Ester Expósito (Madrid, 2000) ha pasado de ser una joven promesa a consolidarse como una de las actrices más influyentes de su generación. Con una carrera que comenzó a los 16 años, su ascenso ha sido meteórico, destacando en producciones nacionales e internacionales. Sin embargo, el éxito siempre conlleva un precio. En una entrevista reciente concedida a Vogue, la actriz alzó la voz contra la sexualización de su figura. Un fenómeno que ha sentido desde que saltó a la fama, especialmente tras su participación en la popular serie Élite de Netflix. Esta sexualización, según Ester Expósito, está impregnada de sexismo y misoginia. Dos problemas profundamente arraigados en la industria del entretenimiento y la sociedad en general.
A pesar de que muchos la asocian con su personaje en Élite, su carrera no comenzó en la pantalla. Con apenas 16 años, Ester Expósito ya destacaba en pequeñas salas de teatro de Madrid, donde ganó premios a Mejor Actriz en los años 2013 y 2015 en los Premios de Teatro de Madrid. Estas experiencias fueron fundamentales para forjar su carácter y su enfoque hacia la actuación. Pero también la enfrentaron a un entorno competitivo —y a menudo hostil— para las mujeres jóvenes.
Las primeras incursiones de Ester Expósito en la televisión, con papeles en Vis a vis y Centro Médico, la prepararon para el impacto mediático que vendría con Élite. Sin embargo, lejos de disfrutar únicamente del éxito, la actriz ha tenido que lidiar con la presión de los medios y la atención constante sobre su imagen física. Algo que ha afectado su salud mental y su bienestar.
La lucha de Ester Expósito contra los estereotipos de género
A medida que la fama de Ester Expósito crecía, también lo hacía la percepción de su figura como un símbolo de belleza y sexualidad. En la entrevista con Vogue, la actriz expresó su frustración ante el hecho de que, a menudo, su talento y sus capacidades interpretativas quedan eclipsados por su apariencia. “Parece que lo único que importa es que seas bella”, comentó, dejando claro que esa constante cosificación afecta no solo su carrera, sino también su vida personal.
Este tipo de comentarios y la constante presión sobre su imagen han sido una fuente de conflicto interno para Ester Expósito. En sus propias palabras, el escrutinio de su figura ha contribuido a episodios de ansiedad y depresión, que la llevaron a buscar ayuda psicológica. La actriz ha sido honesta sobre su experiencia con la salud mental, recomendando la terapia y el autocuidado a aquellos que enfrentan problemas similares.
El caso de Ester Expósito no es único en la industria del entretenimiento. Sin embargo, su disposición a hablar abiertamente sobre el tema lo hace relevante en un contexto donde muchas jóvenes actrices son sexualizadas desde muy temprana edad. En la misma entrevista, Expósito señaló que la sexualización no es algo que experimenten los hombres en la misma medida. Lo que evidencia un problema de género arraigado en la industria. “Hay una misoginia y un sexismo implícito en cómo se mete la gente en nuestra vida y en lo que publicamos que no existe hacia los hombres”, afirmó con contundencia.
La sexualización de las mujeres en el mundo entretenimiento no solo limita su carrera, sino que también las encasilla en roles superficiales. Les impide acceder a proyectos más diversos y enriquecedores. Ester Expósito ha dejado claro que su interés en el cine va más allá de interpretar a “la chica guapa”. En su búsqueda por romper con este molde, la actriz ha elegido proyectos más arriesgados y complejos, como Perdidos en la noche y El Llanto, dejando atrás la imagen asociada a su papel en Élite.