El cineasta Pedro Almodóvar inauguró este miércoles el ciclo “Marisa Paredes. Dolor y humor”, organizado por Filmoteca Española, en un emotivo acto en el que recordó con admiración y cariño a la icónica actriz, fallecida recientemente. Durante su intervención, el director manchego confesó que todavía le cuesta asumir su pérdida y destacó la grandeza artística y humana de quien fuera una de sus musas más emblemáticas.
“Marisa Paredes era una maestra en expresar el abandono y el dolor. Ella siempre merece un homenaje. Dominaba todos los registros y era una auténtica reina”, afirmó Almodóvar, visiblemente conmovido. El acto contó también con la presencia del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y de María Isasi, hija de la actriz, quienes se sumaron al tributo en un ambiente cargado de emoción y gratitud.
Al entrar en la sala de cine, Almodóvar fue recibido con una cálida ovación por parte del público. En respuesta, el director dirigió el aplauso hacia la pantalla, donde se proyectaba una imagen de Marisa Paredes, en un gesto que reflejó su profundo respeto y admiración. “Este aplauso es para ella”, expresó, visiblemente emocionado.
Un legado inmortal en el cine español
Uno de los momentos más emotivos de la jornada llegó cuando el cineasta lamentó no haber podido despedirse de la actriz. “Me cuesta creer que ya no está con nosotros. Siento una verdadera incapacidad para aceptar su ausencia. Llegué corriendo de mi oficina, donde sigo trabajando en mis proyectos, pero estoy aquí con el corazón en la mano”, confesó.

El ciclo de homenaje arrancó con la proyección de La flor de mi secreto (1995), película dirigida por Almodóvar y protagonizada por Paredes, una de sus interpretaciones más recordadas. Para el cineasta, esta cinta fue la elección perfecta para iniciar el tributo, ya que en ella se reflejan muchos de los temas que han marcado su obra. “Yo estaba parapetado detrás de Marisa, que en esta historia interpretaba a una escritora de novela rosa con profundas crisis personales y profesionales. Su entrega en este papel fue absoluta”, recordó.
El director también subrayó la versatilidad de la actriz, destacando su capacidad para transitar con maestría por todos los registros interpretativos. “Marisa podía hacer de todo. Sabía jugar con los matices y transmitir una emoción brutal en cada escena. Recuerdo verla cada día en el rodaje, totalmente devastada por su personaje, y sentir una conmoción absoluta”, afirmó.
Por su parte, el ministro Ernest Urtasun describió a Paredes como “una de las grandes de la cultura española” y destacó la importancia de seguir rindiéndole homenaje. “Este es solo uno de los muchos tributos que merece una actriz que dejó una huella imborrable en el cine y en el teatro”, subrayó.

“Mamá, lo has conseguido”
El momento más conmovedor llegó con las palabras de María Isasi, hija de Marisa Paredes, quien compartió con el público su emoción y gratitud. “Todavía me cuesta hablar de ella en pasado. Sigo luchando contra la realidad de su ausencia”, confesó. Sin embargo, destacó que el cine tiene la capacidad de hacer que los grandes artistas nunca desaparezcan. “La magia del cine la hace inmortal”, afirmó.
Dirigiéndose directamente a su madre, Isasi recordó el sueño que siempre la impulsó: “Mamá, lo has conseguido. Querías ser una grandísima actriz y trabajaste incansablemente para lograrlo. Mira este cine repleto, aplaudiéndote y celebrando tu legado. Hoy, tu talento sigue brillando”.
También evocó el significado especial que tenía para Paredes la película proyectada. “Este cine fue su casa, y esta película, su hijo más querido. Siempre sintió que era su trabajo más sublime”, concluyó con la voz entrecortada.
El homenaje a Marisa Paredes no solo recordó su talento y trayectoria, sino que reafirmó su legado como una de las grandes damas del cine español, una actriz capaz de emocionar y trascender con cada interpretación. Su arte y su presencia seguirán vivos en cada una de sus películas, en la memoria de quienes la admiraron y en el corazón de quienes tuvieron el privilegio de conocerla.