Repaso cinematográfico de 2024

Diez series que nos mantuvieron pegados a la pantalla en 2024

En conjunto, ofrecen un poco de todo y todo muy bueno, dejando entretanto sin argumentos a quienes aseguran que la ficción televisiva hace tiempo que dejó atrás su Edad de Oro

'Los años nuevos', serie de Rodrigo Sorogoyen
'Los años nuevos', serie de Rodrigo Sorogoyen

Inevitablemente, en nuestro ranking de las mejores series del año no están todas las que son –habrá quien piense, tal vez con razón, que títulos como Ripley o Palomas negras no merecían quedarse fuera–, pero sí son todas las que están. Y, en conjunto, ofrecen un poco de todo y todo muy bueno, dejando entretanto sin argumentos a quienes aseguran que la ficción televisiva hace tiempo que dejó atrás su Edad de Oro.

SHÔGUN, de Justin Marks y Rachel Kondo (Disney+)

'Shogun', serie de FX nominada a los Emmy

‘Shogun’, serie de FX nominada a los Emmy

Ganadora de nada menos que 18 premios Emmy, la segunda adaptación televisiva de la novela homónima publicada por James Clavell en 1975 corrige el miope etnocentrismo caucásico que aquejó la primera, estrenada en 1980. Rodada casi por completo en japonés y extremadamente atenta a la autenticidad cultural, resulta impresionante entendida tanto como una epopeya histórica llena de escenarios fastuosos y vistosas piezas de vestuario , como una absorbente intriga política con mucha tragedia, algo de comedia y escenas de acción deslumbrantes -las comparaciones con Juego de Tronos son inevitables-, y como un conmovedor drama humano preocupado por cuestiones como la fe, el honor y la capacidad de sacrificio.

CELESTE, de Diego San José (Movistar+)

Inspirada en los problemas con el erario público español que en su día tuvo la cantante colombiana Shakira, es a la vez una comedia irónica, agridulce y llena de melancolía y una intriga que avanza a ritmo sorprendentemente trepidante pese a transcurrir en buena medida entre despachos. Entretanto, gracias tanto al preciso guion coescrito entre San José, Daniel Castro y Oriol Puig como a la magnífica interpretación de Carmen Machi, de forma casi milagrosa logra dirigir toda nuestra simpatía hacia un personaje principal que, además de ser una tipa del todo gris, es inspectora de Hacienda.

INDUSTRY, de Mickey Down y Conrad Key – 3ª TEMPORADA (Max España)

Como tantas otras series anteriores, parece haber alcanzado su plenitud creativa en su tercera temporada: los banqueros que la protagonizan siguen siendo jóvenes, pero sus vidas ya están sumidas en el caos y la mayoría de ellos están en la bancarrota o sin trabajo, lo que confiere más urgencia al relato. En esta nueva tanda de episodios se muestra tan trepidante, angustiosa y llena de sexo, drogas y jerga financiera confusa como la recordábamos, y cada uno de sus planos resulta adictivo en buena medida por la irresistible agudeza de su crítica tanto al sistema de clases británico como a la hipocresía de quienes fingen practicar un capitalismo socialmente responsable.

MI RENO DE PELUCHE, de Richard Gadd (Netflix)

'Mi reno de peluche'

Fotograma de la serie ‘Mi reno de peluche’, de Netflix

Gadd interpreta a una versión más joven de sí mismo en esta perturbadora travesía autobiográfica por las experiencias de acoso y agresión sexual que el cómico británico sufrió en su día. Su gran virtud estriba en la claridad con la que su protagonista es capaz de analizar sus propias reacciones frente al trauma, y su necesidad de recibir atenciones y aprobación de parte de sus agresores. En buena medida gracias a ella, sus siete episodios funcionan a modo de desgarradora reflexión sobre las mentiras que nos contamos a nosotros mismos para sobrevivir y sobre el dolor que enfrentarse a la verdad puede llegar a causar.

LOS AÑOS NUEVOS, de Rodrigo Sorogoyen, Paula Fabra y Sara Cano (Movistar+)

Su primer episodio nos presenta a Ana y Óscar -estupendos Iria del Río y Francesco Carril-, que acaban de alcanzar la treintena y se conocen en la última noche de 2014, y cada uno de los siguientes capítulos los contempla justo un año después que el anterior, durante esa misma jornada o la siguiente. Y lo que surge de ese proceso es una reflexión por momentos cándida, a ratos dolorosa y en todo momento reveladora sobre el dolor que causamos a quienes amamos incluso sin querer, el significado tanto ser hijo como de ser padre y el conflicto entre la necesidad de superar el pasado y la imposibilidad de olvidarlo.

