Antonio Moral (Puebla de Almenara, 1956) es probablemente una de las mejores cosas que les ha pasado a los granadinos en los últimos tiempos, porque en sus cinco años al frente del Festival Internacional de Música y Danza ha situado este evento, de incalculable valor cultural, en el mapa de los mejores encuentros musicales de verano de todo el mundo.
Hacemos balance con uno de los grandes gestores culturales del panorama musical español, que atesora una prestigiosa trayectoria profesional de más de 30 años. El actual director del Festival de Granada, fundador y director de la revista de música Scherzo, ha sido artífice de festivales y ciclos de conciertos como el Ciclo de Lied en el Teatro de la Zarzuela o el Liceo de Cámara en el Auditorio Nacional de Música de Madrid (1992-2018). El que fuera director artístico del Teatro Real de Madrid (2005-2010) está a punto de inaugurar este próximo 7 de junio la 73 edición del Festival de Granada, con la que pone el broche final a un quinquenio lleno de satisfacciones y récords de venta, llevando a Granada -por primera vez en su historia- a la legendaria Filarmónica de Viena, símbolo musical de Austria.
Cartel del Festival Internacional de Música y Danza
Con una programación de 116 funciones previstas entre conciertos, representaciones de danza y espectáculos de calle, el histórico festival granadino, que se celebrará hasta el 14 de julio, acogerá un total de 33 jornadas repartidas entre muy diversos espectáculos programados en la Alhambra y algunos de los palacios e iglesias de la capital andaluza. Con una amplia sonrisa, que denota la felicidad que le produce su trabajo, Antonio Moral recibe a Artículo 14.
No hay muchos festivales en el mundo que tengan 141 años de existencia. ¿Está el Festival de Granada en la Champions League de los Festivales de Música Clásica de Europa?
El Festival de Granada es como el Girona Fútbol Club, que con muy poco presupuesto ha conseguido colocarse en un puesto destacado, aunque el camino sigue siendo largo. No podemos compararnos con los principales festivales de música, no por la calidad de nuestra programación, que es altísima, sino por un tema de presupuesto y de apoyo institucional a la cultura. Salzburgo tiene 66 millones de presupuesto, el Festival de Aix-en-Provence 26 millones, la BBC Proms 34 millones, mientras que el presupuesto del Festival de Granada es 4 millones. Aun así, podemos decir que hemos crecido muchísimo, gracias al éxito de taquilla y la buena gestión del área de patrocinios.
Palacio de Carlos V, Festival Internacional de Música y Danza de Granada
“Granada se lo tiene que creer, porque tiene uno de los Festivales potencialmente más importantes del mundo”
¿Qué falta para alcanzar ese nivel en términos de notoriedad y reputación?
El Festival de Granada es una joya, pero desde mi punto de vista, no ha hecho el marketing que debía hacer en el pasado. Es un Festival en que los últimos años se han conformado con ser un festival de carácter más local y Granada se lo tiene que creer, porque tiene uno de los Festivales potencialmente más importantes del mundo, principalmente por una razón fundamental que lo diferencia de los demás, su emplazamiento en lugares únicos como es la Alhambra y su entorno.
El emplazamiento de este Festival no lo tiene ningún lugar del planeta…
Exacto. Mientras que el resto de los festivales, el de Salzburgo, el de Aix-en-Provence, son festivales que se hacen en teatros y auditorios modernos, el Festival de Granada tiene lugar en verdaderos tesoros patrimoniales, como es el Palacio de Carlos V, con una acústica maravillosa a pesar de estar al aire libre.
Luego tienes el patio de los Arrayanes, que es un rectángulo larguísimo con una alberca de cerca de 40 metros e inexplicablemente la acústica funciona a pesar de tener una superficie de agua en medio. La música de un cuarteto de cuerdas, incluso de un violín sólo se escucha sin problemas y así 420 personas pueden escuchar los conciertos sin amplificación de ningún tipo. Estos escenarios llenos de historia y belleza no los tiene ningún otro festival del mundo. Los escenarios son de un valor incalculable. El festival de Granada es una joya.
