La 39ª edición de los Premios Goya dejó momentos memorables en Granada, pero uno de los más emotivos fue el discurso de Clara Segura al recoger el premio a Mejor Actriz de Reparto por su papel en El 47. La actriz catalana, visiblemente emocionada, dedicó el galardón a sus compañeras nominadas, a su familia y a las vecinas y vecinos de Torre Baró, cuya historia está en el corazón de la película.
“Qué emoción. Gracias a la Academia por este premio que me hace tanta ilusión compartir con las actrices nominadas. Tengo el corazón dividido. Os quiero”, comenzó Segura, con la voz entrecortada por la emoción.
La intérprete también quiso agradecer a su entorno más cercano y al equipo de la película: “A mi familia, por conectarme a la tierra. Al equipo técnico y de producción de El 47. Esta peli es de las vecinas y los vecinos de Torre Baró”.
Eduard Fernández y Clara Segura en ‘El 47’
Pero su discurso fue más allá de los agradecimientos y se convirtió en una reivindicación. Segura recordó la figura de Carme, el personaje que interpreta en la película, una mujer que protagonizó una “revolución silenciosa” enseñando catalán a niños y niñas, así como a mujeres que nunca habían tenido acceso a la educación. “La educación nos permite ser más libres, poder pensar, cuestionar, rebelarnos”, afirmó la actriz, subrayando la importancia del conocimiento como herramienta de emancipación.
En un contexto político y social en el que el discurso del miedo parece ganar terreno, Clara Segura lanzó un mensaje contundente: “Ahora más que nunca, frente a políticas del miedo que pretenden hacernos despreciar al diferente, no pueden hacernos olvidar que todos fuimos extranjeros y que la tierra no nos pertenece. Solo nos acompaña un rato mientras vivimos”.
El auditorio recibió su discurso con una ovación cerrada, consolidando un momento de gran carga emotiva y simbólica en una gala que ha estado marcada por los discursos con conciencia social.