EL ALA OESTE DE MONCLOA

Sánchez cederá todo el protagonismo a Illa y seguirá unos días más fuera de cobertura

Estos días girarán en torno a la elección del equipo del flamante president. La batalla por el relato y la legislatura se reactivarán dentro de un par de semanas

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez ya se refugió en su agenda internacional la pasada legislatura Efe

Cuando el miércoles por la tarde arrancó la votación en el Parlament y comenzaron a amontonarse los síes en el saco de Salvador Illa los músculos empezaron a destensarse. El relajo fue ya total cuando se cacareó el nombre de Carles Puigdemont i Casamajó y lejos de que esa invocación hiciera aparecer al expresident en un nuevo sortilegio, lo único que provocó fue un desganado coro de aplausos de su grupo. Con su candidato proclamado, Moncloa ya podía por fin cerrar con buen sabor de boca el curso y el ciclo electoral para refugiarse ahora sin distracciones debajo de la sombrilla o en el chiringuito.

Ese es el plan; dejar que fluya lo de Illa, con su puesta de largo, su elección de consejeros, sus primeros días y en septiembre volver a la tarea, con bríos renovados y la obsesión de pescar unos presupuestos que sean la savia que de longevidad a la legislatura. Poco preocupan en el Gobierno ahora mismo las peticiones de comparecencia y de ceses que amontona el PP a cuenta del paseo de Puigdemont. Desde el Ejecutivo se insiste en que todo lo referente a la nueva fuga del expresident es cosa de los Mossos y todos los estamentos gubernamentales pasan palabra cuando son preguntados por el show que se vivió en las calles y carreteras de Barcelona.

Los pocos socialistas que quieren hablar reconocen que no han entendido la maniobra del líder de Junts y que no ven qué rédito político le puede sacar a la vez respiran aliviados porque Puigdemont no consiguiera bloquear la investidura. No se valora la fuga, pero piensan que el líder independentista ha terminado de firmar su epitafio, evidenciando los escasos apoyos que consigue concitar y que se abre un nuevo tiempo en la derecha catalana que puede devenir en un viento favorable en la Carrera de San Jerónimo.

Mientras fuentes del PP esperan en septiembre un Gobierno zombi que pierda el factor Junts y, por tanto, la posibilidad de aprobar cualquier iniciativa en el Parlamento, en el PSOE creen que “hay partido”. “La alternativa que le queda a Nogueras y compañía es pegarse al PP y a Vox o seguir exprimiendo y sacando rendimiento a sus siete votos”, dicen.

Avisan, además, de que hay varios parlamentarios de la formación de Puigdemont que no están nada contentos con el espectáculo que se vivió el pasado miércoles y con que su líder tomara de nuevo las de Villadiego sin asomarse siquiera al Parlament.

En cualquier caso, todas las fuentes son prudentes y prefieren no hacer muchas cábalas en pleno agosto. La consigna es evitar los temas financiación y Puigdemont, celebrar la conquista de un nuevo Gobierno autonómico (el cuarto con Navarra, Asturias y Castilla La Mancha) y recalcar la nueva era que se abre en Cataluña.

De hecho, fuentes gubernamentales sacan pecho porque tras un año intenso de comicios y tras la debacle de las autonómicas el PSOE ha conseguido salvar los muebles. Se perdieron feudos por doquier en el primer envite, pero después se consiguió retener la Moncloa, se forma parte del Gobierno vasco, se minimizaron daños en las europeas y se ha recuperado la Generalitat casi tres lustros después. Sobre cómo se templarán los ánimos en el PSOE, sobre de qué forma se gobernará Cataluña y sobre todo el país ya se hablará a la vuelta del verano.

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