Patio de los Arrayanes, la Alhambra. Festival Internacional de Música y Danza.
Ballet Mariinsky, Teatro del Generalife
“Tenemos gente que se conecta desde Singapur, Sídney o Camboya para ver los conciertos”
¿Cuál ha sido su principal objetivo estos años?
El mayor reto ha sido precisamente tratar de internacionalizar el Festival. Cuando yo llegué la promoción se hacía casi exclusivamente en Madrid y en Granada, este año ya hemos presentado en París, en Londres, en Toulouse, en Viena, en Madrid. En Barcelona, en Bilbao, en Valladolid, en Oviedo, en Sevilla… Otra de las cosas importantes que hemos potenciado es la grabación de los espectáculos para cadenas internacionales de televisión como Mezzo y Medici TV, que llevan el festival a todos los lugares del planeta. Tenemos datos de gente que se conecta para ver el Festival desde Singapur, Sídney, Chile o Camboya. Pero claro, no es lo mismo que grabes cinco conciertos a que hagas quince como hace Salzburgo o darlos en streaming, eso cuesta mucho dinero y en este sentido aún queda mucho por hacer.
Panorámica de la Alhambra
De las 40.000 localidades que se ponen a la venta, ¿qué porcentaje de público nacional e internacional hay?
Un 65% es público de Granada y provincia, y el 35% es público foráneo, desde donde se identifica un 8% internacional. El año pasado tuvimos un récord de espectadores con más de 55.000 asistentes.
El granadino ha puesto de manifiesto que es un gran aficionado a la música porque lleva muchos años acudiendo al festival y se ha creado ya una sinergia. Eso lo comprobamos en la época de la pandemia, cuando los granadinos llenaron el festival ellos solos. Hay muchísima tradición, forma parte de su patrimonio y eso es de admirar, no todas las ciudades responden con esa fidelidad a la música.
Este año el protagonismo lo tiene Viena, la capital mundial de la música, donde nacieron, vivieron y murieron cimas de la música clásica como Franz Schubert, la familia Strauss, Haydn, Mozart o Ludwig van Beethoven, con la participación de la legendaria Filarmónica de Viena, creada en 1842 por Otto Nicolai. ¿Ha sido este un objetivo trabajado a largo plazo?
Si. Llevamos casi tres años trabajando en este proyecto porque no era un objetivo fácil, la Filarmónica de Viena es una orquesta muy complicada y selecciona las giras de una forma singular y únicamente atienden a las citas que les interesa en cada momento, pero al final lo hemos conseguido y la podremos disfrutar por primera vez en la historia del Festival.
En esta edición también se presentarán por primera vez en Granada otras grandes orquestas como la Orchestre de la Suisse Romande, la Gustav Mahler Jugendorchester y la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y se darán cita a grandes Maestros como Kirill Petrenko, director de origen ruso, que el pasado año fue considerado por la crítica internacional como el “mejor director del mundo”.
Palacio de los Córdova, durante el Festival de Granada
Para un aficionado que asista por primera vez, ¿cuál sería el planteamiento ideal para reservar una semana de conciertos?
La media de estancia del visitante del Festival es de 6-7 días, pero la programación está pensada para que los fines de semana, que es cuando más gente viene, de jueves a lunes, se pueda presenciar lo más importante. Los jueves, por ejemplo, se puede asistir a un concierto de cámara o un recital de piano en los patios de los Mármoles o de los Inocentes en el antiguo Hospital Real, hoy rectorado de la Universidad de Granada, los viernes uno puede ir escuchar flamenco en el auditorio de la Chumbera, en el corazón del Sacromonte, o presenciar un ballet en el Generalife, los sábados a un concierto en el Carlos V, los domingos repetir en el Carlos V o ir a un concierto matinal de música barroca en una de las magníficas iglesias de la ciudad y los lunes a concierto de cámara o a un recital de piano en el Patio de los Arrayanes de la Alhambra.
