Cada vez que se habla de “fatiga de superhéroes” está hablando, en realidad, del cansancio que acumulamos de ver una y otra vez las mismas historias de orígenes. La mayor parte de las películas basadas en personajes secundarios de Spider-Man para Sony son justo eso, historias que nos cuentan el origen de un personaje. Este agotamiento ha “matado” a algunos productos decentes del género, como la reivindicable Blue Beetle. No es que fuese mala, es que era otra vez lo mismo.
El creador de The Walking Dead, Robert Kirkman, fue muy inteligente. Nos planteaba un universo en el que la primera película ya había sucedido y Rick Grimes tenía que trabaja con lo que había quedado. Lo hizo tan bien que lo mejor de su spin-off, Fear the Walking Dead, consistió en recuperar el tiempo que nuestro protagonista había pasado en el hospital.
La creadora de Agatha, Jac Schaeffer, es al menos igual de lista. Entiende que los superhéroes son sólo marcos narrativos que sirven básicamente para contar cualquier historia. Si la historia es buena, no puede haber fatiga. Y si en su momento nos planteó Wandavision como un juego de espejos meta en el que teníamos televisión dentro de la televisión, en Agatha All Along da un paso más allá y nos plantea una historia de brujas justo a tiempo para Halloween. Y bebe mucho menos de Marvel que de fuentes clásicas del subgénero.
Algunas son muy obvias, como El mago de Oz, El retorno de las brujas (Hocus Pocus), o las brujas de Disney.. Pero leyendo entrevistas con Schaeffer me he dado cuenta de que se lo ha bebido todo. La Bruja de Eggers, por supuesto; la adaptación de Las Brujas (de Roald Dahl) que hizo Robert Zemeckis; la reivindicable Jóvenes y brujas; las historias de Buffy Cazavampiros (y apuesto que su magnífico episodio musical)… Ha hecho sus deberes.
Pero además de las más obvias y de las reconocidas, no podemos olvidarnos de todos los episodios de Halloween de Parks and Recreation, de la inevitabilidad mágica de Harry Potter o del papel fundamental que tiene en el primer episodio la extraordinaria Mare of Easttown. O, diría más, el magnífico sketch de Murdur Durdur de Saturday Night Life. ¿Alguien más confunde a veces a Hahn con Ana Gasteyer? Añadiría La autopsia de Jane Doe, pero sólo para convenceros de que le deis una oportunidad al peliculón de André Øvredal, que además está disponible en varias plataformas.
El reparto es sensacional. Aunque Hahn está donde le corresponde, imperial y un escalón por encima del resto, el aquelarre es estupendo. Aubrey Plaza, Patti Lupone, Debra Jo Rupp y Joe Locke no pierden comba mientras les dejan. No es que Sasheer Zamata, exSNL, o Ali Ahn estén mal, que no lo están, pero la batalla es encarnizada en cada episodio para ver quién brilla más.
Le pregunté hace unos días a mi mujer por qué me daba la sensación de que no había habido una revuelta machista contra un producto protagonizado por mujeres y un chaval gay, y su respuesta fue reveladora: “Porque son mayores, no suponen una amenaza para los bros”.
Al final, la historia habla de cosas de las que me han hablado muchas mujeres. La lucha para alcanzar los objetivos individuales en un mundo en el que sólo se perdona la mediocridad a los hombres, la competitividad extrema y la desconfianza que provoca hacia otras mujeres, la conveniencia de la sororidad para desafiar marcos preestablecidos… Las buenas historias tienen que hablar de algo, y Agatha All Along no tiene miedo de hacerlo.
Pero no puedo cerrar la crítica sin hablar de la música. Que Kathryn Hahn tenía voz lo sabíamos desde hace tiempo. Yo, concretamente, desde el mágico Sweet Child O’Mine que se marcaba en Hermanos por pelotas con Adam Scott. La mejor escena de la película, por otro lado.
Pero lo que hacen con las canciones en esta serie es una gozada. Las dos versiones de The ballad of the Witches Road son maravillosas, con el reparto en modo estelar y la legendaria Patti Lupone dándolo todo estilo Broadway, que para eso tiene más Tonys que los cereales. Pero es que la banda sonora de Christophe Beck y la integración en la historia del You should see me in a crown de Billy Eilish, adornan muchísimo la historia.
Sé que puede parecer un tópico decir que una serie sobre brujas es mágica. Pero conseguir reunir a toda mi familia bajo la misma serie sí que es, de alguna forma, sobrenatural. Así que gracias, Agatha All Along. Has pasado de ser la institutriz de Franklin Richards en Los Cuatro Fantásticos a la protagonista de tu propia serie. Has roto el techo de cristal, has construido uno de madera, lo has llenado de telarañas y gatos negros y nos morimos de ganas de seguir viendo cómo los acaricias.