15 insultos inteligentes y poco conocidos que deberías tener en tu repertorio

El castellano es un idioma que se puede usar para muchas cosas, una de ellas es insultar, ya que si profundizamos en él, el repertorio de insultos es casi infinito

El castellano es un idioma que tiene muchas aristas y se puede usar para muchas cosas, algunas muy bonitas como la poesía o el arte, pero también para otras que no lo son tanto. Por ejemplo, para el insulto, porque con nuestro idioma se insulta con mucho salero, ya sea con términos más nuevos o con otros que provienen del castellano antiguo. En es contexto, @jsebastianesg en instagram se ha propuesto sacar a relucir algunos de los mejores ‘insultos cultos’. Por ejemplo, baldagras, que es un hombre flojo y sin energía. Pero hay muchos más.

Y es que si quieres ampliar tu repertorio de insultos más allá de los clásicos “gilipollas” o “capullo” hay muchas más opciones, por ejemplos, los de este lista de joyas lingüísticas, ingeniosas y sobre todo, mucho menos trilladas, para que insultemos con estilo, picardía y un toque de cultura.

Los mejores insultos en castellano

1. Mamacallos

Decirlo en voz alta es casi terapéutico. La palabra tiene un ritmo maravilloso y suena a puñetazo en la autoestima: hombre tonto y pusilánime, según la RAE. Una delicia sonora.

2. Tontivano

Cuando el ego se hincha pero la cabeza va vacía, tenemos a un tontivano: un tonto vanidoso. Perfecto para soltarlo como quien no quiere la cosa, mirando de soslayo, como si ni siquiera mereciera más atención.

3. Papamoscas

Cándido, simple y muy fácil de engañar. Llamar a alguien papamoscas tiene un encanto infantil que lo hace aún más demoledor. Insultar con ternura.

4. Barbitonto

Aquí unimos estética y falta de luces: un insulto redondo para describir a ese alguien que, además de cara de memo, no aporta grandes ideas a la conversación.

5. Peinabombillas

Ideal para etiquetar al tonto del grupo, de esos que parecen ocuparse en tareas tan inútiles como peinar una bombilla.

6. Cagalindes

Sinónimo de cobarde, pero con ese regusto a literatura clásica. Evoca a alguien incapaz de enfrentarse a la vida.

7. Tragasantos

Si conoces a un santurrón que va dando lecciones de moral por doquier, este es el término exacto que necesitas. Preciso como una puñalada lingüística.

8. Vidaperdurable

El pesado eterno, el narrador de historias insulsas que consiguen parar el tiempo (y tu paciencia). Con este apodo no habrá duda de lo que opinas de sus anécdotas interminables.

9. Tragavirotes

Un señor tan estirado que parece estar tragándose un mástil. Ideal para ese compañero de trabajo que se cree de sangre azul, pero cuyo engolamiento solo provoca risa.

10. Pisaverdes

Aunque la definición clásica describe a un dandy presumido, hoy encaja como anillo al dedo para esa fauna televisiva que vive entre focos, espejos y exceso de perfume.

11. Viceversa

Inconstante, contradictorio, indeciso… y, sin embargo, encantador de insultar. Perfecto para esos que hoy dicen blanco y mañana negro sin despeinarse.

12. Tiralevitas

Un adulador profesional. El típico personaje que se deshace en halagos interesados al jefe. Usarlo discretamente entre compañeros une más que un brindis.

13. Huelegateras

Un insulto tan gráfico que no necesita explicación: el cotilla del barrio, el espía de portales. El arte de la indiscreción hecho persona.

14. Quitahipos

Dicen que su aspecto o comportamiento causa tal espanto que te cura cualquier hipo. Feo y pavoroso, en resumen. Aunque claro, quizá en un callejón oscuro no estés para bromas.

15. Cuerpoescombro

El colega al que le das una palmada en la espalda para ver si no se rompe. Muy delgado, muy “poca cosa”, pero dicho con humor y cierto cariño.