Descubre a Natalia Litvinova, la escritora que sobrevivió al infierno de Chernóbil

La escritora bielorrusa Natalia Litvinova convierte el horror de Chernóbil en una obra estremecedora que expone también el ocaso de la URSS

Natalia Litvinova - Cultura
Fotografía de archivo de la escritora Natalia Litvinova EFE/LUMEN

“No quería nacer en otoño en un país radiactivo. Pero el médico me sacó a través de un corte realizado con bisturí, y con los pies toqué la tragedia, mientras que con las manos intentaba aferrarme a las entrañas de mi madre”. Con estas duras palabras da comienzo Luciérnaga, la novela de Natalia Litvinova que pone el foco en el infierno de Chernóbil. La poeta y escritora bielorrusa ha transformado el dolor y las cicatrices de su infancia en una obra luminosa.

Descubre a Natalia Litvinova, la escritora que sobrevivió al infierno de Chernóbil

Portada de la novela ‘Luciérnaga’, de Natalia Litvinova | Penguin Random House

Nacida durante 1986 en Gómel, cerca del devastador accidente nuclear de Chernóbil, su vida ha estado marcada por las secuelas de la radiación. En Luciérnaga, ganadora del Premio Lumen, Natalia Litvinova narra una infancia rodeada de la contaminación, las enfermedades y la exclusión social que sufrieron los afectados por el desastre. La novela, una mezcla de autoficción, poesía y memoria, captura el desamparo de generaciones traumadas por una tragedia que marcó sus vidas.

Natalia Litvinova no solo habla de la catástrofe nuclear en Luciérnaga, sino también del colapso de la Unión Soviética, con imágenes vivas de mercados vacíos, pobreza y una sociedad desmoronada. El impacto del desastre afectó a la salud física de los sobrevivientes, pero también a su identidad y su dignidad. En un entorno hostil, los habitantes de las regiones afectadas se enfrentaron al rechazo y la estigmatización. Este contexto, tan cercano para la escritora, se explora en su texto con una profunda sensibilidad y un toque lírico que convierte el horror en arte.

El renacimiento desde el exilio argentino

Huyendo de las duras condiciones en Bielorrusia, Natalia Litvinova y su familia emigraron a Argentina. Allí la joven escritora comenzó a plasmar sus vivencias en el papel. Este cambio de escenario le ofreció un nuevo comienzo, pero también le trajo nuevas dificultades. A pesar de la distancia, los fantasmas de Chernóbil y su tierra natal seguían presentes en su vida y en su literatura. En Argentina, Litvinova se reconcilió con su pasado a través de la escritura. Creó una voz única que equilibra la delicadeza poética con la brutalidad de su experiencia.

En Luciérnaga, Natalia Litvinova aborda temas universales como la supervivencia, la pérdida y la memoria. Chernóbil funciona un lugar físico devastado, un lugar simbólico dentro de la memoria de la autora y una metáfora de la fragilidad humana. El estilo sencillo y conmovedor de la escritora bielorrusa, mezcla de humor, tristeza y poesía, le permite explorar las profundidades del sufrimiento sin caer en el dramatismo ni la autocompasión. Litvinova crea un espacio donde el dolor puede ser compartido, comprendido y, de algún modo, sanado.

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