Hace más de un año desde el 23 de agosto de 2023 que saltara a la palestra uno de los casos más importantes de la actualidad española, el de Daniel Sancho, el hijo del famoso actor Rodolfo Sancho, quien fue detenido en Tailandia acusado del asesinato y la descuartización del cirujano colombiano Edwin Arrieta. Tras eso se ha levantado mucha polvareda mediática. La sentencia ya se ha conocido a primera hora de esta mañana: cadena perpetua y pago de 119.000 euros a la familia de Edwin Arrieta.
Las claves del caso
La inminente lectura de la sentencia, las posibles penas y apelaciones y la indemnización a la familia de la víctima son algunos de los asuntos clave en el caso. La sentencia ya se ha conocido, y estas han sido algunas de las claves del final del proceso contra el acusado.
Lectura de la sentencia
El mismo juez que ha llevado el caso desde el principio, y cuya identidad no ha sido revelada, leyó la sentencia en una vista convocada a las 10 de la mañana, hora de Tailandia, del 29 de agosto. En ella, tanto la defensa como la acusación recibirán una copia de la sentencia en una vista en la que, en principio, solo habló el juez. Ha tenido lugar en el Tribunal Provincial de Samui. Su acceso fue restringido y decidido a última hora por el juez. Uno de sus abogados, Marcos García Montes, denunció a las puertas del juzgado que “no hemos visto a Daniel, no nos han dejado entrar”.
Pena máxima
Durante el proceso, celebrado a puerta cerrada en la misma corte del pasado 9 de abril al 2 de mayo, la Fiscalía mantuvo que Sancho planificó el asesinato, mientras la defensa argumentó que la muerte del cirujano de 44 años se debió a un accidente durante una pelea en la que el acusado se defendió de un supuesto intento de agresión sexual.
El código penal tailandés contempla penas de cárcel de entre 15 y 20 años, la cadena perpetua y la pena de muerte para los casos de asesinato. La sección 289 establece en concreto la pena de muerte para el asesinato premeditado, aunque eso sí, el país asiático suele reducir el castigo y apenas la aplica. Ahora, ya sabemos que su destino será la cadena perpetua. Sin embargo, los abogados de Sancho van a recurrir la sentencia.
Otros delitos
El homicidio involuntario se penaliza por su parte con entre 3 y 15 años de cárcel. De los tres cargos contra Sancho -asesinato premeditado, ocultación del cadáver y destrucción de documentación ajena-, el español solo ha aceptado el segundo, por el descuartizamiento de Arrieta, castigado con hasta un año de prisión, mientras la ley tailandesa prevé hasta seis años de cárcel por el tercero.
Apelaciones
Durante la lectura de la sentencia se fijará un plazo de un mes para que las partes decidan sobre las apelaciones que podría ampliarse dependiendo del magistrado. Una vez conocida la sentencia, los recursos se entregan por escrito en el tribunal de Samui sin testigos ni comparecencias, por lo que Sancho ya no tendrá que personarse, con la opción de hasta dos apelaciones, una primera al Tribunal de Apelaciones y otra ante el Supremo, en un proceso que suele alargarse alrededor de un año.
Indemnización
Como parte del fallo, la sentencia ha incluido qué indemnización debe pagar el acusado a la familia de la víctima, residente en Colombia y que no se desplazará a Tailandia para la sentencia. Los abogados tailandeses de los Arrieta, Mettapon Suwancarern y Nattha Jongratwanin, presentaron durante el juicio una solicitud de 30 millones de bat, que al cambio serían unos 790.000 euros, calculada con base al perjuicio económico de la muerte para los padres. Aunque eso sí, se trata una indemnización muy elevada para Tailandia, por ello, finalmente se ha fijado en los 119.000 euros.
Posible traslado
El pago de la compensación es una condición indispensable para que Sancho pueda pedir el traslado a España, lo que solo es posible si no es condenado a la pena capital y después de al menos cuatro años. Además, tanto España como Tailandia tendrían derecho a rechazarla.
Por último, si Sancho recibiera una condena final superior a 15 años de cárcel, como ha pasado, tendría que ser trasladado de la cárcel de Samui a un centro penitenciario de mayor seguridad en el país del Sudeste Asiático. La mayoría de reos condenados a muerte se encuentran en la prisión de Bang Kwang, en Bangkok.