Una mezcla entre silencio contemplativo, casi reverencial, y un éxtasis impaciente por ver y vivir todo lo que va a tener lugar en el interior del Monasterio de la Santa Espina, en Valladolid: así se anticipa el Observatorio de lo Invisible. En su cuarta edición, que tendrá lugar del 22 al 28 de julio, esta escuela de verano tratará de unir dos conceptos que últimamente han aparecido desligados: arte y espiritualidad.
Durante una semana, los asistentes acuden a diferentes talleres artísticos en los que hay siempre una mirada trascendente. Entre taller y taller, encuentros, coloquios, mesas redondas, visitas guiadas y foros, en los que han participado grandes figuras del mundo del arte, como el pintor Antonio López o el poeta Jesús Cotta.
Pintura, escultura, fotografía, teatro…
La idea de esta semana no es sólo reflexionar sobre el arte y sobre su pertinencia o no para introducir al hombre contemporáneo en un plano ambital: también hay que ponerse manos a la obra. Por ello, los talleres son prácticos: diez espacios de creación artística en los que los alumnos, que este año superan el centenar, son guiados por grandes figuras del mundo artístico.
Los alumnos tendrán el privilegio este año de contar con once profesores de extraordinaria trayectoria y calidad humana: el director de la fundación Juan March, Manuel Fontán; los pintores José María Sicilia y Miki Leal; el poeta Jesús Cotta; el escultor Nicolás de Malla; el artista interdisciplinar Ernesto Artillo; el experto musical Miguel Álvarez Fernández, director de Ars Sonora en Radio3; el director de cine polaco Krzystof Zanussi; el fotógrafo Ignacio Llamas; la actriz Pepa Pedroche, y el compositor de música Ignacio Yepes.
Ignacio Yepes, Javier Viver, Pepa Pedroche y Miguel Álvarez Fernández, durante la presentación de la edición del Observatorio de lo Invisible 2024
Además del contenido de sus talleres, los alumnos disfrutarán de un programa transversal en el que podrán participar en oraciones polifónicas, conferencias impartidas por otros maestros como el historiador Horacio Fernández, foros y veladas construidas con intervenciones artísticas de profesores y alumnos y la participación de otros creadores invitados a esta cita. Según se acerque la fecha concretaremos el programa de las veladas.
Creatividad interdisciplinar
“La colaboración entre géneros es muy creativa. Un ejemplo de ello fue Kandinsky, que pintaba como los músicos”, ha revelado Javier Viver, escultor e imaginero y uno de los patronos de la Fundación VIA del Arte. En su estudio de Madrid ha tenido lugar la rueda de prensa de presentación de la nueva edición, que este año traslada su sede, por primera vez, del extremeño Monasterio de Guadalupe al vallisoletano. “De la experiencia de otros años han surgido iniciativas como la revista Transfiguración o el grupo literario Río Oculto”, ha continuado, a la vez que destacaba “la intensidad” con la que se vive esa semana artística.
Cada taller se desarrolla en cinco horas diarias, y después se produce un intercambio interdisciplinar que da lugar a conciertos, performances, obras de teatro… El año pasado, Santiago Ydáñez pintó en directo una Dolorosa mientras El Niño de Elche le hacía una saeta. “Fueron 50 minutos de elevación: pasión, muerte y resurrección. Son el tipo de cosas que ocurren en el Observatorio de lo Invisible”, continúa Viver.
Una de las performances que se dieron en el Observatorio de lo Invisible 2023
Una de las asistentes a la nueva edición del OI ha sido Pepa Pedroche. Actriz licenciada por la RESAD de Madrid, actualmente forma parte del elenco de La Regenta, adaptación teatral de Eduardo Galán, dirigida por Helena Pimenta. Ha formado parte de la Compañía Nacional de Teatro Clásico desde el 2001, desarrollando su labor como actriz, directora y pedagoga. “El encuentro entre diferentes disciplinas artísticas acaba siendo elevado a la categoría de arte. En el caso de mi taller de teatro, trabajaremos textos místicos del siglo XVIII, como Lope de Vega, Fray Luis de León, Santa Teresa o Sor Juana Inés de la Cruz”.
Pepa Pedroche ha destacado la libertad de esos autores teatrales, que vivieron una espiritualidad que, en su contexto, llegó incluso a enfrentarlos a la Iglesia: “Ellos tuvieron la libertad de querer trascender, y eso es lo que vamos a tratar de trasladar al siglo XXI”.
Por su parte, Miguel Álvarez Fernández, músico y compositor, ha explicado en qué consistirá su taller de “arte sonoro”, una disciplina (“o indisciplina”) que atraviesa el resto de las artes: “Tiene algo de teatro, requiere una escucha como la música, requiere la dimensión fonética del lenguaje y también tiene otras manifestaciones que tienen que ver con la idea del ‘desbordamiento’: se proyecta hacia una actitud que toca y acaricia las vivencias espirituales”, ha explicado, afirmando que “escuchar es abrirse a lo desconocido, a lo que es el otro; empatizar, prestar atención, ejercitar la escucha”.
Ernesto Artillo impartirá el taller de performance en el Observatorio de lo Invisible 2024
“Es indispensable el Observatorio de lo Invisible. Hay mucha gente que necesita ese encuentro. Se generan conversaciones, estilos de escucha, de contemplación, de acción… Nadie duda de que el arte es comunicación, es un lenguaje universal que rompe barreras, tiene poder curativo físico y mental, es una herramienta educativa importantísima y genera emociones. Pero de lo que nadie duda es de que es la puerta a la naturaleza espiritual del hombre”, ha continuado Ignacio Yepes.
El director de orquesta, flautista y compositor, actual director fundador de la Orquesta Filarmónica del Arte y de la Orquesta de la Academia QNK Ópera, recuerda que el arte “trasciende la mente, va más allá de los juicios y de los miedos, de todo lo que es contrario al arte. El OI muestra que el espíritu habita dentro de la persona, y busca generar esa escucha, ese mirar dentro de uno mismo, que te conecta con tu propia esencia humana, con los demás y con Dios”, ha concluido.
El lugar del arte en el mundo contemporáneo
«El arte no está para hacer visible lo evidente. Para eso ya está la realidad», explica el escultor e imaginero Javier Viver, alma del Observatorio de lo Invisible. «Lo invisible es precisamente de lo que habla el arte, del misterio, de lo que no se puede hablar, pero sí se puede contemplar. Eso no quiere decir que se llegue a entender, pero sin duda es un grado de conocimiento directo por la presencia y su figura».
El Observatorio de lo Invisible es un proyecto de la Fundación VIA, fundada por un grupo de artistas de distintas disciplinas entre los que se encuentran el compositor y director de orquesta Ignacio Yepes, el arquitecto Benjamín Cano, la pintora María Tarruella o el escultor Javier Viver. «Buscamos la promoción del arte y los artistas mediante la renovación e integración de las diversas disciplinas artísticas y la investigación, formación e intercambio de experiencias y conocimiento», explican sus fundadores.
«Hay que comunicar esperanza. Principalmente en una sociedad vieja, que ya está de vuelta de todo, el arte muestra retazos del paraíso, lugares de justicia, de amor inesperado, de verdadera belleza», añade Javier Viver. Eso es lo que sucederá estos días en el Monasterio de la Santa Espina: un encuentro entre el hombre y la Belleza con mayúsculas.