hoteles con historia

Cuentos del Alhambra Palace

Su inauguración en 1909, presidida por el rey Alfonso XIII, supuso el despertar cultural de Granada, que se convirtió en destino de moda para estrellas de Hollywood y Casas Reales de todo el mundo

Salón Alhambra Palace
Salón Alhambra Palace Alhambra Palace
Vistas a la ciudad de Granada

Vistas a la ciudad desde el Alhambra Palace

El hotel que habita dentro de un sueño y pone Granada a tus pies

La historia del Alhambra Palace comienza la noche del 31 de diciembre de 1909. No fue una nochevieja cualquiera. El Rey Alfonso XIII y el Duque de San Pedro de Galatino, personajes claves en esta historia, brindaban acompañados de un grupo de nobles granadinos, para inaugurar el proyecto que revolucionaría la industria del turismo en la ciudad de Granada, el primer hotel de lujo de España, que el 1 de enero de 1910 abría sus puertas. Por aquel entonces, ya eran unos 18.000 visitantes anuales los que recibía la Alhambra y el Duque tuvo la visión de proyectar la ciudad como una potencia turística que necesitaba un hotel de primera categoría.

Esa noche también se estrenó el teatrillo del hotel, escenario fundamental en esta historia de éxito. El espectáculo corrió a cargo del Trío Iberia, en una fiesta privada en la que los asistentes desearon larga vida al Rey y al monumental hotel. Comienza a latir así la larga vida artística que depararía a un teatrillo rebosante de embrujo. Un faro de luz y apertura al mundo del arte para los granadinos de la época.

Fachada Alhambra Palace

Fachada del Alhambra Palace

Un hotel-palacio inspirado en la Alhambra

La decoración del Alhambra Palace era un canto al romanticismo. Un edificio de siete plantas, pintado de naranja galatea y bordado en su interior con adornos barrocos y estilo y colores alhambrinos. Protegido por celosías y cubierto de estrellas y pan de oro, estaba claramente inspirado en la Alhambra y tallado con la belleza de una princesa de las mil y una noches.

Un aristócrata madrileño de nacimiento y granadino de adopción, el duque de San Pedro de Galatino, resultó ser el gran visionario e impulsor del turismo en España. Nadie salvo el Duque, el protagonista de esta historia de éxito, pudo vaticinar que 114 años más tarde, el Alhambra Palace seguiría siendo un símbolo de distinción, elegancia y orgullo para la ciudad de Granada. El busto del duque, audaz y orgulloso, junto a su escudo con el águila bicéfala negra sobre campo de oro, nos recuerdan su espíritu visionario nada más cruzar el arco de la entrada.

Detalle arco Alhambra Palace

Detalle arco Alhambra Palace

El hotel, que en una primera etapa abre como Hotel-Casino, se convierte enseguida en el centro neurálgico, institucional, social y cultural de la ciudad de Granada. La reina Victoria Eugenia fue su primera clienta ilustre, dando inicio a un efecto llamada del establecimiento para realeza y celebridades de la época. Buque insignia del turismo en España, el hotel atrajo a un turista internacional en busca del exotismo oriental de Granada, inmortalizado por Washington Irving, Alejandro Dumas o Claude Debussy. Como en aquella época la gente con dinero solía ser en su mayoría aristócrata y vivía en palacios, surge el concepto de hotel Palace. El primero en la historia de España.

Duque San Pedro de Galatino

Duque de San Pedro de Galatino, fundador del Alhambra Palace

Un edificio singular, centro de reunión de poetas, músicos, intelectuales y viajeros

El Alhambra Palace es un palacio que habita dentro un sueño.  El duque encargó el proyecto al arquitecto angloamericano Guy Lowell y al arquitecto conservador de la Alhambra Modesto Cendoya. Con su propia torre del oro y dos murallas inspiradas en las de Ávila, el duque consiguió hacer realidad el sincretismo historicista que encierra su diseño.

Detalle decoración techo Alhambra Palace

Detalle decoración de uno de los techos del hotel

Han pasado ya casi 12 décadas desde la inauguración de este mito del universo hotelero, el primero de su categoría, anterior al Palace y al Ritz de Madrid y al sevillano Alfonso XIII.  Está flanqueado por el Auditorio Manuel de Falla, el edificio neoclásico del Palacio de los Mártires y la Fundación Rodríguez Acosta, icono de la arquitectura cubista.

Terraza panorámica Alhambra Palace

Terraza panorámica con la catedral al fondo

Desde su legendaria terraza, llena de crepúsculos y amaneceres azules, el viajero se alimenta de la bella contemplación de la antigua ciudad y se llena el alma de la embriagadora bruma que siembra la Vega de Granada y su Sierra Nevada. Ha sido durante décadas la parada más romántica y la velada más exótica para el visitante que peregrina tras las huellas literarias de Washington Irving y los ecos inmortales del palacio nazarí.

Teatrillo del Alhambra Palace

Teatrillo del Alhambra Palace

Las anécdotas de Orson Welles, las juergas flamencas y el concurso del Cante Jondo

El Alhambra Palace puede hacer gala de ser un espacio de inspiración y poesía. De ser lugar de encuentro, creación y sobre todas las cosas, de celebración. Y para ello fue clave el teatrillo del Palace.

