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La escritora más vendida en Italia promete arrasar en España

Donatella di Pietrantonio firma ‘L’età fragile’, que acaba de ganar el Premio Strega, el galardón más prestigioso de la literatura italiana

Portada de ‘L’età fragile’

Lleva semanas siendo uno de los libros más vendidos en Italia, su portada llena las recomendaciones literarias para este verano que apura sus días de agosto. Una portada en blanco y negro de la editorial Einaudi con una mujer joven que se recoge el pelo. Es ‘L’età fragile’ (la edad frágil) de Donatella di Pietrantonio, escritora italiana de 62 años, nacida en la región de Abruzzo, en el centro de Italia. Es allí donde ubica esta novela, donde ha situado también las precedentes, obteniendo un gran reconocimiento. En este caso el lugar es protagonista y escenario, de todo, también del delito. Una obra de menos de 200 páginas directa y con varias líneas temporales dominadas a la perfección que le ha valido el mayor premio literario italiano, el Strega, que ha recogido hace un mes emocionada.

El tema central de esta novela, que une con un filo invisible también sus trabajos precedentes, es el universo femenino, las mujeres, sus relaciones complejas y sus semejanzas. “Quiero prometer que usaré mi voz escrita y oral en la defensa de los derechos por los que las mujeres de mi generación han luchado muchísimo y que hoy veo que están en peligro”, dijo cuando recogió el premio, que en Italia es una botella de licor de la marca Strega que ha dado nombre a este premio tan prestigioso. En esta novela las mujeres están desde la protagonista, Lucia, una mujer de mediana edad que intenta retomar la relación con su hija veinteañera en la época del COVID. También están en la historia de su juventud, cuando un verano vivió de cerca un doble feminicidio que marcó su vida para siempre y que, muchos años después, vuelve para conectarla de alguna forma con el pasado.

El libro será publicado en España en primavera por la editorial Duomo y hace unos días se han adquirido los derechos para una adaptación cinematográfica. La historia de Lucia comienza con la difícil relación con su hija, que ha vuelto a casa durante el confinamiento, pero con la que no consigue tener ningún tipo de comunicación. La protagonista es una mujer que acaba de separarse, aunque aún no ha firmado los papeles del divorcio, que profundiza en una larga reflexión sobre el temor que le produce la depresión de su hija, que nunca llega a llamar con esta palabra, y la vejez de su padre. A través de esos dos personajes que la rodean, establece una comparativa sobre la vida del pueblo en la que vive, la montaña de la que nunca ha salido su padre y el ruido de la ciudad de Milán de la que ha huido su hija con la pandemia.

La escritura de Donatella di Pietrantonio es directa, simple y muy eficaz. Describe la distancia generacional con su padre a la perfección: “es un hombre que nunca ha usado gafas de sol” o “me concibieron, él y mi madre, estando en silencio. Él por ignorancia, ella por prudencia”. Hace lo mismo cuando escribe sobre la relación que Lucia tiene con su hija, bastan pocas palabras, frases cortas, para atravesar al lector. “Así he acabado, soy una madre feliz por el simple hecho de que su hija se lave”, dice en un momento de desesperación ante los silencios infinitos de su hija, donde descifrarla es doloroso y extenuante. Ese dolor de su Amanda al que no consigue encontrar explicación: “Esa grieta en ella que yo no consigo colmar dándole un sentido”.

Son tres los elementos más destacados de esta novela. El primero es esa línea temporal entre la ciudad y el mundo rural, entre el viejo y la joven hija, y esa enorme reflexión generacional que lleva al título: cualquier edad es la edad frágil. El segundo es la inteligencia con la que la autora utiliza un suceso real, el de “el delito del Morrone” ocurrido en Abruzzo en 1997 y que vio a tres jóvenes víctimas del ataque de un pastor extranjero que vivía en esa zona de montaña. Dos de ellas murieron, una fue violada, la tercera fingió su muerte y consiguió salvarse. Una historia que Donatella di Pietrantonio recordó hace años y que no la abandonó en mucho tiempo, sirvió como parte de esta novela que pone a la chica que consigue sobrevivir al lado de la vida de Lucia, su protagonista.

El tercero es el gran macrotema de la maternidad, un viejo conocido para la autora, tal y como explica Giulia Ciarapica, crítica literaria del diario italiano Il Foglio. “Hasta ahora la autora había afrontado el vínculo complicado y desgarrador con la figura materna, pero desde el punto de vista de la hija. En esta novela hace la operación inversa y observa este conflicto como madre. La incapacidad de comunicar entre padres e hijos es el inicio de tantas narraciones, pero en particular ella lo convierte en el lugar del que parten tantas otras reflexiones que ponen el acento en lo que es ser mujer hoy”, explica. Los silencios, añade Ciarapica, son momentos que, juntos, forman un gran mosaico de falta de amor.

La autora y su inesperada historia

Donatella di Pietrantonio se hizo conocida para el gran público italiano en 2017 cuando ganó el Premio Campielo con ‘L’Arminuta’, ‘La retornada’ en español, su primer libro conocido que llegó a vender 400.000 copias. Una escritora que no nace como escritora, de hecho su historia es atípica: publicó su primer libro con 49 años y en los 15 restantes escribió otros cuatro con enorme éxito. Donatella estudió para ser dentista y es un trabajo que sigue realizando a pesar de que sus libros han vendido miles y miles de copias. Giulia Ciarapica nos recomienda ‘Mi madre es un río’, editado en español por Duomo, también de ‘La retornada’, de la misma editorial, y ‘Bella Mia’, de Einaudi, editado solo en italiano.