Tumbada sobre un charco de sangre en las escaleras de entrada a su propia casa, Delia Balmer estaba convencida de que aquellos eran sus últimos instantes de vida. Momentos antes, su exnovio le había perforado el pulmón con un cuchillo de cocina oxidada, golpeado la cabeza con un hacha, roto ambos brazos y provocado cortes profundos en el pecho y el muslo; también le acababa de cortar el dedo meñique de la mano izquierda.
Faltaban solo unos días para la navidad de 1994 y él, John Sweeney –posteriormente conocido también como “El cazador de cabelleras” y “El asesino del canal”–, había sido puesto en libertad bajo fianza poco antes. En el lugar de los hechos la policía encontró un kit compuesto de una lona para el suelo, una capa impermeable, una cuerda y guantes quirúrgicos, que sin duda Sweeney tenía previsto usar para deshacerse del cadáver.
Era muy similar al que Balmer había encontrado meses atrás bajo la cama en la que llevaba unos tres años durmiendo junto a él, y que también contenía el hacha con la que acabaría abriéndole el cráneo; aquella noche, la mujer había predicho su propia muerte. Pero sobrevivió al terrible ataque.
El carpintero John Sweeney pintaba y describía sus propios crímenes
Y en 2017 relató su calvario y su supervivencia en el libro biográfico en el que se basa Hasta que te mate, miniserie de cuatro episodios recién estrenada en Filmin que recuerda no solo la terrible violencia física y psicológica sufrida por su protagonista sino también la flagrante ineficacia de la policía y los problemas del sistema judicial para castigar al culpable.
Balmer había conocido al hombre que arruinó su vida en 1991, en un pub del barrio londinense de Camden. Sweeney le contó que trabajaba en la construcción y que, igual que a ella, le encantaba viajar; se sintió atraída por él. Los abusos empezaron prácticamente al mismo tiempo que la relación, primero en forma de llamadas telefónicas constantes y demás conductas controladoras y luego a través de amenazas de muerte, estrangulamientos y violaciones. A finales de 1993 tomó la decisión de echarle de su casa, pero con ello no logró evitar lo que unos meses después.
En la primavera de 1994, Balmer fue retenida una semana contra su voluntad en su propia casa. A lo largo de ese tiempo, mientras la mantenía atada a una cama por las muñecas y los tobillos, Sweeney la golpeó repetidamente, le presionó la sien sucesivas veces con la punta de una pistola, la amenazó con cortarle la lengua si gritaba y la violó una y otra vez.
En algún momento del secuestro, asimismo, le confesó haber asesinado años atrás a una de sus exnovias, una modelo llamada Melissa Halstead, en Holanda; le dijo que los había descuartizado a ella y a sus dos compañeros de piso y había arrojado los restos metidos en una bolsa. Y lo cierto es que el cuerpo mutilado de una mujer había sido encontrado en un canal de Rotterdam en 1990, pero pasarían 18 años antes de que, gracias a la tecnología del ADN, pudiera ser finalmente identificado.
Shaun Evans y Anna Maxwell protagonizan ‘Hasta que te mate’
Poco después, cuando Balmer reunió el valor para denunciar, la policía no la tomó en serio, y tampoco le hicieron caso en ninguna de las sucesivas ocasiones en las que acudió a ellos durante aquel verano, mientras las torturas y agresiones continuaban. En noviembre, finalmente, un grupo de agentes se presentó en su domicilio y, durante un registro, encontraron el hacha, la lona, los guantes y la cuerda.
Sweeney fue enviado a prisión. Y unas semanas después, a tiempo para celebrar las navidades, ya estaba en la calle.
“El cazador de cabelleras” logró huir de la policía lo noche en la que dejó medio muerta a Balmer, y fue un fugitivo durante los siguientes seis años. En ese tiempo mató y descuartizó a otra mujer, Paula Fields. Fue detenido en 2000, meses después de que los restos de la joven fueran localizados, de nuevo a orillas de un canal.
Los dibujos de Sweeney anticipan sus crímenes
En la casa que ocupaba ilegalmente, encontraron 300 dibujos y poemas creados por el asesino, inspirados en los crímenes que había cometido; en una de esas pinturas, aparecía una cucaracha con el rostro de Balmer a punto de ser aplastada por una bota. En 2004, Sweeney fue condenado a cadena perpetua, y en 2011 recibió de nuevo la misma sentencia por los asesinatos de Halstead y Fields; se sospecha que pudo haber matado también a otras tres mujeres con las que mantuvo relación, y que desaparecieron sin dejar rastro. No volverá a salir de la cárcel, ni a ser un peligro para Balmer.
En realidad, ya le hizo todo el daño que podía hacerle. “Él quería que yo muriera de dolor, y cumplió su deseo”, declaró ella al diario The Mirror con motivo de la publicación del libro que dio lugar a Hasta que te mate. “Por lo que a mí respecta, estoy muerta. Esta no soy yo, es otra. John Sweeney mató a Delia en aquellas escaleras de hormigón”.