Festival de Cine de San Sebastián

C. Tangana se estrena como director: “Me siento emocionado con la vida cuando hago cosas nuevas”

El músico debuta en la dirección con una película emotiva y profunda sobre el poder de la música y las heridas de la creación artística que se convierte en un retrato social y en un homenaje al flamenco y al guitarrista Yerai Cortés

C. Tangana, a su llegada al Festival de Cine de San Sebastián para presentar el documental 'La guitarra flamenca de Yerai Cortés'
C. Tangana, a su llegada al Festival de Cine de San Sebastián para presentar el documental 'La guitarra flamenca de Yerai Cortés'

“Lo prometido es deuda”, escribió Antón Álvarez, conocido como C. Tangana, en su última publicación de Instagram el día que llegó al Festival de Cine de San Sebastián para presentar su primera película. El año pasado, el famoso cantante acudió a la ciudad gracias al documental de Movistar+ Esta ambición desmedida, sobre el proceso artístico de su gira más ambiciosa: El Madrileño. En aquella ocasión, ya avisó de que si algún día dirigía una película, sería sobre el guitarrista Yerai Cortés. Dicho y hecho.

Dentro de la sección “Nuevos directores”, el artista madrileño ha participado con su primer largometraje, La guitarra flamenca de Yerai Cortés, que se proyecta en cinco pases diferentes del 20 al 27 de septiembre. En la tarde del martes, 24 de septiembre, Antón Álvarez ha participado en una charla sobre música y cine en Tabakalera, una de las sedes del festival. Tras la proyección de la película, el director se ha sentado junto a Yerai Cortés, protagonista del documental, y Harto Rodríguez, compositor y técnico, para conversar con la presentadora y con el público sobre los diferentes aspectos del proyecto.

Coloquio con C. Tangana y el resto de su equipo tras la proyección de 'La guitarra flamenca de Yerai Cortés'

Coloquio con C. Tangana y el resto de su equipo tras la proyección de ‘La guitarra flamenca de Yerai Cortés’

Evolución artística

De rapero trapero a nuevo flamenco, de compositor a actor, y de actor a director de cine. Antón Álvarez se siente tan cómodo en el mundo del audiovisual como sobre los escenarios. “Yo siento que voy haciendo cosas, mejor o peor. Y el público me va confirmando si tengo más dinero para financiar lo siguiente que quiero hacer. Me siento emocionado con la vida cuando hago cosas nuevas”, reconoce.

La idea de hacer una película le brotó al conocer al guitarrista Yerai Cortés en una fiesta en casa del productor Javier Limón, donde ambos congeniaron al momento, fue como “un enamoramiento”, ha narrado Álvarez. En este sentido, Cortés admite que tenía “muchas ganas” de contar su historia, de “contar cosas que le pasaban”, tenía necesidad de contarlo, de exponerlo, de hacerlo explícito. “Yo soy guitarrista, lo único que puedo contar con mis manos son notas, acordes, melodías…”, y así se fraguó el proyecto audiovisual en el que ambos fueron estructurando música e imagen en torno a la historia familiar de Yerai Cortés.

El guitarrista flamenco Yerai Cortés

El guitarrista flamenco Yerai Cortés

Reivindicando una producción más orgánica

“Al principio teníamos una intención mucho más musical y la película acabó siendo mucho más narrativa de lo que pensábamos”, explica el director novel. El guitarrista confiesa que el orden que tenía previamente para las canciones fue cambiando: “No se sabe si yo he compuesto para la película o la película ha compuesto para nosotros, nos íbamos encontrando cosas por el camino”. Y es que Pucho, como lo llaman cariñosamente sus amigos, reivindica en este nuevo trabajo su búsqueda personal concreta hacia “lo orgánico”, frente a las canciones y videos perfectamente editados con los que viene trabajando en años anteriores.

“Yo sentía que esta música estaba muerta y esto me ha llevado a dar un paso más, gracias también a la visión que tiene Yerai del flamenco, lo que es para él lo ‘auténtico’, como este flamenco que no sucede en el escenario, sino que sucede cuando se juntan los flamencos”. Refiriéndose al concepto de producción musical, opina que “esto va a cambiar, ver a gente tocando instrumentos realmente e interpretaciones en directo será algo que se valorará mucho más”.

Una historia de identidad

Aunque a priori no era una intención del director, lo cierto es que, durante el rodaje, se dieron diálogos que abordaban el aspecto de la identidad del guitarrista, que procede de una familia gitana y se relaciona con profesionales y personas de entornos muy diversos al suyo. Tanto para Antón como para Yerai, esto ha supuesto un desafío apasionante. Así lo ha contado Yerai: “Una persona que viene de un mundo gitano (puramente gitano y muy gitano), y luego se va a un mundo, digamos, contemporáneo, moderno, desde el punto de vista musical; el gitano puro, el flamenco puro, la música moderna contemporánea, pues es verdad que muchas veces dices: `¿Dónde estoy?’”, se cuestiona. “Todo el rato intento ser camaleónico”. Álvarez lo explica así: “Eso es muy particular, hay muy poca gente que yo conozca que puede hacer eso en su propio género”.

Decisiones políticas

Pucho logra que las personas cercanas a Yerai hablen con mucha naturalidad frente a la cámara, y el montaje favorece esto en gran medida. Tanto es así que puede incluso jugarle a la contra y reflejar mucha transparencia, quizás demasiada, y esto es una decisión de montaje y siempre, en última instancia, del director. De hecho, esto ocurre en dos ocasiones en las que se les oye decir a los padres de Yerai claramente que no quieren hablar sobre la relación que tenían antes de separarse. Álvarez decide dejar en el montaje final esas declaraciones y esto es lo que se llama una “decisión política” en toda la regla. Antón Álvarez lo ha explicado en la charla de Tabakalera: “Yo me dejo llevar simplemente por la emoción, me encuentro a Yerai, que es un artista híper emocional, y entro a hablar sobre esas emociones concretas que a él le llevan a hacer música, pero claro, luego te haces amigo de María (la madre de Yerai), entonces cuando ya eres amigo de María, es una cuestión personal que digo `¿cómo sale María?´, `¿ella se va a sentir bien con lo que hace?’, `¿la gente la va a querer?’ y al final te implicas de esa forma”.

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