El fallecimiento de Mario Vargas Llosa el pasado domingo en Lima, a los 89 años, ha generado una profunda conmoción en el ámbito cultural y literario. Considerado uno de los pilares del Boom latinoamericano y galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 2010, su partida deja un vacío en las letras hispánicas.
La Fundación Gabo de Colombia, creada por el también Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, ha sido una de las primeras instituciones en pronunciarse, desde donde también le han reivindicado como “figura clave de la literatura latinoamericana”. Aquí en España no han faltado los mensajes de condolencia: Arturo Pérez-Reverte, miembro de la Real Academia Española, expresó su pesar: “Vargas Llosa era enorme, el último de su estirpe y un perfecto caballero”. Destacó que, a pesar de los intentos por etiquetarlo políticamente, su grandeza literaria permaneció intacta: “Como decía el torero Luis Miguel Dominguín, siempre queda uno para contarlo. Aunque al final siempre hay otros que acaban por contar al que lo cuenta. Son las viejas reglas”.
La escritora Carmen Posadas recordó la influencia de Vargas Llosa en su generación: “Para los que comenzamos a escribir en los setenta y ochenta, Mario Vargas Llosa ha sido y será siempre un referente, una inspiración, un modelo a seguir. De su poliédrica personalidad, lo que más he admirado es su compromiso con el tiempo que le tocó vivir, su valentía a la hora de defender sus ideas y, por encima de todo, su amor por la libertad. Por eso, no solo su deslumbrante obra literaria sino también su legado nos acompañará siempre. Un recuerdo muy especial para su familia y, en especial a Patricia, con mi cariño y admiración”.
El escritor peruano Santiago Roncagliolo recordó la integridad intelectual de Vargas Llosa: “Siempre fue fiel a lo que él opinaba”, subrayando su valentía al mantener opiniones impopulares sin seguir consensos. De igual forma, su editora en Alfaguara, Pilar Reyes, se ha despedido del literato: “Con infinita tristeza recibimos la noticia del fallecimiento de Mario Vargas Llosa. Su obra y su pensamiento seguirán iluminándonos. A su familia, mi más sentido pésame. A Mario, toda la gratitud por una vida que nos ayudó a ver más lejos”.
“Me enseñó que los cimientos en una novela es lo más importante”
En conversación con Artículo14, el también escritor peruano Carlos Dávalos, autor de la recientemente publicada La pólvora y los inocentes (Berenice), compartió una emotiva reflexión sobre su relación con el Nobel: “Antes de leerlo, a Vargas Llosa lo vi por primera vez en la televisión cuando era un niño: apareció subido en un estrado en medio de una plaza llena de gente y dando un discurso político justo antes de ser candidato presidencial. En las entrevistas que daba recuerdo mucho sus manos, que me recordaban a las manos de mi padre. Años después, en la adolescencia, leí dos de sus libros, uno tras otro: Conversación en la Catedral y La ciudad y los perros. Y ahí comenzó el romance. Vargas Llosa me enseñó que los cimientos en una novela es lo más importante, que sin estructura no hay novela. La manera cómo él se enfrentó al lenguaje no era armoniosa y en forma de baile como lo hacía García Márquez, sino que el suyo era un enfrentamiento a trompicones, a mazazos. Vargas Llosa te enseña que los libros no se escriben solos, pero si no quema, si no hay fuego, entonces mejor no intentarlo. Para un escritor, sus novelas abren puertas: te muestran el camino. Es un buen padre, pero también te da las pistas de cómo matar al padre. Una partida siempre es triste, y más si el que se va te ha enseñado y dejado tanto”.

Grandes personalidades del mundo de la cultura han decidido recurrir también a comunicados o a las redes sociales para mostrar su pésame. Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, ha subrayado “la calidad de sus novelas y la lucidez de sus ensayos”, además de su “ayuda y compromiso” con la institución que dirige: “Siempre le agradecí que la diferencia de opiniones políticas no supusiese un motivo de enemistad” .
“Tardará en aparecer, si es que aparece, otro escritor de este calibre”. Son palabras del escritor y académico de la RAE Javier Cercas, que ha definido a Vargas Llosa como “un escritor descomunal y un hombre virtuoso que se jugó el tipo por las causas que consideraba justas”. La escritora Rosa Montero ha descrito a Vargas Llosa como “querido y admirado maestro”, publicando la portada de su obra El pez en el agua, porque “no quería usar una foto de la que no tuviera derechos, ¡y porque está tan lleno de vida en esa instantánea”.
El ganador del Premio Cervantes 2024, Álvaro Pombo, ha lamentado la muerte de Mario Vargas Llosa, a quien conoció personalmente en las sesiones de la Real Academia Española (RAE) y al que recuerda como un “modelo de elegancia y caballerosidad”, además de ser un “humanista universal”. Su predecesor, Luis Mateo Díez, ha calificado al escritor hispano-peruano como una “persona muy sabia que no hacía ninguna ostentación de su sabiduría”. “Es uno de los grandes, grandes de las letras universales, del español y de todas las lenguas, pero muy comprometido con el español”.
Un adiós también político
El presidente español Pedro Sánchez ha definido al escritor como “maestro universal de la palabra”: “Mi agradecimiento como lector por una obra inmensa, por tantos libros clave para entender nuestro tiempo”. Desde el mundo de la política se han manifestado otras figuras como la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, que le ha descrito como “uno de los escritores más brillantes” en castellano: “Escribió libros indispensables para comprender nuestro tiempo y la propia condición humana”.
Desde el Ministerio de Cultura de España, encabezado por Ernest Urtasun, se ha subrayado la figura de Vargas Llosa como “uno de los más grandes autores del Boom latinoamericano”. Por su parte, Esteban Beltrán, poeta y director de Amnistía Internacional España, ha recomendado redescubrir Travesuras de la niña mala, una de las novelas menos citadas del Nobel, confesando: “Leyéndole me ocurrió algo extraordinario, no querer terminar el libro para no dejar de ser feliz”. A estas palabras se sumó el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, quien expresó: “Mi más sentido pésame a sus familiares, amigos y a su eterna comunidad de lectores, que seguirá creciendo con el tiempo”.
Según informó su hijo Álvaro Vargas Llosa, el escritor será despedido en una ceremonia privada y sus restos serán incinerados, cumpliendo así su deseo de una despedida íntima. La partida de Mario Vargas Llosa marca el fin de una era en la literatura en español. Su obra y su influencia perdurarán, inspirando a futuras generaciones de escritores y lectores.