El duque, viajero incansable y amante del mundo oriental, pensó que el alojamiento debía ofrecer casino y espectáculo y, para ello, fundó el teatro que desde el primer momento se convierte en el centro de la vida social, lúdica y nocturna de Granada. Vivimos la época de oro de la cultura en la ciudad. Federico García Lorca, Manuel de Falla, Andrés Segovia y Ramón Gómez de la Serna se reunían con asiduidad en el teatrillo. Manuel de Falla vivía muy cerca del hotel en una casa muy modesta e iba todos los días a misa de 8 a la Iglesia de San Cecilio. Cuando terminaba la misa, subía al hotel y se sentaba en el piano de cola del teatrillo para repasar las partituras que había escrito, donde todavía se respiraba el olor a champagne y confeti de la juerga flamenca de la noche anterior.

Y para juerga flamenca la de Orson Welles. Porque en los años sesenta viene a Granada a rodar El Quijote. Filmaba exteriores al norte de Granada y en la Alhambra y montó su despacho de producción en el teatrillo del Palace. Da la casualidad de que en ese momento aparecen en el hotel dos turistas que resultaron ser Glenn Ford y Mario Cantinflas, quienes se alojaban esos días en el hotel, Welles se entera de que Sofía Loren y Charlton Heston estaban rodando El Cid en Madrid y les invita a conocer la Alhambra. Juntos y revueltos, los cinco celebraron una juerga de 24 horas.

Hay otro acontecimiento fundamental en la historia del teatrillo del Alhambra Palace. Esta sala centenaria fue testigo del momento en que García Lorca y Manuel de Falla fundaron hace 100 años el Concurso de Cante Jondo, en junio de 1922. Allí fue donde Federico García Lorca, con 24 años recién cumplidos, recitó por vez primera los versos iniciales del que se convertiría en el famoso Poema del Cante Jondo, (la Baladilla de los tres ríos), acompañado a la guitarra por Andrés Segovia y Manuel Jofre. Cuánto arte.

Cruces para señalar el hospital militar

El Alhambra Palace fue hospital militar durante la guerra civil

De hospital militar en la guerra civil a icono inmortal en el siglo XXI  

En julio del 36 el duque fallece y su féretro es conducido a Granada en un tren. Ese día, el 15 de julio, en ese mismo tren le acompañaba por casualidad el que era su amigo Federico García Lorca. Iba a Granada para celebrar el santo de su padre Federico, que era el 18 de julio, y a encontrar la muerte en Granada. Estalla la guerra civil y la duquesa viuda cede el hotel a las fuerzas militares que lo usan como hospital.

Había unos frentes muy activos que bombardearon la ciudad y las monjas que atendían en el hospital tuvieron la milagrosa idea de pintar en la azotea unas cruces rojas. Ese hallazgo fue el que salvó al hotel, que por ubicación, tamaño y color, era un objetivo muy fácil.

Se acaba la guerra y el hotel queda cerrado hasta el año 42 y desde que abre empieza a recibir al turismo norteamericano y visitan al hotel personajes como Paul Porter o Rockefeller que vuelven a poner el hotel en órbita internacional. A partir de ahí el hotel vive una época de esplendor que llena su libro de oro de firmas. La lista es interminable, va desde la realeza española e internacional a reconocidas personalidades de Hollywood como Lawrence Olivier, Glen Ford, Vivien Leight, James Steward, Burt Lancaster, Orson Welles, Henry Fonda, Lauren Bacall, Pierce Brosnan o Brad Pitt, premios nóveles como Severo Ochoa, Marie Curie o Mario Vargas Llosa, genios de la música como Manuel de Falla, Richard Strauss, Arthur Rubinstein, Von Karajan, jefes de Estado y de Gobierno como Charles de Gaulle, Helmut Kohl o Michael Gorvachov, personalidades como el Dalai Lama, cantantes, dramaturgos, cineastas, toreros, artistas…

Bar Azul

Bar Azul del Alhambra Palace

El Alhambra Palace es único, singular, mítico, legendario, evocador, pero, sobre todo, un lugar que está en el corazón de Granada y de los granadinos, que lo sienten como parte de su patrimonio, como puede ser la Alhambra o Sierra Nevada. Y hace bien poco ha presentado el nuevo diseño de su inolvidable terraza y de su restaurante, con la firma del interiorista Erico Navazo. También nos recuerdan su posicionamiento que reivindica su lugar en la historia con un “Fuimos, Somos, Seremos” y su objetivo de convertirse en el mejor hotel del mundo.

Yo siento especial afecto a este lugar, que es historia viva de Granada, porque soy granadina y conozco las estancias y salones del Alhambra Palace desde que correteaba por ellas de niña. Me asombraban sus arcos y suelos de mármol, la elegancia de la gente, los colores de su terraza…Mi madre me llevaba en ocasiones especiales para tomar el té, casi siempre con invitados extranjeros, que se extasiaban del sabor de lo que para mí era un palacio que habitaba misterioso y orgullosamente erguido dentro del recinto de la Alhambra.

Libro de Historia del Alhambra Palace

Libro de historia del Alhambra Palace

Ahora que soy consciente de su historia, puedo imaginar a García Lorca recitando su baladilla en el primer concurso del Cante Jondo, escuchar el piano de Manuel de Falla, sentir el taconeo sobre la madera de barco del teatro vibrando con el arte del Cante Jondo, o extasiar mis sentidos con un baile de Mariquilla. No tengo la mirada cinematográfica de Orson Wells o Steven Spielberg, pero si hubiera sido uno de ellos habría dirigido un film sobre la Alhambra y su palacio para visitantes. Contar toda la historia del hotel en un solo artículo es más difícil, pero tenía que intentarlo. Porque, ¿quién no ha soñado con dormir a los pies de la Alhambra?