Todo empezó hace unos días, cuando la prensa italiana lanzaba rumores sobre una posible fiesta por el 66 cumpleaños de la pop star americana Madonna en el teatro Grande de las Excavaciones de Pompeya, uno de los lugares más visitados del mundo. Su llegada a Italia, de hecho, fue ya el 12 de agosto en la famosa Villa Olivetta de los estilistas de Dolce & Gabbana, en la exclusiva meta turística del norte de Italia, Portofino.
Pero el momento más esperado de la semana era su llegada a Positano y Nerano, en la Costa Amalfitana, donde el jueves 15, festividad de origen romana llamada Ferragosto en Italia, la reina del pop habría comido en un famoso restaurante llamado Lo Scoglio. Un viaje a Italia por todo lo alto que culminaría este viernes 16, el día del cumpleaños, con una fiesta llena de famosos y con varios chefs Estrella Michelin en las ruinas de Pompeya.
No es la primera vez que la artista elige Italia para celebrar su aniversario; de hecho, en 2022 montó una imponente fiesta en Noto, en la isla de Sicilia, y un año antes en Borgo Egnazia, en Puglia, en el resort de lujo que acogió hace solo un par de meses el Summit del G7. Su amor por il ‘bel paese’ es muy conocido, pero también sus orígenes: su padre, Silvio Ciccone, provenía del Abruzo, una región del centro de Italia. Pero en esta ocasión los rumores de su celebración han levantado mucha polvareda. La idea de que la artista pudiese usar Pompeya, cuna de la arqueología mundial, como lugar de una fiesta, que además incluiría un buen número de invitados (se hablaba de centenares), generó todo un debate sobre el hecho de convertir lugares que son patrimonio en escenario de una celebración privada, exclusiva y… ¿dañina?
La emblemática imagen de las ruinas romanas en Pompeya
Pocas horas después de que circulase esta hipótesis, la dirección del Parque Arqueológico desmintió la noticia con una nota en la que expresaba que “debido a las voces que circulan en la prensa sobre una mega-party de una celebridad internacional con 500 invitados en las excavaciones de Pompeya, con un presunto canon de 30.000 euros por el uso del teatro Grande, el Parque Arqueológico precisa que se trata de una noticia sin fundamento”.
En realidad los rumores estaban alimentados por un plan de seguridad en marcha discutido por las fuerzas del orden de Nápoles para toda la estancia de Madonna en la zona. De hecho, fueron ellos los que confirmaron, tras el comunicado oficial del Parque Arqueológico, que lo que está previsto es una visita privada cultural con un encuentro con el director para la cantante. De hecho, añadió, que Madonna “ama este lugar y está deseando visitarlo. La cena no existe ni nada de todo esto”.
Otras polémicas
El año pasado se reabrió el debate en Italia sobre el uso de lugares que son patrimonio artístico e histórico para actividades culturales, especialmente las más numerosas. El concierto de Travis Scott en agosto de 2023, con más de 60.000 personas saltando en el Circo Massimo de Roma, que en realidad se encuentra enterrado bajo la superficie que vemos al nivel de la ciudad, levantó enormes críticas y preocupación por el efecto que podría tener sobre las galerías subterráneas.
Hablamos con Teodoro de Giorgio, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Salento, que además ha escrito un libro sobre el uso de estos escenarios para eventos de todo tipo y sus riesgos. “Lo ocurrido con Madonna, aunque luego ha sido desmentido, nos ayuda a realizar una importante reflexión. Eventos de este tipo, que transforman los bienes culturales en escenarios alquilados al mejor postor o vip de turno, banalizan la historia del arte y alejan la función principal de nuestro patrimonio, la de favorecer el crecimiento cultural de la colectividad”, explica haciendo referencia a que estos lugares son una herencia compartida de la sociedad.
Los riesgos
El experto señala que la acumulación de flujos masivos de gente en estos lugares acelera el degradado de algunos materiales. En los casos de grandes conciertos con altavoces y vibraciones acústicas excesivas los riesgos aumentan. De hecho, como hemos comentado, otros lugares como el Circo Massimo de Roma están rodeados siempre de polémicas cuando un gran concierto, que acumula miles de personas, tiene lugar en este enclave cultural.
“En junio de 2014 más de 70.000 personas asistieron a un concierto de los Rolling Stones allí pagando máximo 150 euros. En aquel caso las personas que organizaron el evento pagaron un canon de poco menos de 8.000 euros. Nada comparado con lo que obtuvieron de recaudación esa noche, que rozó los 6 millones de euros”, añade. Aunque el aspecto principal en contra que encuentra Teodoro de Giorgio es el de la degradación, piensa que el aspecto económico es también importante, especialmente ante cánones mínimos.