfrentarse a la pérdida de movilidad y el dolor físico día a día lo llevaron a reconsiderar su enfoque hacia su cuerpo y su salud en general. “Lo que sí me di cuenta es que me costaba ducharme, me dolían las rodillas”, dijo en tono serio, dejando entrever las dificultades que ha enfrentado.

Más allá del cine: una reflexión sobre el sobrepeso y la guerra

Lo que hace que la confesión de Keuchkerian sea más significativa es su capacidad para empatizar con personas que viven en situaciones similares fuera del mundo del cine. Durante la entrevista, habló sobre cómo este proceso lo ha hecho comprender mejor las dificultades de vivir con sobrepeso en un contexto cotidiano, destacando que las luchas que ha enfrentado durante su preparación para El Hoyo 2 no son únicamente problemas de apariencia, sino de calidad de vida.

Hovik Keuchkerian en una imagen de 'El Hoyo 2'

Hovik Keuchkerian en una imagen de ‘El Hoyo 2’

Además, el actor, nacido en Líbano, quiso pronunciarse sobre la guerra que afronta el país tras la invasión de Israel. Hovik Keuchkerian destacó la influencia de su madre al afirmar que “no van a parar nunca porque parar no está en el plan”, en referencia a los israelíes. En la entrevista, expresó su preocupación por el futuro, advirtiendo que si no hacemos un cambio profundo, “no llegamos al 2050”. Keuchkerian habló sobre la necesidad de dejar a un lado ideologías y divisiones para enfrentar los problemas globales actuales, ya que “estamos en guerra con nosotros mismos”. También subrayó la urgencia de actuar ante un planeta con una población en crecimiento y múltiples conflictos latentes​.

En su participación en El Hormiguero, hizo hincapié en la falta de acción global frente a estos problemas y expresó una crítica directa hacia la pasividad mundial en temas bélicos. Según Keuchkerian, la guerra en Líbano es parte de un conflicto más amplio en el que la humanidad parece estar “en guerra consigo misma”. Su enfoque no fue solo sobre el pasado, sino sobre cómo este tipo de conflictos continúan afectando a las generaciones actuales y futuras.

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