Irene Montero, eurodiputada de Podemos y exministra de Igualdad en España, ha sido designada como una de las cuatro vicepresidentas del grupo The Left en el Parlamento Europeo.
La decisión ha sido tomada por las delegaciones que componen este grupo de la izquierda europea, citando el liderazgo político de Montero y de su partido. A través de un breve comunicado, Podemos valoró positivamente la noticia, señalando que permitirá impulsar una agenda centrada en la paz, el feminismo y los derechos humanos, además de apoyar la causa palestina y la ruptura de la “coalición de guerra” formada por socialistas, populares y liberales. Junto a Montero, también serán vicepresidentes el griego Kostas Arvanitis, la sueca Hanna Gedin y el belga Marc Botenga.
La estructura de liderazgo del grupo The Left está diseñada para garantizar una rotación y equilibrio de poder entre sus miembros. En la primera mitad de la legislatura, los líderes serán la francesa Manon Aubry de La Francia Insumisa y el alemán Martin Schirdewan de Die Linke. Posteriormente, el vicepresidente griego Kostas Arvanitis asumirá el rol de copresidente, mientras que Schirdewan pasará a ser vicepresidente. El objetivo de este sistema es ofrecer un enfoque colaborativo y dinámico en la gestión del grupo, para mantener una dirección eficaz entre tanta diversidad.
A pesar de ser el grupo más pequeño del Parlamento Europeo con 39 escaños, The Left ha visto un ligero crecimiento en comparación con la legislatura anterior. Además, existe la posibilidad de aumentar su representación en ocho escaños adicionales si se aprueba la adhesión del Movimiento Cinco Estrellas, liderado por el ex primer ministro italiano Giuseppe Conte. Esta expansión potencial daría muchísima más influencia al grupo en el Parlamento y permitiría que tengan mucho más impacto en las políticas europeas desde su perspectiva de izquierda.
Éxito a pesar del fracaso
La noticia aterriza en medio de controversias por la reciente decisión del Tribunal Supremo de confirmar la rebaja de 15 a 14 años de prisión para uno de los cinco miembros de ‘La Manada’, condenados por la violación grupal en los sanfermines de 2016.
Esta reducción se basa en la aplicación de la Ley Orgánica 10/2022 de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como la ley del ‘solo sí es sí’, e ideada por la propia Irene Montero. La Sala de lo Penal ha avalado la interpretación del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, que ajustó la pena considerando que la nueva legislación redujo el mínimo legal del delito de 14 años y 3 meses a 13 años.
El tribunal subraya que la nueva ley es más favorable para el acusado, ya que reduce el umbral mínimo imponible mientras mantiene el mismo techo. La Sala Segunda, bajo la ponencia del magistrado Julián Sánchez Melgar, argumenta que no se pueden hacer diferencias entre este caso mediático y otros casos similares revisados, todos ellos beneficiados por la nueva regulación. La sentencia destaca que la ley del ‘solo sí es sí’ representa un marco penológico más beneficioso que la regulación anterior, lo que se ha demostrado con las revisiones de penas y la modificación legislativa en respuesta a la realidad social y las revisiones judiciales que se estaban produciendo.
Un nuevo comienzo
Tras su cese como ministra de Igualdad, Montero tenía derecho a una indemnización del 80% de su salario ministerial (6.617,93 euros brutos) durante un máximo de dos años. No obstante, como eurodiputada, percibirá un sueldo fijo de 10.075,18 euros brutos mensuales, que se traducen en unos 7.853,18 euros netos, además de una dieta de hasta 4.950 euros mensuales por asistencia a las sesiones parlamentarias y otros gastos cubiertos por la Eurocámara. Un gran cambio en sus ingresos que refleja la diferencia entre su anterior posición en el gobierno español y su nueva responsabilidad en el Parlamento Europeo.
Uno de los desafíos personales y logísticos que enfrentará Montero será la decisión sobre su residencia. Aunque podría optar por mudarse a Bruselas, la práctica común entre los eurodiputados es mantener una residencia alterna entre su país de origen y la capital belga. Esta dualidad permite a los representantes europeos mantener un contacto cercano con sus electores y sus raíces nacionales.
“En este trabajo es importante mantenerte cerca de tu país y aquellos a quienes representas. No nos vamos a vivir a Bruselas y desaparecemos de nuestras ciudades y pueblos, hay que mantener las raíces”, explicó Iratxe García, eurodiputada socialista desde 2004, en una entrevista con Vanity Fair.