Tras una temporada en la que los glúteos voluminosos–a causa en parte del furor por los ritmos y bailes latinos– se convirtieron en los más aclamados, asistimos al regreso del interés por los escotes maxi. El informe ‘La realidad de la Cirugía Estética en España’, elaborado por la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), señala que en nuestro país, en el ranking de intervenciones más solicitadas, la cirugía de mama es la absoluta ganadora, y como es habitual, las tendencias y la alfombra roja son el mejor reflejo del pulso estético de la sociedad.
Una de las actrices del momento es Sydney Sweeney, a la que la serie Euphoria ha situado en la cúpula de la fama y cuyo pecho se ha convertido en el tema ineludible en cualquier entrevista, pues bien sabemos que lamentablemente, la silueta de las mujeres sigue estando siempre sujeta a todo tipo de juicios. Consciente de que su físico es el tema de debate preferido de tantos (la productora Carol Baum ha asegurado que la actriz “no es guapa”), ha decidido reírse de la situación y ha posado en sus redes con una sudadera que reza “Siento tener unas tetas maravillosas y opiniones”.
Incluso el medio Slate publicó un artículo que se titula “Los pechos de Sydney Sweeney”, un texto que no sólo no huele a Pulitzer, sino que es tan sexista y tan cosificante que resulta ciertamente aterrador. Por si fuera poco, en su monólogo en ‘Saturday Night Live (“sus pechos eran subrayados constantemente”, señala un texto de Vanity Fair al respecto), mostró una presentación de PowerPoint para explicar cuál era su plan B para hacerse con Hollywood. “Enseñar las tetas”. Nada que añadir…
Bueno, en realidad sí. El cometido de este artículo no es ni mucho menos anunciar que “el pecho grande está de moda”, porque el cuerpo no es un ente moldeable acorde a las fugaces y cambiantes tendencias, sino anunciar que el escote regresa… Algo, por cierto, de agradecer, pues ante la llegada del buen tiempo, ¿quién fantasea con llevar cuello vuelto? “Si bien es cierto que algunas cosas pueden llegar a ‘ponerse de moda’ y todo el mundo quiere una estética concreta, hay que tener especial cautela con nuestro cuerpo, ya que estamos hablando intrínsecamente de nuestra salud”, advierte la Dra. Isabel Moreno, presidenta de la AECEP, Asociación Española de Cirugía Estética Plástica.
El retorno del push-up y de la exuberancia
La pandemia hizo que las ventas de sujetadores deportivos y de bralettes se dispararan, quedando el universo push-up relegado a un segundísimo plano precisamente cuando la marca insignia de este tipo de sujetadores “atrapamiradas”, Victoria’s Secret, se hundía. Tras haber sacado el pasado mes de octubre Kim Kardashian unos sujetadores push-up con pezones incorporados, su marca, Skims, acaba de lanzar unos sujetadores de efecto elevador, y como es común en la firma, ha enviado diseños a diferentes figuras de las redes que por ende, se han llenado de repente de voluminosos escotes. Poco a poco vamos dejando atrás (¡por fin!) la tendencia Y2K que mira con nostalgia a los años 2000 y con este adiós, los diseños enemigos de las curvas van dejando paso a los que las abrazan.
Asistimos además al aplauso de las celebridades que en plena era del Ozempic, que se ha encargado de borrar cualquier centímetro de más de Hollywood, son la resistencia y presumen de curvas. Por eso Selena Gomez fue una de las más alabadas en los Emmy, cuando apostó por un escotadísimo vestido de Oscar de la Renta adornado con 450.000 lentejuelas. Lo irónico de la moda es que las grandes marcas siempre han temido a las mujeres “pechugonas”, pues por más que queramos creer que la diversidad y las curvas han vencido, contar con una modelo de la talla 42 cuando las otras 30 tienen una 34 no es en absoluto un abrazo a la diferencia.
Mientras que marcas como Schiaparelli dirigen la mirada al pecho al presentar diseños con figuras doradas en él, lo irónico es que hablamos de tendencias que quienes tienen un escote generoso, apenas pueden lucir. Desde los micro crop tops de Jacquemus hasta los diseños de Marc Jacobs, la prendas que vemos sobre la pasarela no son precisamente amigas de las siluetas curvilíneas, por lo que es de agradecer que cómplices de la voluptuosidad, como Versace, presenten diseños escotados que favorecen tanto a las más rectilíneas, como a las más exuberantes.
En un momento en el que la tendencia braless, consistente en no llevar sujetador, se impone, figuras como Bianca Censori (conocida entre otras cosas por ser la mujer de Kanye West) luce constantemente diseños hiperceñidos sin sujetador y sin haber pasado por quirófano, una oda a la exuberancia más natural que pocas se atreven a poner en marcha y que ella, consciente de ser esta una buena herramienta de ventas, enfatiza al llevar diseños creados por West, que arrasan en ventas gracias a esta estrategia.
En definitiva, ha llegado el momento de sacar pecho.