Ha vuelto: 2025 se ha iniciado a lo grande con el nuevo disco de una de las mayores superestrellas del pop actual. DeBÍ TiRAR MáS FOToS es, por increíble que parezca, el octavo álbum de Bad Bunny (el sexto sin contar Oasis y una mixtape), muy lejos de aquellos tiempos en que la industria relegaba a Benito a un artista de singles (no sin razón). Esta entrega llega cuando el artista aún mantiene sus dos últimos discos en listas como las de nuestro país o el mismísimo Billboard 200, entre los que destacan el multiplatino Un verano sin ti, uno de los álbumes más exitosos de los últimos años a nivel global.
Bad Bunny, la superestrella global del reguetón y el trap latino, ya ha conquistado el mundo. Además de las listas de éxitos, es uno de los artistas principales en Coachella y ostenta el título de artista más escuchado en emisión en continuo o streaming del planeta, además de haber hecho su irrupción en el cine (y junto a actores como Brad Pitt). Por lo tanto, todo lo que haga a partir de ahora es un regalo, un extra dedicado a sus seguidores pero sobre todo a sus compatriotas.
El mismo artista dedica este nuevo disco a su tierra, Puerto Rico, donde nació, creció y vivió hasta 2023, cuando se mudó para pasar una larga temporada en Los Ángeles y Nueva York, hasta ahora, que ha regresado. Este nuevo trabajo destaca por su profunda exploración del amor romántico y una reivindicación apasionada de sus raíces puertorriqueñas. A lo largo de 17 temas que fusionan géneros como reguetón, salsa, bolero y electrónica, Bad Bunny ofrece una narrativa íntima y comprometida que refleja su evolución artística y personal.
De hecho, el álbum, repleto de instrumentos en vivo, se grabó íntegramente en Puerto Rico y cuenta con una serie de jóvenes colaboradores que representan una variedad de estilos de su tierra natal que se remontan a varias generaciones: el urbano de la cantante RaiNao (“Perfumito Nuevo”); reguetón y trap latino de Omar Courtz y DeiV (“Veldá”); y ritmos tradicionales como la plena y la bomba de Pleneros de la Cresta (“Café Con Ron”) y el joven grupo Chuwi (“Weltita”).
El amor en tiempos de Bad Bunny
Las letras de Debí tirar más fotos abordan el amor desde múltiples perspectivas, explorando la nostalgia, el desamor y la celebración de relaciones pasadas. Canciones como “Baile inolvidable” y “Lo que le pasó a Hawái” evocan recuerdos de romances que dejaron huellas imborrables, mientras que “Turista” reflexiona sobre la fugacidad de algunas conexiones amorosas. La crítica ha señalado que este enfoque lírico aporta una profundidad emocional que enriquece la propuesta musical del álbum.
Un homenaje a Puerto Rico
En una aparición en Popcast, el pódcast musical de The New York Times, Bad Bunny habló de su camino hasta Debí tirar más fotos, incluyendo cómo la vida bajo el foco de atención de las celebridades en Los Ángeles lo llevó de regreso a casa, literal y musicalmente. Así, Más allá del amor romántico, Bad Bunny utiliza este álbum para rendir homenaje a su tierra natal. Temas como “Eoo” y “Nuevayol” incorporan ritmos autóctonos y referencias culturales que celebran la identidad puertorriqueña. Además, el artista no rehúye abordar problemáticas sociales y políticas que afectan a la isla, ofreciendo una mirada crítica a la situación actual de Puerto Rico.
En una entrevista reciente, Bad Bunny expresó su deseo de mantenerse conectado con sus raíces y su compromiso con la cultura de su país. Este sentimiento se refleja en la autenticidad y pasión que impregnan cada una de las canciones del álbum. “Creo que es algo que la industria intenta meterte en la cabeza, como que necesitas estar en todo el mundo. Y lo entiendo porque Puerto Rico es una isla muy pequeña. Tal vez un artista de México podría tener éxito solo en México. Lo mismo con Brasil. Pero yo siempre supe que podía ser grande y tener éxito siendo puertorriqueño, con mi música, con mi jerga y con mi todo, con mi cultura. Así que trabajaba para alcanzar la mayor cantidad de lugares, pero al mismo tiempo manteniendo mi esencia, mis raíces”, dice al New York Times.
Esta recuperación de sonidos tradicionales o que enlazan con el folclore de cada nación lo hemos repetidamente en los últimos años, ya sea Rosalía con el flamenco, donde coincide con C. Tangana y El Niño de Elche; jóvenes artistas mexicanos con corridos tumbados, incluso merengue y bachata. Y era el momento de que sonidos puertorriqueños que estaban listos para modernizarse, como la salsa y la plena, volvieran a la primera línea de la música mundial (donde se sitúan desde el lanzamiento del disco).
Así, Debí tirar más fotos se distingue por su diversidad sonora. La fusión de géneros y la incorporación de jóvenes músicos de la Escuela Libre de Música de Puerto Rico aportan una frescura y originalidad que han sido ampliamente elogiadas. La crítica ha destacado la capacidad de Bad Bunny para reinventarse y expandir los límites del género urbano, consolidándose como un artista versátil y en constante evolución. “Siempre he creído en la música latina, no solo en mi género, sino en todos los géneros”, revindica Bad Bunny.
Recepción y proyección internacional
El álbum ha tenido una recepción positiva tanto en Puerto Rico como a nivel internacional. La combinación de temáticas universales con elementos culturales específicos ha permitido que la música de Bad Bunny resuene con una audiencia global, mientras mantiene una conexión profunda con sus orígenes.
Además, el artista ha anunciado una serie de conciertos en Puerto Rico bajo el título “No Me Quiero Ir de Aquí”, que incluirá 21 presentaciones en el Coliseo de Puerto Rico en San Juan, reafirmando su compromiso con su tierra natal y su deseo de compartir su música directamente con su gente.