NO DIGAS NADA, de Joshua Zetumer (Disney+)

No digas nada (Say Nothing) - Cultura

Un fotograma de la serie de televisión No digas nada (Say Nothing)’

Adaptación del aclamado best-seller de Patrick Radden Keefe que repasa las vidas de varios miembros del IRA a lo largo de cuatro décadas de conflicto armado en Irlanda del Norte, presta atención al tipo de tragedias personales -niños que pierden a su madre, falsamente acusada de filtrar información, combatientes atormentados por lo que han hecho, cosas así- que no suelen tener cabida en la estadística y el relato oficial de los traumas históricos. Sus nueve episodios son una demostración demoledora de cómo enfrentamientos como aquel deshumanizan a todos los implicados, incluso a aquellos que no toman partido, y un relato tan realista y detallado como lleno de humor negro sobre la vida en un lugar, Belfast en un pasado no muy lejano, en el que las amas de casa esconden armas en sus jardines.

EL SIMPATIZANTE, de Park Chan-wook y Don McKellar (Max España)

Lo nuevo del maestro coreano Park Chan-wook contempla las vicisitudes de un hombre (Robert Downey Jr.) que trata de sobrevivir durante la guerra en Vietnam siendo dos cosas a la vez: vietnamita y francés, capitalista y comunista, oponente y aliado. Y la serie misma exhibe una dualidad similar, al funcionar con la misma eficacia como rigurosa meditación sobre la naturaleza nebulosa de la identidad racial y como explosiva combinación de relato de espías, comedia vertiginosa y drama oscuro y mordaz. En última instancia, eso sí, El simpatizante habla sobre todo Fundamentalmente, más específicamente, se trata de la batalla por el control del relato histórico de la guerra que estalló después de que cesaran los combates reales en el país asiático.

QUERER, de Alauda Ruiz de Azúa (Movistar+)

Querer Nagore Aranburu y Pedro Casablanc, en una escena de 'Querer'

Nagore Aranburu y Pedro Casablanc, en una escena de ‘Querer’

De por sí, su premisa ya es un mazazo: una mujer -Nagore Aranburu, ganadora del Forqué gracias al papel– abandona el hogar familiar y denuncia al hombre con el que lleva 30 años casada (Pedro Casablanc) por violación y agresiones sexuales sostenidas en el tiempo, ante el desconcierto de los dos hijos de la pareja, ya adultos, y de una sociedad que no puede o no quiere entender que ese tipo de delitos también pueden cometerse en el seno de un matrimonio maduro. Son cuatro episodios demoledores, que transitan con asombrosa fluidez entre géneros -del melodrama familiar a la intriga judicial pasando por el ‘thriller’ psicológico y hasta por el terror– e incorporan varias reflexiones complejas al debate sobre el consentimiento.

THE CURSE, de Nathan Fielder y Ben Safdie (SkyShowtime)

Protagonizada por Emma Stone y el propio Fielder en la piel de una pareja que intenta transformar un pueblo de Nuevo México en un paraíso ecológico con el fin de rodar allí un ‘reality show’, es una parodia tan sofisticada como salvaje de la arquitectura supuestamente sostenible, el mundo de la telerrealidad, el pretencioso mundo del arte, la gentrificación, la apropiación cultural, el colonialismo y el narcisismo hipócrita del hombre blanco. Definirla de ese modo, eso sí, no hace justicia a los niveles de surrealismo inquietante e inexplicable que llega a alcanzar. Baste decir al respecto que es una de los relatos de terror más absurdos y una de las comedias negras más horribles que el mundo de la televisión ha visto en mucho tiempo, y que su precisión a la hora de provocar e incomodar recuerda a maestros en ese arte de la talla de Hitchcock y Kafka.

SLOW HORSES, de James Hawes – 4ª temporada (Apple TV+)

Las desventuras protagonizadas por el hatajo de espías con peor reputación de todo el Servicio de Inteligencia británico ganan en poder adictivo en cada nueva temporada, y la última de ellas hasta la fecha -la quinta y la sexta, eso sí, ya están agendadas- ofrece una combinación perfecta de complicaciones argumentales -ataques terroristas, escuadrones de mercenarios internacionales-, secuencias de acción, ingenio típicamente inglés, relaciones humanas jugosas y, cómo no, el que quizá sea el mejor personaje de la ficción televisiva actual: el agente Jackson Lamb (Gary Oldman), un tipo más preocupado por insultar a sus subalternos que por su higiene personal.

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