En 2022, la Orquesta Filarmónica de Nueva York (NYPO, por sus siglas en inglés) presumía de la “histórica” cifra de mujeres miembro en un nuevo movimiento hacia el camino de la igualdad de género que en los últimos años han alcanzado al mundo de las letras y el arte.
La NYPO logró ese año por primera vez en sus 180 años de fundada tener en sus sillas a más mujeres que hombres, aunque con una escasa diferencia: 45 a 44. El logro era visto por las músicas como “una batalla más ganada”.
“Es un cambio radical”, dijo en ese entonces al diario “The New York Times” Cynthia Phelps, la viola principal, quien se unió a la orquesta en 1992. “Esta ha sido una batalla larga y arduamente ganada, y continúa siéndolo“.
El cambio fue verdaderamente profundo para un conjunto que solo tenía cinco mujeres a principios de la década de 1970 y que no contaba con camerinos exclusivos porque en la construcción del edificio nunca fueron previstos.
Pero esos pequeños pasos hacia la igualdad fueron manchados después de que se conociera el caso de Cara Kizer, ex integrante de la sección de trompa de la Filarmónica, quien afirmó que dos músicos de la NYPO la drogaron y agredieron sexualmente en 2010, cuando ella era una aprendiz.
La noticia estalló la semana pasada tras una publicación de los medios “New York Magazine” y “Vulture”. El relato de Kizer desató el despido, por segunda vez, del oboísta principal Liang Wang y el trompetista principal asociado Matthew Muckey, ambos veteranos en la orquesta con casi 20 años de experiencia.
Según un comunicado emitido por la Filarmónica, Wang y Muckey “no participarán en ensayos o actuaciones”. “El señor Muckey y el señor Wang no están tocando con la orquesta en ese momento”, confirmó Gary Ginstling, presidente y director ejecutivo de la Filarmónica.
En respuesta, Steven J. Hyman, abogado de Muckey, dijo sentirse confiado “en que (su cliente) regrese a la agrupación” debido a que no “ha hecho nada malo”, mientras que Alan S. Lewis, representante de Wang, suavizó la salida de los músicos de la orquesta y aseguró que son acusaciones falsas.
“La Filarmónica decidió que sería mejor para Liang y el otro músico tomar un par de semanas libres mientras manejan la tormenta de fuego que el artículo distorsionado encendió”.
La intérprete del corno francés, quien habló por primera vez públicamente sobre lo sucedido, relató que cuando estaba de gira con la Filarmónica en Vail, Colorado, hace 14 años, fue agredida sexualmente después de asistir a una fiesta con varios de sus compañeros. Kizer le dijo a la Policía de esa ciudad que ambos le habían dado una bebida antes del abuso.
Aunque no hubo cargos, el suceso llegó a oídos de la Filarmónica ocho años después. En ese momento, el conjunto hizo una investigación a través de un ex fiscal y determinó que ambos debían ser despedidos.
Wang y Muckey, que además fueron señalados por otros compañeros de tener malos comportamientos, no se rindieron y llevaron el caso al Local 802 de la Federación Americana de Músicos, el mayor sindicato de músicos profesionales del mundo, que impugnó sus despidos y ordenó el reintegro.
De esa forma, en 2020, la orquesta se vio obligada a reincorporarlos luego de que un árbitro independiente determinara que habían sido despedidos sin justa causa.
Pese a que la actuación de Local 802 está siendo fuertemente cuestionada, su actual directora, Sara Cutler, quien asumió el cargo el año pasado, adoptó un tono diferente al de sus predecesores.
“Como mujer, músico y nueva presidenta del sindicato, me horroriza lo que está en la historia. Estamos comprometiendo todos los recursos del Local 802 para eliminar la cultura de la complicidad que ha reinado en la Filarmónica de Nueva York durante demasiado tiempo“, señaló en un comunicado.
Este es el segundo escándalo de tono sexual que golpea a la Filarmónica en menos de un mes. Roy ‘Trey’ Farmer, miembro de la junta de la NYPO, fue arrestado y acusado de posesión de pornografía infantil.
Asimismo, en el caso de Kizer, otra música fue expulsada de la orquesta por su apoyo a la víctima mientras que otras mujeres han presentado más acusaciones de mala conducta al interior del conjunto.
En ese sentido, el comité de la Filarmónica señaló en un comunicado que la orquesta tiene una cultura de “no tomar en serio las quejas de los músicos, por lo que a menudo los músicos no se sienten seguros al plantear acusaciones de acoso sexual y asalto” y pidió a la gerencia que tome medidas para proporcionar un lugar de trabajo seguro.
“Denunciamos con todo nuestro corazón y encontramos aborrecible toda conducta que viole y degrade a las mujeres de nuestra orquesta. Lo sucedido es un ultraje para las mujeres en todas partes. Nunca debe ser tolerada“, reiteró el texto.