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‘Becoming Karl Lagerfeld’: la larga sombra del káiser llega a Disney+

¿El peso de la figura de Lagerfeld aplasta a Virginie Viard? La dimisión de la directora creativa de Chanel coincide con el lanzamiento de la serie sobre el káiser de la moda. ¿Qué ha supuesto su figura en la moda?

En la serie 'Becoming Karl Lagerfeld', de Disney+, Daniel Brhül da vida al diseñador de moda
En la serie 'Becoming Karl Lagerfeld', de Disney+, Daniel Brhül da vida al diseñador de moda

Un giro de la vida ha hecho que la misma semana que se estrena la serie sobre Karl Lagerfeld (Becoming Karl Lagerfeld, Disney +) se acabe de verdad su legado en Chanel. Este miércoles, la maison parisina lanzaba un comunicado en el que informaba de la salida de quien había sido la encargada de sustituir al káiser de la moda tras su fallecimiento. El abandono de Virginie Viard de la firma en la que lleva implicada más de tres décadas, primero a las órdenes del alemán y, tras su muerte, como directora creativa, es una noticia que, pese a lo repentina, no ha sorprendido a nadie. Ella misma afirmó tras su nombramiento como máxima responsable de la casa que no duraría mucho en ese puesto tan expuesto al público, y desde prácticamente el primer momento, ha sabido lo que es estar en constante cuestionamiento, pese a conseguir cifras de récord con la casa.

Esto, por otra parte, no es algo que solo le haya pasado a Viard. El de la moda, pese al peso de las mujeres en él, es un mundo donde los hombres suelen acceder de manera más rápida a la cumbre y, además, con menos presión. No hay colección en la que a Maria Grazia Chiuri no se la cuestione y ya van muchos años de rumores sobre la salida de Donatella Versace de la firma que fundó su hermano (y a quien el Museo Nacional de Artes Decorativas le dedica ahora una exposición hasta el 6 de octubre en Madrid). A Sarah Burton le sucedió algo similar tras el fallecimiento de Alexander McQueen, aunque ahora sea uno de los nombres que suenen, junto con Hedi Slimane y Pierpaolo Piccioli, para liderar la casa de la camelia.

Y es que el reto no es nada sencillo. La firma Chanel cuenta con dos dioses de la moda: por una parte, la fundadora de la casa, una mujer de carácter que revolucionó la moda de los años 20 y que, tras su regreso en 1954 al atelier, volvió a darle un nuevo brío imponiéndose al New Look creado por Dior y que aprisionaba a la mujer, según afirmaba la diseñadora francesa. Por otra, está Lagerfeld, un hombre que tomó las riendas de la casa en 1983 y no solo la devolvió al Olimpo de la moda, sino que construyó con ella una marca propia que ahora, tras 40 años de su llegada, no se puede diferenciar muy bien qué proviene de Karl y qué de Coco en el ADN de Chanel.

Pese a su exposición pública, Karl podía resultar todo un misterio, al menos en los últimos tiempos, cuando creó un aura de veneración alrededor de su figura. Atrás habían quedado los años en los que llegó a París para trabajar en firmas como Balmain, Patou, o Chloé, en la que desarrollaría un trabajo que lo convertiría en una referencia del París de los 70. Aquellos fueron los años de Pat Cleveland, Antonio López y Andy Warhol. Después llegaría Jacques de Bascher, el dandi aristócrata que sería su mayor amor y con el que creó un peligroso triángulo amoroso junto con Saint Laurent.

En los 70 llegaría el abanico que lo convertiría en icono de la moda y de la jet set de la mano también de Carolina de Mónaco, la que, sin duda, fue su gran musa, pese a que otras mujeres como Claudia Schiffer o Inès de la Fressange también “compitan” por ser el ojito derecho del káiser de la moda. Esos eran ya los años de Chanel, cuando creaba un sinfín de colecciones siempre modernas, siempre adelantándose al resto y consiguiendo, que pese al paso del tiempo, él fuera una figura indiscutida.

Lagerfeld acabó construyendo un personaje público que lo hizo una verdadera estrella. Solo su silueta bastaba para reconocerle. Así, apareció su gato, Choupette, que acabó siendo su heredero, surgieron los cuellos altos y los mitones, los pantalones pitillo y sus gafas negras. Entendió el poder de la imagen y que la fuerza que la suya tenía, hacía que todo triunfara, ya fueran sus editoriales de moda o sus colecciones. Incluso se atrevió convertir en estrellas a figuras como Baptiste Giabiconi, su último compañero, por llamarlo de alguna manera, ya que sus parejas dejaron claro que su interés por el sexo era más bien escaso.

Virginie Viard era plenamente consciente de lo que suponía la figura de Lagerfeld cuando accedió a la dirección creativa de la marca y quizás es esto lo que ha pesado en demasía. Discreta como es, parece que no estaba dispuesta a entrar en ese juego que creó su maestro y, a riesgo de que la casa comenzara a perder la magia que le aportaba una figura/personaje como Lagerfeld, ha acabado dando un paso atrás. ¿Cuál será ahora el paso hacia adelante que den en Chanel? ¿Qué quedará de su legado? El tiempo lo dirá.

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