‘Fuera de temporada’ o la posibilidad de las segundas oportunidades en el amor

En la nueva película de Stéphane Brizé, Guillaume Canet y Alba Rohrwacher interpretan a una expareja que se reencuentra por casualidad en un balneario 15 años después de su separación

Guillaume Canet y Alba Rohrwacher interpretan a una expareja en 'Fuera de temporada'
Guillaume Canet y Alba Rohrwacher interpretan a una expareja en 'Fuera de temporada'

“Prométeme que no vas a volver”, le pide Alice a Mathieu. La película empieza y acaba con la misma imagen: al inicio, un plano cenital muestra cómo un coche negro circula por una carretera que atraviesa un campo verde y a continuación otro paisaje más agreste, hacia abajo, según el encuadre, y al final, el coche se va en la misma dirección, pero al sentido contrario, hacia arriba, atravesando el mismo terreno. La idea, expresada visualmente en este comienzo y final, de ir y volver de un lugar, fuera de temporada, donde evadirse de la realidad, explorarse a uno mismo y dejarse llevar por los sentimientos es el atractivo de la nueva cinta del director francés Stéphane Brizé.

Conocido por su habilidad para crear dramas humanos conmovedores y realistas, Brizé estrena esta película, Fuera de temporada, ocho años después de su última obra, La ley del mercado (2015), última entrega del tríptico compuesto por Un nuevo mundo (2021) y Mademoiselle Chambon (2009).

Con una puesta en escena sobria y elegante, Brizé enfoca los pequeños detalles que capturan la esencia de los personajes y sus emociones. La narrativa es deliberadamente pausada, permitiendo que los espectadores se sumerjan en la atmósfera melancólica del balneario al que acude el protagonista y en la complejidad de las relaciones entre los personajes. El estilo visual de la película es minimalista y poético. Brizé utiliza el entorno del balneario para crear una atmósfera que refuerza la introspección de los personajes.

El director Stéphane Brizé

El director Stéphane Brizé

Cómo el pasado puede influir en el presente

Pocos son los personajes de esta historia: un actor en crisis, una mujer casada, el mar y la música de Vicent Delerm. El largometraje explora temas universales como el paso del tiempo, la pérdida y la posibilidad de segundas oportunidades. La película invita a los espectadores a reflexionar sobre sus propias vidas y relaciones, y sobre cómo el pasado puede influir en el presente. El balneario fuera de temporada sirve como una metáfora perfecta para los personajes: un lugar de quietud y reflexión, alejado del bullicio de la vida cotidiana.

Fuera de temporada narra la historia de Mathieu (Guillaume Canet), un actor famoso acercándose a los 50 años que regresa a un tranquilo balneario fuera de temporada. Allí se reencuentra con Alice (Alba Rohrwacher), una profesora de piano con quien tuvo una relación intensa hace quince años. Salvando las distancias, al estilo de la trilogía Antes del amanecer (Richard Linklater, 1995), Antes del atardecer (2004), y Antes del anochecer (2013), este reencuentro revive viejas emociones y desencadena una serie de reflexiones sobre la vida, el amor y las oportunidades perdidas.

'Fuera de temporada' de Stéphane Brizé

‘Fuera de temporada’ de Stéphane Brizé

El montaje hace gala de la elegancia de Stéphane Brizé, que no tiene prisa ni necesidad de incluir demasiada acción en la narración, más bien sugiere, muestra y no juzga, deja libertad al espectador para ello. Es un montaje principalmente de planos fragmentados, que relata las vacaciones del protagonista y enseña espacios vacíos, en consonancia con el estado de ánimo de Mathieu. Cuando él habla por teléfono con su mujer, da lugar a ciertas imágenes que nada tienen que ver con las que corresponden a las escenas con Alice, que son fijas, pausadas y cautivadoras.

Aunque la primera media hora apunta hacia una comedia intimista, en la que vemos a un actor en crisis intentando dejar atrás una mala decisión y nos reímos con situaciones de dificultad para utilizar la nueva tecnología, a partir del minuto 27, precisamente tras el primer contacto telefónico entre Mathieu y Alice, el tono cambia a melodrama.

El guion, también coescrito por Brizé, es una exploración profunda de las emociones humanas. Evita los clichés del romance tradicional, presentando en su lugar una visión más madura y realista del amor y la reconciliación. La película se centra en los diálogos sutiles y las miradas cargadas de significado, dejando que las emociones surjan de manera natural.

Guillaume Canet y Alba Rohrwacher son los protagonistas de 'Fuera de temporada'

Guillaume Canet y Alba Rohrwacher son los protagonistas de ‘Fuera de temporada’

Sublimes frente a la cámara

Con una química palpable entre ellos, tanto Guillaume Canet como Alba Rohrwacher están excepcionales frente a la cámara. Canet captura perfectamente la mezcla de nostalgia, arrepentimiento y esperanza que define a su personaje, y transmite una vulnerabilidad que hace que su viaje emocional sea creíble y conmovedor. La actriz italiana nos brinda una interpretación delicada y poderosa, llena de pequeñas sutilezas que revelan la profundidad de su personaje, con mayor profundidad emocional cuando la vemos en escenas donde se deja llevar por los recuerdos.

Todo en la película apunta a una atmósfera intimista, también la música. La banda sonora es una delicia, discreta pero efectiva. Compuesta por Vincent Delerm, complementa perfectamente el tono melancólico de la película sin distraer de las actuaciones, es de exquisita elegancia y refinamiento, que apoya el relato y las emociones de los personajes basada en buena medida en el empleo del piano como instrumento protagonista, que el compositor aprovecha con notas sostenidas y pausas que aportan una impresión de alargamiento, dilatación del tiempo, también el emocional. Además, en el diseño sonoro de la cinta, el silencio juega un papel crucial, permitiendo que los momentos de tensión y emoción aporten intensidad y equilibrio al drama.

En conclusión, una excepcional película que atrapa al espectador y lo hace viajar por una historia de amor atípica, que plasma la belleza y fugacidad de las oportunidades perdidas en el tiempo. Eso sí, absténganse los que tienen tendencia a mirar el reloj con frecuencia.

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