El mundo de la literatura se tambalea ante la noticia de los abusos del autor de ciencia ficción Neil Gaiman. Varias mujeres acusan al escritor de The Sandmand y Coraline de abuso sexual en un reportaje escrito por la periodista Lila Shapiro contra el aclamado escritor británico de fantasía cuya obra ha vendido más de 50 millones de ejemplares en todo el mundo.
En julio, Tortoise Media dio la noticia de que Gaiman había sido acusado de agresión sexual por dos mujeres y lanzó un podcast de seis capítulos Master, que cubría las acusaciones de cinco mujeres. Sin embargo, en varios casos, las mujeres decidieron utilizar seudónimos para proteger sus identidades. En el artículo del New York Magazine, titulado No hay una palabra segura Shapiro habla con ocho mujeres que cuentan experiencias similares con Gaiman, igual que ocurrió con Harry Weinstein.
Una de estas mujeres, Scarlett Pavlovich, tenía 22 años cuando conoció a la ex esposa de Gaiman, Amanda Palmer, en Nueva Zelanda. Entablaron una amistad antes de que Palmer le pidiera a Pavlovich que la ayudara a cuidar al hijo de 5 años de la pareja. Pavlovich dijo que la primera vez que conoció a Gaiman, estaba cuidando al niño y él le esperó hasta que terminó, después le ofreció bañarse en su jardín y cuando ella se estaba bañando, él se unió a ella desnudo y luego la agredió sexualmente.
“Puso sus dedos directamente en mi trasero y trató de meter su pene en mi trasero. Y dije: ‘No, no’. Luego trató de frotar su pene entre mis senos y también dije ‘no’. Luego me preguntó si podía correrse en mi cara y le dije que no, pero lo hizo de todos modos”, dijo Pavlovich a New York Mag. “Él me dijo: Llámame “maestro” y sé una buena niña. Eres una buena niña”.
Pavlovich afirma que el abuso continuó durante el resto del tiempo que ella cuidó a la familia, incluida una ocasion en la que supuestamente intentó tener sexo anal con ella usando mantequilla como lubricante. “Cuando terminó, me llamó esclava y me ordenó que lo limpiara”, informa el artículo. “Ella protestó. Y Él dijo: ¿Estás desafiando a tu maestro?”, recuerda. “Tuve que lamer mi propia mierda”. En otro momento, Gaiman se hospedaba con su hijo en un hotel en Auckland y le pidió a Pavlovich que cuidara al niño mientras recibía un masaje. Ella admite que él luego procedió a tener relaciones sexuales con ella mientras su hijo estaba en la habitación y continuó hablando con él durante el acto. Pavlovich dice que le preguntó a Gaiman: “¿Qué carajo estás haciendo?” porque se encontraba en “estado de shock” durante el incidente.
Representantes de Gaiman dijeron al podcast Tortoise que “la degradación sexual, la esclavitud, la dominación, el sadismo y el masoquismo pueden no ser del gusto de todos, pero entre adultos que consienten, el BDSM es legal”. Aunque el artículo de la revista New York Magazine afirma que todas las mujeres en algún momento le siguieron el juego llamándolo “maestro” como él deseaba y continuaron comunicándose con él, muchas alegan que el consentimiento y las actividades específicas de BDSM no habían sido discutidas ni acordadas antes de que sucedieran.
Pavlovich permaneció en contacto con Gaiman, incluso asegurándole en un momento que sus interacciones habían sido consensuadas. Finalmente, aceptó firmar un acuerdo de confidencialidad y recibió, según NY Mag, un total de 9.200 dólares en nueve pagos separados. En enero de 2023, ella presentó un informe policial acusándolo de agresión sexual, pero el “asunto ya está cerrado”, dijo un portavoz de la policía a NY Mag.
Gaiman continúa negando enérgicamente todas las acusaciones en su contra. En una declaración en respuesta a la acusación de Pavlovich sobre el incidente de la habitación del hotel, sus representantes escribieron: “es falso, por no decir deplorable”.
Caroline, que optó por ser identificada sólo por su nombre, también firmó un acuerdo de confidencialidad después de su experiencia con Gaiman. Trabajó como cuidadora y, a veces, niñera en la propiedad de Gaiman en Woodstock, Nueva York, y los dos comenzaron una relación física después de que su esposo la dejó en diciembre de 2017. Según NY Mag, una vez Caroline se quedó dormida leyéndole cuentos al niño en la cama de Gaiman. Cuando regresó, “se metió en la cama con su hijo en el medio, luego se acercó al niño para agarrar la mano de Caroline y se la puso en el pene”, se lee en la historia de NY Mag. Caroline dice que saltó de la cama. “Él no tenía límites”, dijo Caroline a NY Mag. “Recuerdo haber pensado que algo realmente andaba mal con él”.
En diciembre de 2021, Caroline afirma que el gerente comercial de Gaiman le ofreció 5,000 dólares para firmar un acuerdo de confidencialidad y mudarse de la propiedad. Ella pidió una suma mucho mayor (300.000 dólares) a lo que Gaiman accedió. Sus representantes dijeron a NY Mag que “Caroline inició los encuentros sexuales” y negaron “que él haya tenido alguna actividad sexual con ella en presencia de su hijo”.
Katherine Kendall, que tenía 22 años cuando conoció a Gaiman en 2012, también habló, alegando que Gaiman intentó agredirla en su autobús durante una gira literaria después de que ella le dijera que no quería tener relaciones sexuales con él. La revista New York Magazine informa que años más tarde, él le dio 60.000 dólares para terapia porque, como dijo en una llamada telefónica grabada, “compensará el daño”.
‘Maestro’
El podcast Master describió un supuesto patrón de conducta en Gaiman que consistía en decirle a las mujeres en estos encuentros sexuales que lo llamaran “Maestro”. Gaiman sostiene que estas relaciones, incluida la que mantuvo con Pavlovich, fueron consensuadas, pero no explica por qué todas sus relaciones fueron con mujeres sobre quienes ejercía una fuerte influencia por su precariedad social o la admiración que ellas sentían por él. Shapiro habló con cuatro de las mujeres que compartieron sus historias en el podcast, así como con otras cuatro mujeres alegando historias similares. La mayoría de ellas tenían veintipocos años cuando el autor supuestamente las agredió, coaccionó, degrado, o abusó de ellas. Llama la atención la relación de admiración que buscaba Gaiman, ya que dos de estas mujeres eran empleadas y cinco de ellas eran fanáticas. Según los informes, la persona más joven tenía 18 años en ese momento.
Como cuenta el artículo de NY Mag, desde el explosivo informe sobre el comportamiento de Gaiman en julio, varios de sus proyectos de cine y televisión se han visto afectados. La temporada 3 de Good Omens de Prime Video termina este año con un episodio de 90 minutos y sin el escritor formando parte de la Gaima producción. Disney detuvo la producción de su adaptación cinematográfica de The Graveyard Book y Netflix canceló Dead Boy Detectives. Sin embargo, aún se espera que la temporada 2 de The Sandman se lance este año en Netflix, además de la adaptación de la serie Anansi Boys de Prime Video.