Son españolas. Judías. Madres. Forman parte de la asociación “Madres judías por la paz”, que integran casi 80 mujeres que no quieren ser victimistas, pero sí denunciar la ola de antisemitismo global que ha despertado desde que, a raíz de la masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre, Israel comenzara con la ofensiva bélica.
Se han encontrado con esvásticas en los buzones de sus casas. Algunas, entre lágrimas, han escondido de las fachadas de sus hogares, por prevención, símbolos judíos como la mezuzá. Otras, han limpiado sus paredes de huevos arrojados. Recogen a sus hijos del colegio con la Policía Nacional en la Puerta. Sienten que en el trabajo, a veces, se hace el silencio cuando entran. O en los cumpleaños de sus hijos, en las conversaciones entre los padres. Viven con la sensación de “tener cuidado” cuando cumplen con sus rutinas de ir a la sinagoga, o a comprar a un supermercado kosher. “¿Ah, pero eres judía? Pero si pareces normal”, le han llegado a decir a Esther Lowy, una de las cuatro mujeres judías que, con valentía, dan la cara y no se esconden.
Junto a ella, Rosa Reigia, Julia Szerman y Carolina Chocron hablan para Artículo14 sobre su situación, los levantamientos en las Universidades, los actos antisemitas provenientes de Instituciones, como los del Museo Reina Sofía al utilizar en un programa cultural la frase from the river to the sea –que no significa otra cosa que el exterminio judío-, y y el reconocimiento del Estado Palestino que próximamente hará el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
“Después de salvar al hijo de una gazatí en un hospital israelí con un trasplante de corazón dijo que su mayor aspiración era que su hijo fuera un mártir”
Llama la atención una anécdota que cuenta Carolina Chocron durante la entrevista. Médico de profesión, asegura que Israel es un Silicon Valley en cuanto a tecnología médica. “He tenido la oportunidad de escuchar a una madre gazatí, después de haber salvado a su hijo con un trasplante de corazón, decir que su mayor aspiración es que su hijo llegara a ser un mártir“. Ese ejemplo explica mejor que ninguna argumentación por qué la solución de los dos Estados es un brindis al sol sino hay un plan estratégico solvente, tanto a nivel político como educativo. “Nosotros no creemos en los mártires, amamos la vida. Sólo podemos romper el shabbat si es para salvar una”.
Venezolana de abuelos españoles, tiene tres hijos. “Mi abuelo se fue de España a Venezuela porque no tenía qué comer. Yo volví cuando la situación en Venezuela se hizo insostenible. Pago mis impuestos como todo el mundo y tengo un hijo asturiano y dos madrileños que mañana no pueden ir al Museo Reina Sofía, porque su gobierno ha dedicado todo un área a enseñarles cómo tienen que quedarse tranquilos mientras deciden exterminarlos”. Y se pregunta, “Cuándo vamos a reaccionar?” ¿Hasta cuándo hay que aguantar esto?”
Dentro de la preocupación que siente cualquier madre a la hora de proteger a sus hijos, asegura que estaba razonablemente tranquila, ya que el grupo de amigos de su hijo en la Universidad era “respetuoso”. Hasta que un día un chico que venía de otro grupo se acercó y le preguntó: ¿Tú eres el judío?” “Tiene 18 años y está harto de esconderse, pero yo no me quedo tranquila”.
“Yo era feminista y de izquierdas, y he dejado de seguir a todas las feministas”
Esther Lowy ha vivido una transformación en sus convicciones. Española y abogado, estudió Ciencias Políticas. “Cuando empecé la Universidad pública yo era de izquierdas y feminista, con ganas de comerme el mundo”, recuerda. “Pero siempre estaba en el aire el mensaje del antisemitismo. desde los profesores y catedráticos. Y entonces te obliga a definirte. El Gobierno que tenemos ahora y las instituciones no ayudan”, considera. La nula reacción del movimiento feminista después de la violencia sexual en los ataques del gobierno terrorista de Hamás el 7 de octubre hizo que dejara de seguir muchas páginas en internet con las que simpatizaba. “Mucho movimiento Metoo pero si eres judía, te violan, queman a tus hijos vivos o te retienen durante más de seis meses como rehén sólo mereces el silencio”.