Antonio Moral, Director del Festival de Granada
Han sido cinco años no exentos de dificultades, pero también lleno de éxitos. Fue el primer festival en abrir tras la pandemia, ha traído a Bob Dylan, homenajeado el Cante Jondo de Lorca y Falla, conseguido que sea el festival más patrocinado de España, se ha superado la cifra récord de espectadores 55.100 el año pasado…. Está claro que cualquier festival está por encima de personalismos, pero en su opinión, ¿Cuál ha sido el balance de estos años al frente del Festival? Cuál cree que ha sido tu impronta.
No soy yo quien tiene que hacer el balance, lo tiene que hacer el público y la prensa, pero a mí me consta que el público está muy contento en general, muchas veces emocionado. A veces se acerca la gente al final de un concierto para agradecerme la experiencia vivida con la voz quebrada o lágrimas en los ojos y para mí eso es lo más gratificante. Poder hacer a la gente un poco más feliz y regalarle estos momentos es el aspecto que más me puede gratificar en la organización de un concierto o un espectáculo de danza. Para un gestor conseguir que la gente consiga olvidarse por un momento de sus problemas cotidianos y que puedan disfrutar y emocionarse durante un par de horas es lo mejor que te puede pasar y a mí eso me ha pasado muchas veces, así que mi balance personal no puede ser más positivo, porque además se han cumplido los objetivos y han dado los números. Si consigues batir un récord de público, de ingresos de taquilla y lo haces sin apenas críticas negativas, pues es muy satisfactorio. Estoy orgulloso de haber tenido la oportunidad de aportar algo más a un festival de estas características.
¿Hacia dónde considera que debe evolucionar el Festival?
El Festival debe evolucionar hacia una mayor profesionalización y se tiene que dar a conocer más en el mundo, para lo cual hace falta una mayor inversión y alcanzar un presupuesto que no tenemos hoy. Hace falta más apoyo, no para hacer más actividad en el Festival, pues desde el punto de vista de las orquestas, solistas o compañías de danza invitadas o de la programación artística podemos afirmar que ya es muy competitivo, pero sí hay carencias para la promoción e inversión publicitaria, que es muy importante. A veces se piensa que este tipo de festivales son un gasto social y en realidad son una inversión. La edición de 2023 costó 4,1 millones de euros y el retorno para la ciudad superó los 12 millones. Esto se traduce en riqueza para la ciudad, sus hoteles, restaurantes, taxistas, etc.
“Los políticos suelen tener problemas para destinar presupuesto a las actividades culturales”
¿Y cuál es el freno?
No es un freno, es una dinámica. Los políticos en general suelen ser reacios para incrementar los presupuestos de las actividades culturales. El ministerio de cultura español, que tiene 1,8 millones de presupuesto, es incomparable con los once mil millones de euros que tiene el ministerio de cultura francés. Para que se haga una idea la Biblioteca Nacional de Francia y la Ópera de París tienen la mitad del presupuesto que todo el ministerio de cultura español. No es verdad que no haya dinero, porque en los últimos 40 años en este país hemos hecho más kilómetros de AVE que nadie y más kilómetros de autovías, hemos cambiado un país, pero a la cultura, en un amplio espectro no se la apoyado en la misma dimensión.
“Hay muchos sitios de España donde no ocurre nada, donde no llega la música”
Nosotros vivimos en Madrid y tenemos una suerte increíble, en Granada tienen un Festival, en Sevilla tienen la Bienal de flamenco, un teatro de ópera y una gran orquesta sinfónica, pero hay muchos sitios de España donde no ocurre nada, que pagan sus impuestos igual que todos los españoles, pero a donde la Orquesta Nacional de España o el Teatro de la Zarzuela no van nunca.
También necesitamos que las escuelas y la sociedad en general incluya dentro de la formación integral a la música clásica, no para estudiar música y tocar un instrumento, sino para entender la música y acostumbrarte a escucharla.
