Taylor Swift en Madrid

De turismo ‘swifter’ por el Bernabéu

Un paseo por el epicentro de los fans de Taylor Swift en Madrid. Los asistentes al concierto muestran orgullosos sus pulseras, sus orígenes y hasta dejan fotografiarse

Taylor Swift

Los fans de Taylor Swift muestran orgullosos sus pulseras Efe

Vivo en la Castellana, a la altura de la plaza de Cuzco. Hace tres semanas, bajaron por el lateral varios miles de hinchas del Bayern. Cantaban a pleno pulmón, los brazos entrelazados mientras sujetaban enormes vasos de cerveza. Los caballos de la Policía Nacional sujetaban los flancos y media docena de “lecheras” antidisturbios cerraban el cortejo. Una agente recriminó a dos beodos que intentaban orinar aprovechando el seto que protege al carril bici.

Esta semana, la “Swiftamanía” invade Chamartín. Tras la entrada de ciento y pico camiones, ya llevamos varios días en el barrio calentando el ambiente. Según los medios, tropecientos millones de euros para la ciudad, plena ocupación de hoteles y más consumo para bares y restaurantes. La otra cara la ponen los habitantes de un barrio invadido casi semanalmente con los partidos del Real Madrid. Molestias por los cortes de tráfico, ruido por las pruebas de sonido, dificultades para acceder en coche a los colegios de la zona… Aunque la mayoría habla de oídas.

Taylor Swift

Fans de Taylor Swift a la sombra, junto al ministerio (A. D.)

Comenta una vecina airada que ya se ha dado su queja al Ayuntamiento. “Es muy fácil. Solo hay que llamar al 010. Hacedlo vosotros también”, expone. “¿Y tú de qué te has quejado?”, le pregunto. “Pues eso, de los conciertos y todo eso”.

Es mediodía y han instalado la “Fan zone” en frente del Ministerio de Energía Industria y Turismo. Las casetas de “Eras Tour Official merchandising” despachan bolsas, camisetas y demás parafernalia a buen ritmo. Al otro lado del carril bici, en filas siguiendo un orden preestablecido pero no aparente, los y las fans se sientan en el suelo, a la sombra de los plátanos, esperando tranquilos. Veo pintadas unas líneas naranja en la acera. En los vértices opuestos, unos iglúes de color marrón. Son los servicios.

Concierto de Taylor Swift

Fans de Taylor Swift (A. D.)

Gente joven, de ambos sexos, mayoritariamente mujeres jóvenes. Casi todos llevan algo de brillo en el atuendo, sea un pañuelo, falda, gorro o gafas, amén de las pulseras ubicuas. De repente, sin ruido, se levanta una sección que se dirige, acera abajo hacia el Bernabéu: “En fila de a dos”, les repiten las voluntarias que coordinan el movimiento. Sin querer, nosotros nos colamos al final: “Disculpa, ¿estáis en la cola?”, nos pregunta amablemente una chica. “Nooooo”, nos reímos, y ella corre a alcanzar a los últimos de esa fila.

Dos policías a caballo sujetan las bridas mientras un bulldog asustado les ladra con fiereza. Es el ruido más fuerte que escucharemos en nuestro periplo.

Taylor Swift

La doble española de Taylor Swift (A. D.)

Cruzamos el lateral para transitar por la acera junto a los edificios. Ya en las inmediaciones del estadio, vemos que la gente que pulula por aquí ha incluido mas elementos “swifties” en su atuendo. Una pareja de adolescentes. A él se le ve más tímido. Pero ella muestra orgullosa sus 42 pulseras. Vienen de Palencia. En frente de la puerta para el Tour del Bernabéu, hoy solo se ven las bolsas del concierto. Una estadounidense le explica -a quien quiera oír- que ha venido con su hermana, mientras se gira para bailar con su chaqueta con cientos de pulseras conmemorativas. También, cerca, la versión española de Taylor Swift posa ufana para los fans.

Comienza el calor

Dos chicas de Gandía, conscientes del sol abrasador que ataca sus vestidos de lentejuelas preguntan por la ‘fan zone‘. Quedan muchas horas para el concierto y ya tenemos 30 grados. Hay otra fila organizada bajo la sombra que da al lado Norte del estadio. Un muchacho cargado con una pesada mochila “a lo Glovo”, sonrojado y sudoroso, ofrece vasitos oficiales de agua a los que aún no se han incorporado a ese lado. Todos me han permitido, sonrientes, que les haga las fotos.

Swifties

Fans de Taylor Swift (A. D.)

El tráfico sigue abierto en Padre Damián. A las puertas de los colegios se accede con normalidad.
Al Mercadona va entrando gente disfrazada. Dejan las bolsas de la Eras Tour en las taquillas. Se acerca la hora de comer. En las sombreadas terrazas de la calle Profesor Waksman dos turistas se tiran a la vez por una mesa. Esto sí recuerda a un día de fútbol.

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