Están en boca de todos, porque además han hecho historia en el prime time. La Revuelta, el programa que ahora presenta David Broncano en TVE, solo ha necesitado dos emisiones para sumar su primera victoria contra El Hormiguero en estricta coincidencia. El programa de Broncano aventaja en 1.6 puntos y 202.000 espectadores al de Pablo Motos en sus 56 minutos de competencia directa. Una diferencia considerable tras lo visto el lunes en su primer duelo, que el espacio de Antena 3 se llevó con un colchón de 5.3 puntos.
Un día después, y a pesar de que El Hormiguero se emite sin publicidad, ese colchón ha desaparecido, lo que abre un escenario inesperado a estas alturas de competición: uno en el que El Hormiguero, a pesar de haber conseguido llevar a Victoria Federica en su estreno de temporada, ya no es invencible.
No deja de resultar curioso que, en un momento en el que la inclusividad y la diversidad están a la orden del día, con las mujeres ocupando puestos relevantes en casi todas las industrias, dos de los espacios con más repercusión mediática y, por lo tanto, social (la televisión es democrática: nos iguala a todos), estén liderados por hombres. Eso sí, los datos hablan por sí mismos: la audiencia adora a Pablo Motos y a David Broncano, por muchas críticas que acumulen.
Las mujeres al matinal, los hombres al late night
Lo cierto es que las mujeres, en televisión, han sido natural y tradicionalmente relegadas a los matinales. Eran las mujeres las que se quedaban en casa, realizando las tareas domésticas, y por lo tanto las que podían sentirse identificadas con presentadoras mujeres. Por eso en las mañanas vemos a María Casado, Ana Rosa Quintana, Anne Igartiburu, Nuria Roca, Susanna Griso o Sonsoles Ónega.
Las presentadoras Anne Igartiburu, Susanna Griso, Ana Rosa Quintana y Nuria Roca
Por el contrario, los late night shows, ya sea dentro de nuestras fronteras o fuera de ellas (sólo hay ver a Jimmy Fallon, Stephen Colbert, Jimmy Kimmel o Seth Meyers), han sido tradicionalmente presentados por hombres. En nuestro país ha sido evidente: de Ramón García a las Crónicas Marcianas de Javier Sardá pasando por Pepe Navarro, Buenafuente, El Informal de Florentino Fernández, Máximo Pradera, el Gran Wyoming, Jordi González, Manel Fuentes… o los mencionados Pablo Motos y David Broncano.
Ellas son listas, guapas, estilosas, fiables; generan confianza, aportan datos, dan paso a reporteros a pie de calle, hacen seguimiento de las historias. Ellos no precisan grandes requisitos físicos, ni en general de formación (Broncano es, de hecho, conocido por no prepararse nunca las entrevistas), más allá de cierto humor chisposo, a veces enrarecido, a veces pasado, y otras definitivamente en consonancia con el público que los sigue y defiende a capa y espada. Hacen juegos y adivinanzas, preguntas capciosas o superficiales, cuando no directamente humillantes, y sus secciones consisten en experimentos, juegos, monólogos o trucos de magia. Es, en definitiva, otro formato.
¿Machismo en televisión?
A principios de 2023, Pablo Motos se sintió atacado por una campaña del Ministerio de Igualdad contra el machismo, a pesar de que no se pronunciaba su nombre. “Es indecente”, dijo entonces con indignación, con lo que los usuarios de redes sociales empezaron a publicar todas las veces que había realizado comentarios sexistas o machistas en su espacio televisivo: ha besuqueado a Anastacia, ha emitido gags titulados Culos y Tetas, se ha inventado juegos para manosear a supermodelos como Alessandra Ambrosio o a la cantante Kylie Minogue, y a la periodista Mónica Carrillo, autora de tres novelas, le dijo: “¿Crees que a los hombres les atraes tú y por eso les gusta leerte?”.
Pablo Motos y Kylie Minogue, en un juego de ‘El hormiguero’ en 2014.
“¡Ladran, luego cabalgamos!”, dijo Juan y Medio en 2017 en directo en su programa La tarde, aquí y ahora, tras desnudar a su compañera de programa, Eva Ruiz, rompiéndole el vestido con unas tijeras. También gritó Javier Cárdenas (“¡Fascista, el machista eres tú!”) en Hora punta en La 1 tras desnudar a tres chicas en un plató de televisión para llevar a cabo un truco de magia (en el pasado ya había intentado que despidieran de su trabajo a una oyente de su programa en Europa FM que denunció sus comentarios machistas). Bertín Osborne suele agarrarse a la misma respuesta con distintas versiones cuando le recuerdan las críticas que generan sus comentarios y actitudes en televisión: “Me parece un gilipollas el que me llame machista”.
David Broncano se libra de las críticas machistas. Sin embargo, ni es un héroe feminista ni La Resistencia era un “espacio seguro” para las mujeres: el show de Movistar+ es un programa hecho por hombres, con hombres como protagonistas (no escasean las ocasiones en las que no hay una sola representante femenina sobre el escenario) y a veces, con un humor demasiado para hombres, si bien parece que La Revuelta está intentando ser más inclusivo. Pero tanto Broncano como Motos se salvan: la audiencia, pese a las airadas denuncias y las ansias de boicot en las redes, sigue jugando a su favor en los audímetros.