Cine

De Isabel Coixet a Cecilia Bartolomé o Josefina Molina: las mujeres que luchan contra la desigualdad en el cine

Josefina Molina, Pilar Miró y Cecilia Bartolomé, las tres licenciadas en la antigua Escuela Oficial de Cine (COC), serían las destacadas representantes femeninas del cine en el franquismo, y habría que esperar a los años noventa para que empezara a incorporarse la nueva generación de mujeres cineastas: Isabel Coixet, Icíar Bollaín y poco a poco un largo y fructífero grupo de mujeres

Cecilia Bartolomé

La cineasta Cecilia Bartolomé rodando su primera película CIMA - Granada hoy y Marisa González

La historia del cine en este país tiene historia, enjundia e importancia. Y aunque muchos lo desconozcan, también lo tienen las mujeres dentro del cine, aunque no se les haya reconocido suficientemente su papel. En 1969, Josefina Molina se convirtió en la primera mujer en obtener el título de directora en la Escuela de Cine de Madrid. Discreta pero gran directora, de entre sus muchas obras ha quedado una en el imaginario colectivo: la serie para TVE Teresa de Jesús (1984), que además de una apuesta valiente, supuso un acercamiento a la figura de la santa desde un punto de vista totalmente distinto.

Santa Teresa de Jesús es retratada de manera más humana que divina. Josefina Molina expresa de manera muy clara la idea que tenía a la hora de construir el personaje: “Lo que quería hacer era un relato de ficción sobre la vida de una mujer del siglo XVI […], al margen de las manipulaciones interesadas que la Iglesia y el Régimen habían hecho de ella”. La propia directora veía en ella no una mujer que hablaba de feminismo, sino que lo vivía.

Teresa de Jesús (1984)

Teresa de Jesús (1984)

Otra de las grandes películas de la directora es La Lola se va a los puertos (1993), donde adapta la obra de los hermanos Machado. Josefina Molina la escogió por su personaje principal, una mujer coraje que se niega a ser un premio o el objeto del enfrentamiento entre dos hombres.

El testigo lo cogió Cecilia Bartolomé, que realizó una inmersión plena en la feminidad, rescatando personajes de mujeres que dialogaran con el tiempo que le había tocado vivir. También se diplomó en la Escuela de Cine de Madrid, y en 1977 estrenó su primera película, Vámonos Bárbara, considerada por los especialistas como “la primera película feminista española”. Cuenta la historia de Ana, una joven catalana de 38 años que decide separarse de su marido, pese a la oposición de su familia, en los primeros años de la Transición. Un claro alegato feminista, un acto valiente con consecuencias negativas que pone sin embargo las primeras piedras para dar pasos hacia el camino de la libertad total… que empezaba por la económica.

Vámonos, Bárbara (1977)

Vámonos, Bárbara (1977)

En Lejos de África (1996), Cecilia Bartolomé narra de primera mano la difícil convivencia entre el recio catolicismo franquista de los años 50 y las tradiciones de los pueblos indígenas. De nuevo escoge personajes infantiles, pero en esta ocasión busca expresar el desarraigo: Susana, traída por sus padres desde España para empezar una nueva vida en Guinea, y Rita, una niña criada en un poblado indígena, arrancada de sus raíces para ser educada en la religión y costumbres españolas.

En este caso, la directora se interna por el difícil paso de la infancia a la adolescencia, con el encaje entre las costumbres y la educación y la aparición del deseo sexual, vivido como un camino de descubrimiento antes que atravesado por una recia moral sexual. También aborda la amistad femenina, en una de las primeras películas españolas en las que se descubre la sororidad.

Primera y segunda hornada de la Escuela de Cine

Después de Josefina Molina y Cecilia Bartolomé llegó Pilar Miró. Las tres se convirtieron en figuras clave dentro del cine de la Transición no solo por sus trabajos, sino también por la contundencia con la que reivindicaron el papel de la mujer dentro de la cinematografía española en un momento de total hegemonía masculina. Hubo otras pioneras, como Elena Jordi a principios del siglo XX, Helena Cortesina o Rosario Pi, que comenzó a experimentar en el sonoro.

Pero la toma de conciencia en torno a la desigualdad en la industria y la lucha por los derechos comenzó con Josefina Molina y sus compañeras de generación. En 2006 fundó la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), junto a Inés París, Chus Gutiérrez, Icíar Bollaín o Isabel Coixet, representantes de la segunda gran hornada de cineastas que empezaron sus carreras a principios de los años noventa.

Película 'Estiu, 1993', de Carla Simón

Película ‘Estiu, 1993’, de Carla Simón

Si Cecilia Bartolomé construye un cine intimista a partir de pequeñas historias, una directora actual como Carla Simón retoma este enfoque. En Estiu 1993 (2017), su primer largometraje, pone en el centro a una niña de 6 años que atraviesa el duelo y la pérdida, pero con sentimientos complejos como el amor, la pena y los celos; pero también la esperanza de futuro narrada a través de la niña.

Aunque en el panorama actual del cine español existen grandes directoras de cine muy consolidadas como Icíar Bollaín o Isabel Coixet, también ha llegado una nueva oleada de grandes mujeres que tratan de hacerse un hueco: Itsaso Arana, Alauda Ruiz de Azúa, Celia Rico, Nelly Reguera, Belén Funes, Leticia Dolera, Neus Ballús o Elena Martín. Pero todavía son pocas las directoras de cine en proporción a sus compañeros varones, cuyas producciones cuentan con una mayor visibilidad y reconocimiento. Es por ello que todavía son necesarias reivindicaciones feministas como la pasada gala de los Premios Goya, donde las mujeres del mundo del cine tuvieron un gran protagonismo.