Música

‘Cowboy Carter’: no es un álbum de country, es un disco de Beyoncé

La cantante de Texas confiesa haberse sentido excluida de la industria del country y afirma su deseo de la superación no sólo de sexos, sino también de razas, en la música

Beyoncé
Portada del nuevo álbum de Beyoncé, 'Cowboy Carter'

“Me siento honrada de ser la primera mujer negra con un sencillo número uno en la lista Hot Country Songs”. Con esta frase celebra Beyoncé el lanzamiento de nuevo álbum, Cowboy Carter, el segundo acto de la trilogía de discos que comenzó con Renaissance. Una declaración que ha caído fatal en determinados círculos de la industria musical, pero muy especialmente en los de country, que se oponían a la “apropiación cultural”: ¿cómo es posible que una mujer negra, que ha superado récord con el género disco, se convierta en una intrusa del hillbilly?

Cowboy Carter es una brillante disertación sobre el género, pero también sobre la cultura sureña (a la que pertenece la texana) y sobre su propia capacidad creativa. “Mi esperanza es que, dentro de unos años, la mención de la raza de un artista, en lo que se refiere al lanzamiento de géneros musicales, sea irrelevante”. Y como ella misma defendió: “Este no es un álbum de country, es un disco de Beyoncé”.

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La polémica: “Beyoncé no puede hacer country”

“Este álbum lleva más de cinco años gestándose. Nació de una experiencia que tuve hace años en la que no me sentí bienvenida… y estaba muy claro que no lo era. Pero, a raíz de esa experiencia, profundicé en la historia de la música country y estudié nuestro rico archivo musical. Me hace sentir bien ver cómo la música puede unir a tanta gente en todo el mundo, al tiempo que amplifica las voces de algunas de las personas que han dedicado gran parte de su vida a educar sobre nuestra historia musical”, explica la artista en la presentación del disco, refiriéndose a cuando cantó con el grupo The Chicks en los Country Music Awards de 2016.

“Mi esperanza es que, dentro de unos años, la mención de la raza de un artista, en lo que se refiere al lanzamiento de géneros musicales, sea irrelevante”

Aunque no es la primera mujer negra en aventurarse en el mundo del country, Beyoncé es Beyoncé, y la repercusión que su “incursión” en el género ha provocado ha hecho que, entre otras cosas, la acusen de apropiación cultural. Sin embargo, este lanzamiento está revestido de un sinfín de reivindicaciones de la reina universal de la música, con una principal: la de reclamar que la raza negra estuvo presente en los orígenes de este estilo musical.

Cuando pensamos en la música country volamos a Dolly Parton, Wagon Wheel y Tennessee Whiskey. Señores blancos, americanos, heteronormativos y en un ámbito rural. Sin embargo, es imperativo imaginarnos a los esclavos y a los afroamericanos y convocar instrumentos, melodías religiosas y canciones de trabajo tradicionales de África occidental. En definitiva, un género basado tanto en la unidad como en la resistencia.

Así, el disco estalla con un primer tema, Ameriican Requiem, que combina góspel con sonidos puramente country, y se eleva con temas como la cover del éxito de los Beatles Blackbird (rebautizada como “Blackbiird”), en la que participan las prometedoras estrellas negras del country Tanner Adell, Brittney Spencer, Tiera Kennedy y Reyna Roberts. El propio Paul McCartney relató que se trataba de un homenaje al Movimiento por los Derechos Civiles de los 60, haciendo un juego de palabras con “black girl”: un canto de apoyo a las valientes mujeres negras que lucharon contra el racismo americano.

Single 'Texas hold 'em' de Beyoncé

Portada del single de Beyoncé ‘Texas hold ’em’

El banjo, el sur y Dolly Parton

Uno de los principales instrumentos de la música country, el banjo, fue “importado” por los esclavos traídos de África: procede del linaje del laúd de África occidental. Su sonido empezó a ser caricaturizado, especialmente en los llamados shows de Minstrel, donde actores blancos pintados de negro (blackface) se burlaban de los negros tanto con sus diálogos como interpretando canciones con sus instrumentos.

Y aunque en 1970 Lina Martell lanzó el disco Color Me Country, convirtiéndose en la primera mujer negra en triunfar en el género, lo cierto es que el country se había ido mezclando con la música americana, bebiendo del folklore que procedía de los colonos y exploradores europeos y mezclándose con ella… y rebautizándose como hillbilly.

La propia Beyoncé reclama su conexión y sus orígenes sureños: nacida y crecida en Houston, Texas, ella misma canta: “My Daddy Alabama / Momma Louisianna / You mix the Negro with a Creole/ Make a Texas-Bama”. A pesar de este aprecio orgulloso y abierto por sus raíces sureñas, Beyoncé todavía no puede escapar de las críticas de que no es bienvenida en el espacio rural. Por eso también tiene una importancia doble que haya versionado (y reescrito) el himno Jolene, de la cantante de country más famosa del mundo, Dolly Parton, adaptándolo a la actualidad: la cantante ya no le suplica a Jolene que no se lleve a su hombre, sino que no venga a por él, convirtiéndolo en una advertencia.

El country llegaría a convertirse en una de las señas de identidad musical del país, aunque su pasado de raíces negras quedó enterrado. Ahora, Beyoncé le devuelve la visibilidad perdida con Cowboy Carter, logrando ser la primera mujer negra en encabezar las listas de este género musical y convirtiéndose, una vez más, en un icono de la igualdad transversal.

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