Instrumentos, Palacio de Carlos V
¿Quizá esa sea una de las razones por las que la música clásica todavía conserva un halo de elitismo? No todo el mundo puede permitirse ir al Teatro Real a ver una ópera.
Exacto y eso no ocurre en Alemania. En España hay seis teatros de ópera con temporada estable, en Alemania hay 20 o 25. Aquí una entrada en el Teatro Real te cuesta más de 400 euros en estreno y en un día normal casi 300. Yo acabo de estar en la Ópera de Viena y en la fila 18, en todo el centro, pagué 156 euros. Si vas a la Staatsoper de Berlín por 90 euros compras una entrada en el patio de butacas. En Madrid por 90 euros no te vas ni al último asiento del anfiteatro.
Y eso que el Teatro Real y el Liceo sí están bien financiados.
Están financiados en un 50% por recursos públicos. El Ministerio de Cultura financia con 500.000 euros al Festival de Granada y al Teatro Real le dan 20 millones y medio. Este año hemos pedido al ministerio que pusiera un 10% más, es decir, 50.000 euros más, y nos han dicho que no era posible. Pero lo mismo nos dijo el Ayuntamiento de Granada que no pudo poner 35.000 euros más porque tiene congelado el presupuesto cultural. Yo pedí hace un año que las instituciones públicas subieran un 10% su aportación, que está congelada desde el año 2010 y me han dicho que no era posible.
¿Cómo va a crecer más el Festival si durante los últimos 14 años la inversión pública ha sido la misma? Hemos podido crecer con mucho esfuerzo porque hemos duplicado la aportación de patrocinio y multiplicado por 2,5 los ingresos de la taquilla. Pero cuesta mucho trabajo. El hecho de que el Festival no sea una fundación tampoco ayuda, porque las empresas no se pueden desgravar sus aportaciones. Esta ha sido otra de mis peticiones reiteradas desde que llegué al Festival. Hay que crear una Fundación para dar mayor agilidad a la gestión. El problema es que no hay voluntad política por diversas razones. Me pregunto por qué.
Concierto en el Monasterio de San Jerónimo, Granada
¿Qué es para usted la música?
La música es aquello que vives con pasión en cada momento, porque no sólo depende de lo que te ofrezca el intérprete, sino también de tu estado de ánimo. Cuando el intérprete consigue conectar con la audiencia se produce una especie comunión colectiva, una simbiosis inexplicable, que te toca el alma.
La música es entusiasmo, pasión, y no se debería caer en la rutina, porque como ocurre con el amor, cuando se acaba la pasión, se acaba el amor. Mi pasión es la música y tengo la suerte de poder vivir de lo que me gusta. Soy consciente de la suerte que he tenido en mi vida porque no he tenido una formación musical, aunque tengo en mi familia dos directores de banda y organistas profesionales. Mi madre cantaba zarzuela. Y al final he podido llegar a vivir de lo que me gusta. Disfruto igual con una ópera que con un recital de Lied o una zarzuela.
Colegio Mayor Santa Cruz la Real, Granada
¿Qué satisfacciones le han dado estos cinco años al frente del Festival de Granada?
¿Qué mayor satisfacción puedes tener que hacer a la gente un poco más feliz a través de la música? También me ha encantado vivir en Granada, que no es lo mismo que estar haciendo turismo. Perderme muchas tardes del invierno por el barrio del Albaicín, dar largos paseos por el camino del Sacromonte, vivir el día a día de una ciudad increíble como es Granada.
¿Qué consejo le daría al próximo director del Festival de Granada?
Ninguno, no me gusta dar consejos, le deseo mucha suerte.
¿Cuál es tu próximo destino?
Aún no tengo destino. Nunca dejo un trabajo para irme a otro. Ahora se ha terminado un ciclo y tendré que valorar las propuestas, si llega alguna, cuando sea oportuno. Si hay algo que me provoque de verdad, como dicen en Colombia, lo haré.
Desde Artículo14 le deseamos mucha suerte.