La editorial Anagrama ha anunciado este miércoles la extinción definitiva del contrato de edición de El odio, obra del escritor Luisgé Martín basada en las confesiones de José Bretón, condenado por el asesinato de sus dos hijos en 2011. Con esta decisión, los derechos del libro revierten al autor, y la editorial pone fin al proceso de publicación y distribución del título, que ya había sido suspendido previamente.
En un comunicado oficial, Anagrama recuerda que la distribución del libro fue paralizada el pasado 21 de marzo, poco antes de su salida prevista al mercado. La decisión fue tomada a pesar de que los tribunales rechazaron en dos ocasiones las medidas cautelares solicitadas por la Fiscalía para impedir la publicación.
Nuevo comunicado de Anagrama sobre ‘El odio’ de Luisgé Martín a 16 de abril: https://t.co/aHeasQ6GFL pic.twitter.com/P9kKEtgc0G
— Editorial Anagrama (@AnagramaEditor) April 16, 2025
“Después de la denegación judicial posterior, en dos ocasiones, de la petición de medidas cautelares de la Fiscalía que solicitaba esa paralización, la editorial mantuvo voluntariamente la suspensión de la distribución de la obra, que ahora confirma que es definitiva”, precisa el texto difundido por la editorial.
El odio estaba planteado como una exploración literaria del crimen desde la perspectiva del propio autor, a partir de entrevistas mantenidas con Bretón en prisión. La noticia de su publicación generó un amplio debate público y mediático en torno a los límites éticos de la no ficción y el papel del mercado editorial en la difusión de discursos ligados a hechos criminales.
Historia del libro: de la intención literaria a la controversia pública
La génesis de El odio se remonta a la iniciativa de Luisgé Martín de explorar la mente de José Bretón, condenado por el asesinato de sus hijos Ruth y José en 2011. A través de cartas, llamadas y una entrevista en prisión, Martín recopiló testimonios del propio Bretón con el objetivo de analizar las motivaciones y el trasfondo psicológico del crimen. La obra pretendía ofrecer una reflexión sobre la maldad humana, sin justificar ni exculpar al asesino, y se enmarcaba en la tradición del true crime literario, siguiendo los pasos de autores como Truman Capote y Emmanuel Carrère.
Sin embargo, la publicación del libro suscitó una fuerte polémica. La madre de los niños, Ruth Ortiz, expresó su rechazo a la obra, argumentando que vulneraba el derecho al honor y la intimidad de sus hijos. La Fiscalía de Barcelona solicitó medidas cautelares para paralizar la publicación, que fueron desestimadas por el juez al considerar que los documentos aportados no eran adecuados para justificar la suspensión.
Diversas voces y organizaciones feministas han expresado su rechazo a la publicación del libro argumentando que la obra otorga protagonismo al asesino José Bretón y relega al olvido a las víctimas, Ruth y José. Además, como señalan, la obra no es periodismo ni literatura, sino una forma de violencia disfrazada de narrativa, que perpetúa la impunidad machista al dar voz a un feminicida.

Se señala también que el autor decidió hablar únicamente con Bretón, sin contactar a la madre de los niños, Ruth Ortiz, lo que ha sido percibido como una falta de respeto hacia las víctimas y una muestra de insensibilidad hacia el dolor de las mujeres que han sufrido violencia vicaria.
A pesar de la autorización judicial, Anagrama decidió mantener la suspensión de la distribución del libro de forma voluntaria, en consideración al dolor de la familia y al debate ético generado. Finalmente, la editorial ha optado por extinguir el contrato de edición, devolviendo los derechos al autor y cerrando definitivamente la puerta a la publicación de El odio bajo su sello.
Hasta el momento, ni el autor ni la editorial han anunciado si el libro verá la luz a través de otro sello o formato.