Las Tres Hijas cuenta la historia de tres hermanas que enfrentan la inminente muerte de su padre. Digamos que es un relato de preluto. La guionista y directora, Azazel Jacobs, sitúa a tres hermanas en su casa de la infancia mientras se preparan para lo peor. Según la salud del patriarca empeora y el tiempo se le acaba, las hermanas dan rienda suelta a sus emociones.
Tras pasar por el Festival de Cine de Toronto, Las Tres Hijas se estrena en Netflix esta semana protagonizada por Natasha Lyonne (Russian Doll, Poker Face), Elizabeth Olsen (Martha Marcy May Marlene, Kodachrome) y Carrie Coon (The Leftovers, the Gilded Age). “No nos habíamos conocido antes, pero hubo una química muy especial durante el rodaje”, admitió Elizabeth Olsen a los medios sentada junto a sus compañeras y la realizadora. “Creo que eso forma parte del misterio y la magia de esta narración de una forma muy extraña, ya que Aza primero escribió algo muy personal y después pensó en cada una de nosotras”, apuntó Natasha Lyonne.
Mientras esperan junto a su cama el trágico desenlace, viejos resentimientos salen a la superficie y las relaciones de las hermanas enfrentan nuevas tensiones. “Comencé a pensar en ellas mientras escribía el guión, porque me pareció fundamental hacerlo así”, reconoció la cineasta. “Ha sido una experiencia muy alegre. Me di cuenta de que debía tener relación lo que yo imaginaba con la realidad. Necesitaba una relación directa con las actrices”.
Examen de conciencia fraterno
Azazel Jacobs escribió y dirigió primero The Lovers, luego adaptó la novela French Exit y ahora vuelve con un guion original con Las tres hijas. “Esta ha sido una experiencia muy diferente. Un trabajo en el que he confiado en mis instintos y ha funcionado de una manera por la que estoy realmente agradecida”, explicó Jacobs. Las hermanas se someten a un examen de conciencia donde la muerte se hace presente en cada rincón. “Es una temática muy interesante porque cualquier experiencia como actriz es una invitación a explorar algo que aún no has experimentado. La imaginación es un ejercicio muy instructivo que puede volverte más humano”, compartió Lyonne.
Imagen promocional de ‘Las Tres Hijas’.
En este relato tenso y cautivador, la dinámica familiar necesita de la fría solidez de Carrie Coon, la empatía de Elizabeth Olsen y la naturalidad de Natasha Lyonne, que, como hermanas, convergen en un espacio reducido. “Este filme es un testimonio de la época en la que yo empecé como actriz. Poder compartir con las otras actrices y ensayar fue algo sorprendente en el panorama cinematográfico actual. Cuesta encontrar guiones que sean un testimonio de la realidad y mantengan su proceso original. Las tres actrices estábamos emocionadas de hacer algo tan nuestro, tan femenino, tan de las mujeres. Durante el rodaje compartimos muchos secretos personales que de alguna manera nos engancharon entre nosotras”, admitió Elizabeth Olsen.
La casa guarda los fantasmas del pasado que van apareciendo de forma sutil a través de cada escena. “Como mujeres nos cuesta encontrar historias con perspectiva femenina que tengan sentido. Aza supo dar el ritmo adecuado a la narración. A mi me encantó su lenguaje, su contención. En el cine estadounidense no hay muchas oportunidades, porque la tendencia actual es rodar guiones con menos lenguaje. En este guion, los personajes hablan durante una página y media antes de que suceda algo. Eso les da fortaleza porque articulan su punto de vista. Como directora, ella escribió cómo dirige haciendo que cada perspectiva tuviera especificidad. Fue un regalo leer algo así y luego protagonizarlo” reveló Olsen.
La obra se centra en las tres hermanas cuyo padre está en un hospicio y podría morir en cualquier momento. O dentro de unos días. O semanas. Si alguna vez ha vivido una situación similar, entonces sabrá que puede implicar mucha espera, mucha preocupación y mucho examen de conciencia. Es simplemente horrible.
Para Coon, la mayor de las tres hermanas, la cinta cuenta la importancia de compartir y no competir. “Es un diálogo que, en última instancia, no busca ganar. Las tres forman una comunidad. El equilibrio se consigue dentro de un relato donde el viaje es el destino, y el proceso es arte, pero es muy difícil no quedar atrapado en este tipo de tormenta porque es seductora. Para nosotras, este filme es un buen trabajo, lo que significa que luego podremos encontrar más buenos trabajos. Por eso es seductor para nosotras, no sólo por el ego. Es una película casera, donde Aza nos cuenta lo que ha hecho para superar su propio dolor”.
Mientras el mundo les dice a las hermanas que tienen suerte de no tener que pasar por esto solas, ellas no están tan seguras. Katie (Coon) y Christina (Olsen) no pueden ser más diferentes: Katie es hipercontroladora y pasivoagresiva, Christina es aireada y considerada hasta el extremo, pero son lo suficientemente cercanas como para tener su propio lenguaje gemelo, que solo ellas pueden entender. Rachel (Lyonne) es su hermanastra, y aunque la tratan como a la oveja negra, cuestionando todas sus decisiones y juzgándola por no asumir responsabilidades, es ella quien ha cuidado del padre en sus últimos momentos.
“Todos somos extranjeros en todas partes. Vengo de una familia con cinco hijos y todas las protagonistas de la película existen en algún nivel dentro de mi propia familia. Incluyéndome a mí como una hermana mayor controladora. No voy a negar que tengo algo de cada uno de los personajes”, confesó Lyonne. “Sí, sí. Como dijo Marlon Brando en la entrevista con Connie Chung cuando ella le preguntó: ‘¿Eres el mejor actor de tu generación?’. Y él contestó: ‘No hay un actor mejor que otro. Cuando mi perro pasa finge que me ama; mi perro es mejor actor porque lo único que quiere es un bocado de comida'”, la interrumpió Coon”.
En este retrato de mujeres destrozadas hay una conexión a través del dolor. No hay mucha trama, pero sí una cantidad abrumadora de historia porque Jacobs filma en locaciones limitadas, con cinematografía de Sam Levy, quien parece especializarse en dramas reflexivos sobre mujeres y sus relaciones: lo hizo en Lady Bird y en Frances Ha. “La muerte habita en nuestras vidas y no pensaba que pudiera hablar de ella honestamente, sin embargo creo que he logrado hacer una película que me hace feliz. La he abordado desde la fantasía, pero también desde la realidad”.