La pasada noche quedó oficialmente inaugurada la 77ª edición del Festival de Cine de Cannes con la lectura de un manifiesto, una nueva oleada #MeToo y un desfile de estrellas sobre la alfombra roja, entre ellas la leyenda de Hollywood Meryl Streep. Un intenso programa para esta primera jornada del certamen francés.
Antes de la ceremonia de inauguración, cien personalidades, entre ellas las actrices Isabelle Adjani, Emmanuelle Béart y Juliette Binoche, pidieron al gobierno de Emmanuelle Macron una ley integral contra la violencia sexual en Francia. “Somos 100, pero en realidad somos cientos de miles”, escriben los firmantes de este texto acompañado de una petición iniciada por la Fundación de Mujeres, #Metoomedia y la actriz Anna Mouglalis.
Entre las actrices que firmaron el manifiesto se encuentra Charlotte Arnould, quien acusó de abuso a Gérard Depardieu, así como Emma de Caunes e Isild Le Besco. “A pesar del coraje de las víctimas, la impunidad va en aumento. Es inaceptable que la tasa de desestimación de denuncias por violencia sexual haya alcanzado la loca cifra del 94% en 2022”, se lee en la carta. Las firmantes dijeron que la nueva ley propuesta debería aclarar la definición de “violación” y “consentimiento” e introducir la de “incesto”, sugiriendo que tal medida cambiaría los resultados de muchos casos.
“He visto cambios sustanciales”
Cuando se le preguntó su opinión sobre esta nueva ola #MeToo en Francia en la conferencia de prensa del jurado del día inaugural, la presidenta del jurado, Greta Gerwig, acogió con satisfacción la nueva propuesta. “Creo que la gente de la comunidad del cine que cuenta sus historias cambia las cosas para mejorar. He visto cambios sustanciales en la comunidad cinematográfica estadounidense y creo que es importante ampliar la conversación”.
La presentadora de la gala de inauguración, Camille Cottin, prometió no olvidar “las cuestiones profundas” de la profesión. “Habrá discursos de personalidades fuertes, de mujeres poderosas que hablarán y que son invitadas importantes a esta ceremonia”. Ayer mismo se publicó un artículo en la revista Elle Francia donde nueve mujeres, seis de ellas de forma anónima, acusaban al productor Alain Sarde, que produjo películas de Bertrand Tavernier o Jean-Luc Godard, de haberlas violado o agredido sexualmente. Las acusaciones contra Sarde se remontan a la década de 1990 y le acusan de violación, agresión sexual y acoso por parte de nueve mujeres, tres de las cuales revelaron sus identidades.
Sarde, cuyos más de 180 créditos incluyen Mulholland Drive, de David Lynch, nominada al Oscar; The Pianist, de Roman Polanski, ganadora del Oscar y la Palma de Oro, y Vera Drake, de Mike Leigh, nominada al Oscar, ha negado las acusaciones. Estas nuevas acusaciones recuerdan las vertidas sobre Harvey Weinstein, porque ambos son productores que durante décadas abusaron de su poder ejerciendo como si tuvieran derecho de pernada sobre las mujeres que soñaban con ser actrices. Pero el movimiento #MeToo llegó para terminar con ‘el casting en el sofá’ que se hizo dramáticamente famoso en Hollywood. Por otro lado, el Festival de Cannes y la página de investigación Mediapart han desmentido los persistentes rumores sobre una “lista” de personalidades del cine implicadas en este tipo de hechos.
Cuando en 2017 estalló en caso Weinstein, una tribuna de autoproclamadas feministas, que firmaban en Le Monde, reclamó “el derecho a importunar” para los hombres, “indispensable en la libertad sexual”, en un texto que firmaron Catherine Deneuve entre otras. En 2020, algunas cineastas abandonaron la gala de los Premios Cesar cuando Roman Polanski ganó el premio a mejor director. Y, en los últimos años, procesos judiciales como el de Gérard Depardieu o la denuncia han apuntalado que Francia haya llegado al punto de tolerancia cero.
La lista negra “no oficial”
El delegado general del Festival de Cannes, Thierry Frémaux, ha evitado pronunciarse sobre los rumores de que el certamen vaya a verse salpicado por fuertes acusaciones del movimiento #MeToo y admitió que, aunque su deseo es un festival sin polémicas, “no quiere decir que no las vaya a haber”. “No hay polémica que venga del Festival. Precisamente nos cuidamos de eso, de que el interés principal siga siendo el cine”, enfatizó Frémaux en su tradicional encuentro con la prensa en la víspera de la ceremonia de apertura.
El máximo responsable de la selección de filmes del certamen se mostró esquivo frente a las repetidas preguntas sobre el #MeToo. Los rumores sobre una nueva ola de reivindicaciones feministas contra los abusos en el cine provienen, en concreto, de investigaciones publicadas en la prensa francesa sobre una presunta lista de diez grandes nombres del celuloide francés acusados por mujeres que podría desvelarse durante el curso del Festival. Según la lista filtrada, los supuestos integrantes serían Pierre Niney, Jean Dujardin, Guillaume Canet, Gilles Lellouche, Franck Gastambide o Raphaël Quenard, entre otros.