El director Luca Guadagnino ha demostrado durante su notable 2024 que es el director más revelador del deseo erótico en la gran pantalla. Su sexy filme primaveral Rivales, con Zendaya de protagonista, se convirtió en un fenómeno gracias a sus candentes partidos de tenis. Ahora, el cineasta reúne al mismo grupo de colaboradores para la surrealista y sudorosa Queer, una adaptación de la novela corta de William S. Burroughs escrita en 1952 y publicada en 1985.
A primera vista, Queer parece estar a kilómetros de distancia de las emociones deportivas de Rivales, pero en su ejecución, ambas son puras expresiones de la sensualidad cinematográfica del subconsciente. Si la primera encuentra su ficción en la represión, control y repetición tan típicas del tenis, Queer lo hace en un mexicano sueño febril donde lo grotesco se hace real, como un espejismo del realismo mágico. El guionista Justin Kuritzkes, el mismo que adaptó Rivales, lleva al cine la palabra de Burroughs, un escritor a quien da vida en la ficción el incombustible James Bond de la última década, Daniel Craig. La historia nos lleva al México de principios de los cincuenta donde un grupo de expatriados estadounidenses homosexuales pasan el tiempo emborrachándose. La actuación de Craig es de Oscar, y no extrañaría verle nominado, porque descubre el cuerpo y el alma.
Pregunta. En Queer presentas un personaje y una historia muy emotiva donde te manifiestas con una actuación muy atrevida por tu parte.
Respuesta. Bueno, yo quería trabajar con Luca. Esa fue, ante todo, la primera atracción de participar en esta película. En realidad, la única atracción realmente necesaria. Después, cuando leí el guion que me ofrecía, descubrí a un personaje realmente complicado. Podemos hablar largo y tendido de las diferentes partes que parecen encarnar las personas, porque ninguno de nosotros somos el mismo de una forma constante, pero en este caso, me llamó la atención la posibilidad de encarnar a alguien con muchas capas y todas fascinantes. Creo que he entendido a mi personaje y es raro porque nunca tuve la oportunidad de interpretar un papel tan complicado como este. La tentación se volvió irresistible y me pareció una oportunidad maravillosa.
Pregunta. Tu español es muy bueno en la película. ¿Hablas español?
Respuesta. Mi español es simplemente terrible. En realidad hablo español fonéticamente. He estado en muchas ocasiones en España y en México, entiendo el español, pero soy incapaz de mantener una conversación en ese idioma. Lo que ves en la película se lo debo a mi brillante profesor que es de España. Cualquier español que me oigas hablar, lo he practicado durante horas con él. Te reirás, pero el español de la película es mexicano y yo lo aprendí en español de España y me vi obligado a cambiar alguna cosa durante el rodaje.
Pregunta. ¿Qué aspectos de tu personalidad sentiste que eran clave para desbloquear la profundidad de tu propio personaje?
Respuesta. Creo que un actor necesita ir preparado a un rodaje. Te preparas, y te preparas, y te preparas, y llegas al rodaje convertido en tu personaje. A eso hay que sumarle la compañía de artistas increíbles que se acercan a ti con su preparación y comparten su magia. Responder al trabajo de otros actores te permite abrirte a ellos. Hay algo que es muy difícil de explicar. Muchas veces me he preguntado: ¿cuál es la magia de los grandes actores? Y la verdad, ¿quién sabe? Es algo que surge muy dentro de ellos, algo que nace de sus experiencias de vida, de sus investigaciones, de la generosidad que aportan otros durante la filmación. Estoy muy interesado en colaborar con buenos actores, con grandes artistas. Ellos han sido una parte importante de mi trabajo. Yo, como actor, siempre estoy abierto y receptivo para no perderme nada de lo que sucede en una filmación.
Pregunta. El carácter y los esfuerzos sexuales de William Lee están completamente arraigados en el contexto político de ser ‘queer’ durante los años 50 en México. ¿Cómo llegaste a comprender el momento que vivió el autor?
Respuesta. Honestamente, para mi es imposible saberlo con precisión. Lo que me fascinó del guion fue su viaje emocional. Yo podría identificarme con ese aspecto del personaje. Afortunadamente, ya no vivimos en un país donde es un acto ilegal hacer el amor con un hombre, pero en muchos aspectos la gente no ha cambiado porque se sigue juzgando la vida privada de los demás. La respuesta honesta a tu pregunta es que no puedo saber lo que vivió Burroughs, pero sí puedo intentar hacerle justicia. Eso es lo que yo he tratado de conseguir con mi interpretación.
Pregunta. ¿Hubo algo que te dio miedo hacer, física o emocionalmente?
Respuesta. Lo que más miedo me dio fue empezar el primer día. Eso es todo. Todo lo demás después de ese momento se convierte en piezas de un puzle. Hace mucho tiempo que dejé de tener miedo. Dejé de mirar guiones, de justificar actitudes, de decirle al director que hacer eso iba a ser un poco difícil o muy fácil. Hay que olvidarse de uno mismo mientras actúas porque pensar en ti no ayuda de ninguna manera. Eso solo conduce a un análisis excesivo y el análisis excesivo matará al personaje. Hay que tener confianza en lo que estás haciendo, conocer tu mente, entregarse con confianza en el trabajo que has hecho antes de ir al rodaje. El primer día me estoy cagando de miedo y todo lo que hago parece antinatural. Luego me olvido. Pienso que ya no puedo actuar, pero me liberó. El primer día sí, ese día fue horrible. No sé lo que estoy haciendo allí, y creo que todos los actores sienten exactamente lo mismo. Cuando lo superas, sigues adelante.