Lowy comparte la frustración de “asimilar todo este sufrimiento a la vez que tienes que convencer a todo el mundo de que esto ha sucedido”. Se refiere al escepticismo que ha habido en algunos sectores respecto a la veracidad de los atentados. “Mis hijas tienen 8 y 10 años, no les doy detalles pero me ven, saben que lloro cuando enciendo las velas del shabbat“.
El reconocimiento del Estado Palestino
En las últimas semanas, las manifestaciones propalestina se han propagado tanto en las universidades españolas como en el extranjero, principalmente en Estados Unidos. Según un informe publicado por el Washington Free Beacon, Qatar ha invertido 5.600 millones de dólares en 81 universidades estadounidenses desde 2007. En España, los rectores han incentivado estas protestas. “Esto no es que por la mañana la gente se levanta y decide que va a protestar. Detrás hay una organización, una financiación. En los Campus de Ciudad Universitaria están super organizados, tienen puestos de prensa, sólo puedes acceder a zonas delimitadas y no te autorizan a preguntar a nadie de los que están ahí”, explica Rosa Reigia.
“Lo que la gente no se da cuenta es de que esto es una guerra entre civilizaciones. Israel no es más que un muro de contención de todo esto. Los judíos somos los primeros, pero luego vendrán todos los demás“. ¿Por qué, a su juicio, gran parte de la sociedad occidental no percibe esa amenaza? “Tenemos una crisis en la sociedad occidental. El pensamiento judeocristiano es la base del pensamiento occidental. Si eso está en crisis, todo lo de alrededor lo está también”.
Para Reigia el problema al que se enfrenta principalmente Israel es no verse defendida por los organismos internacionales. “Tenemos a una organización como la ONU que se cree las cifras que provienen del ministerio de Hamás. Partiendo de esa base, ¿A quién podemos acudir?” Destaca que el propio organismo internacional ha tenido que reconocer que las cifras de muertes vertidas eran inferiores. Cifras aportadas por el grupo terrorista de Hamás. De 14.500 niños y 9.500 mujeres fallecidas, ahora cuenta 7.797 niños contabilizados y 4.959 mujeres. Y no se muerde la lengua al criticar el “cinismo” a la hora de hacer valoraciones. ” Si Israel pone un muro para defenderse todos le acusan de opresor pero del muro de 5 metros que tiene Egipto como frontera con Gaza, ese muro a nadie le parece mal. Israel ha estado dando trabajo a gazatíes que luego usaron la información para traicionarles”. Además, añade, “los que piden el boicot a Israel ni se dan cuenta de que el 21% de la población allí es musulmana”.
“Lo que habría que decirle a Sánchez es que para la solución de dos Estados se necesita que el palestino reconozca la existencia del Estado de Israel, que es lo que ha quedado demostrado que no van a hacer. ¿Va a poner una alternativa política solvente? ¿Con quién negociamos: con Mahmud Abas, con Hamás, con Irán o Catar, que están detrás de esta guerra de proxys, quien es el interlocutor válido? Ahora la Autoridad Nacional Palestina, parecen los buenos, pero ellos tienen polideportivos con nombres de niños que son mártires mandados a matar judíos”.
Y hace mención a las otras veces en que se intentó la vía de los dos Estados. “Habría que recordarle que cuando en 2005 Israel se retiró de Gaza, que era un zona riquísima, llena de instalaciones de invernaderos y zonas de hidropónicos, lo que hicieron fue destruirlos. Son los primeros que no quieren prosperar, prefieren seguir viviendo de esto”. Y concluye: “Hay que conocer más historia antes de ponerse una medalla”.
“El reconocimiento del Estado palestino pone en peligro la seguridad de los judíos porque se premia a Hamás después del 7-o”
El próximo martes 28 el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reconocerá el Estado Palestino. “Lo que esta haciendo es poner en peligro la seguridad de Israel y de todos los judíos, ya que parece que se premia a Hamás después de la barbarie del 7-O” considera Julia Szerman. “Hamás incluso lo afirma al decir que ese reconocimiento es el resultado directo de esa ‘valiente resistencia’, que es lo mismo que decir asesinar brutalmente a judíos”. Y considera que conseguirá un efecto propagador en los campus universitarios. “Querrán que sus gritos de antisemitismo se oigan mas fuerte”, lamenta. “Hacer este reconocimiento en este momento en el que hay una guerra y 130 rehenes en Gaza, de los q no se saben si están vivos o en qué condiciones, es premiar a un grupo terrorista”.